Fernando Alonso gana las 6 Horas de Spa, su primera victoria en cinco años

Vestía mono rojo de Ferrari y jugaba en casa. Era mayo de 2013, y hasta este sábado era la última vez que Fernando Alonso se había subido en lo más alto del podio, en Montmeló. Ese año logró el subcampeonato de Fórmula 1 con la Scuderia marcando la frontera en el calendario que inició una sequía de resultados a la que ha puesto fin ahora en el Mundial de resistencia, conquistando la primera prueba de la temporada: las 6 Horas de Spa.

Alonso ha encontrado esa victoria que la Fórmula 1 le niega, que McLaren no ha podido darle de momento ni con Honda ni con Renault. Y, en paralelo, se ha ido buscando nuevos estímulos para alimentar su alma de competidor nato. El camino, además, tiene relato: la búsqueda de la triple corona: Mónaco, que ya ha ganado, las 500 Millas de Indianápolis, que intentó sin éxito el año pasado, y las 24 Horas de Le Mans, donde se citará el próximo 15 de junio.

El WEC proporciona a Alonso todos los ingredientes para convertirlo en campeón. Primero, un equipo ganador, Toyota, el único con tecnología híbrida en la categoría reina (LMP1), donde el año pasado también estaba Porsche y el anterior Audi. En principio, solo el otro coche del equipo japonés puede discutirle las victorias en algunas de las ocho pruebas de la SuperTemporada. En el equipo, hay orden clara de evitar las luchas que puedan poner en riesgo el doblete. El propio Alonso lo había asegurado un día antes: no arriesgaría si eso perjudicaba el equipo.

En Spa, saboreó el piloto español el triunfo, pero además dio un paso más para su preparación para Le Mans. Lo hizo a bordo del TS050 número ocho, y haciendo relevos con Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima y saliendo desde la pole. El más rápido en clasificación había sido el número siete (Mike Conway, Kamui Kobayashi y José María López), pero un fallo administrativo con el número de serie de una pieza anuló su tiempo. “Un número mal puesto”, aseguraba desde el equipo. El error mandó al coche de Alonso a la primera posición, mientras que el penalizado debía empezar la carrera con una vuelta perdida. Eso no evitó que llegaran pegados a la bandera a cuadros.