El sector progresista gana peso en el tribunal del ‘procés’

La elección de Manuel Marchena para presidir el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tendrá, si sale adelante, una consecuencia inmediata para el juicio por el procés que el Tribunal Supremo prevé celebrar en 2019: Marchena, uno de los más firmes defensores de la atribución del delito de rebelión a los líderes independentistas, ya no presidirá ese tribunal ni redactará la futura sentencia.

Su puesto en la vista oral lo ocupará, según las fuentes consultadas, el miembro más antiguo del tribunal del procés, Andrés Martínez Arrieta, de perfil progresista moderado. Martínez Arrieta, de 63 años y con 20 de experiencia en el Supremo, podría también asumir la redacción de la sentencia o dejarla en manos de otro magistrado.

El tribunal para juzgar a los independentistas iba a estar formado, además de por Marchena y Martínez Arrieta, por Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral, Andrés Palomo, Luciano Varela y Ana Ferrer. La plaza que previsiblemente deje vacía Marchena la ocupará ahora la magistrada Susana Polo, considerada progresista y que se incorporó a la Sala de lo Penal en septiembre pasado. Con este cambio, el sector progresista gana peso en el tribunal que juzgará a los secesionistas, una circunstancia que puede haber pesado, según las fuentes consultadas, para que el PSOE acepte el nombre de Marchena como presidente del CGPJ.

Con todo, la presidencia del órgano de gobierno de los jueces lleva también aparejada la del Tribunal Supremo, por lo que Marchena seguirá, aunque sea indirectamente, vinculado a ese juicio, el más importante de los celebrados en el alto tribunal en los últimos años.

Las fuentes consultadas consideran que el cambio de presidente en el tribunal del procés puede retrasar algo los tiempos marcados para la celebración del juicio pero no de forma significativa. En principio, sigue en pie el plan de celebrar la vista con las cuestiones previas antes de Navidad y empezar la vista oral a finales de enero. Aunque salga adelante el acuerdo entre el PP y el PSOE, Marchena seguirá presidiendo la sala hasta diciembre, cuando vence el mandato del actual CGPJ y tomarán posesión sus nuevos miembros, que son los que tienen que votar al presidente.

La salida de Marchena tiene otra consecuencia importante: deja libre la presidencia de la Sala de lo Penal (Sala Segunda), que será elegida por el nuevo CGPJ con mayoría progresista. Esta sala es considerada estratégica no solo porque tenga a la vista el juicio por rebelión sino porque es la encargada de instruir los casos que implican a aforados y de revisar en última instancia las sentencias penales. Entre los recursos que están pendientes para los próximos meses está el de la sentencia de la primera etapa del caso Gürtel, que consideró probada la existencia de una caja b del PP y desembocó en la moción de censura contra Mariano Rajoy que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa.

El nuevo presidente del tribunal del procés, Martínez Arrieta, llegó al alto tribunal en 1998, con 43 años, lo que le convirtió en el juez más joven del Supremo. Ha formado parte del tribunal que condenó al juez Baltasar Garzón por las escuchas de Gürtel y del que le absolvió por investigar las fosas del franquismo. Fue miembro fundador de la asociación Francisco de Vitoria y actualmente es el magistrado competente para conocer las actividades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).