Borja y Papu devuelven al Real Zaragoza al playoff (2-1)

Necesitaba imperiosamente la victoria el Real Zaragoza ante el Almería en La Romareda y no falló. Triunfo por 2-1 del conjunto maño gracias a los tantos de Papu y Borja Iglesias en la segunda mitad, significando tres puntos que mantienen a los blanquillos en la lucha por el ascenso. Un choque en el que ganó el que más ambición demostró pese a que ambas escuadras ponían mucho en juego.

Muchas eran las novedades en el once de Natxo González, como la entrada de Verdasca por el lesionado Grippo en el centro de la zaga y la de Papu por Ros, en un once de carácter más ofensivo que el visto ante el Rayo. Y a punto estuvo de ser un inicio perfecto para los blanquillos. Porque a servicio de Eguaras, Borja cabeceaba a las mallas y, segundos después, el colegiado señalaba fuera de juego de Zapater por la intención de ir a rematar en posición ilegal.

No subía el gol al marcador, pero los maños eran dueños absolutos de la situación. De hecho, pudieron adelantarse en el 15 por medio de Papu, pero René en primera instancia ante el georgiano y en el rechace ante Borja abortó el peligro jugándose el tipo. Enfrente, un Almería que no mostraba intención alguna de salir de su campo, replegado, y buscando que los minutos pasaran sin que sucedieran excesivas cosas.

De nuevo a balón parado, en el 27, se toparía Borja Iglesias con René tras un servicio excelente de Eguaras por encima de la barrera. Lo intentaban de todas las formas posibles los maños, especialmente por la banda de Lasure, pero no había manera de encontrar las mallas. Tampoco pudo Pombo tras un buen rombo de Papu en tres cuartos, el más destacado, pecando de individualismo con dos compañeros en mejor disposición de remate.

Así finalizaba, con 0-0, una primera mitad donde el Real Zaragoza había sido netamente superior en todo, pero sin acierto en el último disparo.

Segunda parte

La segunda comenzaba con un guion muy similar. Mandaba el Real Zaragoza, pero a la hora de dar el último pase se le hacía de noche. Hasta que apareció el mejor Eguaras y el mejor Benito. Por fin los maños hacían el daño suficiente a Estupiñán, lateral zurdo del Almería, para llegar a línea de fondo y poner el balón atrás. Ahí aparecía Papu, el mejor, para dirigir con su zurda el balón a las redes.

Por fin se adelantaban los maños y, además, Natxo González metía más mordiente con Toquero en lugar de Pombo. Sobre todo intentaba el vasco no cesar en la posesión ni tampoco en la presión arriba buscando el segundo. Al igual que en el 65, cuando entraba Febas por un desfondado Papu. Entraba el choque en el momento de la verdad y, al menos, el Almería trataba de estirarse por la banda de Álamo buscando a Soleri.

Eran probablemente los peores minutos en el partido de los locales, que con el ánimo de dormir el choque entraban también en estado de somnolencia. Y los nervios también hacían acto de presencia. Pero ahí aparecería el goleador, el nueve, el que puede con todo. Balón en largo a Borja Iglesias, que utilizaba de maravilla su cuerpo para zafarse de Joaquín y tras un gran recorte mandaba el balón a la escuadra.

Minuto 85, 2-0 y partido encarrilado. Tiempo hubo incluso para la ovación a Zapater en su cambio, dando entrada Natxo a Jesús Alfaro. También para que la afición cantara el himno, los más de 20.000 espectadores presentes, que pudieron celebrar que su equipo demostró un día más estar capacitado para luchar por el ascenso. Ninguna repercusión tuvo el tanto de Caballero en el descuento, que significaba el 2-1 definitivo. Y que no aguó la fiesta de la afición.