El Gobierno de Aragón se reúne este martes con la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (Anele) para pedirles que «estén atentos, vigilen y no se produzcan manipulaciones». Con estas palabras, la consejera de Educación aragonesa, Mayte Pérez, ha explicado la petición que van a trasladarse a los miembros de la junta para que no editen libros que hablen de la corona catalanoaragonesa, en vez de la Corona de Aragón.
Pérez espera que la reunión se desarrolle con el mismo buen talante y disposición recibido los últimos días por las tres editoriales de las que se han detectado recientemente libros de texto en los que se han detectado estos errores. En los tres casos «se ha resuelto de manera muy positiva y con una implicación directa por parte de ellos», ha asegurado porque, «al mismo tiempo que han pedido disculpas, han lamentado que se haya producido y se les haya colado ese error que reconocen, y que no solo van a evitar sino corregir».
Es más, la editorial Teide se ha comprometido a recoger los libros del centro, van a modificar esa página «en honor a la verdad» y van a devolverlos para que los alumno «tenlas las menores molestias posibles».
Tacha de «paradójico» que el Instituto de Estudios Catanes hable de censura
Pérez también ha reaccionado ante las declaraciones del Instituto de Estudios Catalanes, en el que consideran que Aragón está censurando al retirar los libros que se refieren a la corona catalanoaragonesa.
«Que hablen de censura es paradójico», ha respondido Pérez, que ha recordado que «la libertad de los docentes para elegir el material curricular está claro». Lo que Aragón ha hecho es «velar por el rigor y la verdad». Ha explicado que «si exigimos a las familias a comprar libros porque es inherente a la práctica educativa, las familias quieren que seamos rigurosos, no engañen y no mientan porque es la guía de nuestros hijos para formarse».
También ha querido echar por tierra el argumento del Instituto de Estudios Catalanes, en el que aseguran que dicha expresión es de uno uso habitual entre los historiadores. No es así para Pérez, quien ha asegurado que es «una falsedad que todos los historiadores tienen constatado». Es un término que «nació en 1869 y es una idea equivocada del fenómeno histórico y está absolutamente comprobado».
