Corea del Norte participará en los Juegos Olímpicos de invierno en Corea del Sur el mes próximo. Así lo ha confirmado el viceministro de Unificación del sur, Chun Hae-sung, al concluir la primera ronda de conversaciones entre los dos países desde hace dos años. Unas conversaciones que, con el objetivo declarado de tratar sobre las olimpiadas, tenían como trasfondo la voluntad, al menos por parte del Sur, de dar carpetazo a una etapa de enorme tensión y empezar un paulatino deshielo entre dos países que técnicamente siguen en guerra. Pyongyang, según ha declarado Chun a los periodistas, enviará una delegación compuesta por atletas, altos funcionarios, artistas e hinchas.
Una de las propuestas que Corea del Sur ha planteado en la reunión, de casi dos horas y media de duración, ha sido que ambas delegaciones desfilen juntas en la inauguración de los juegos de PyeongChang.
Otra, que las dos Coreas celebren una reunión de sus estamentos militares para tratar de reducir la tensión que ha generado el desarrollo del programa nuclear norcoreano. Y una tercera, facilitar para el Año Nuevo asiático, a mediados de febrero y coincidiendo con los Juegos, un encuentro de familias separadas por la guerra.
La reunión, que había generado una gran expectación y comenzó a las 10.00 horas (2.00 en España), duró casi dos horas y media y se desarrolló en un ambiente. Los presidentes de las delegaciones respectivas, el ministro de Unificación surcoreano Cho Myoung-gyon y Ri Son-gwon, que en cabeza el Comité norcoreano para la Reunificación Pacífica de Corea, abrieron el encuentro con un apretón de manos. Cada equipo estaba formado por cinco personas.
El histórico encuentro llegaba después de varios gestos de distensión entre ambos países, desencadenados por un sorprendente cambio de tono del líder norcoreano, Kim Jong-un, que abogó por mejorar los lazos con el Sur y enviar una delegación a los Juegos que se inaugurarán el 9 de febrero.
«Vengo con la esperanza de que las dos Coreas mantengan conversaciones con una actitud sincera y fiel», dijo el delegado norcoreano en su discurso inaugural. El enviado de Pyongyang subrayó que el pueblo coreano «alberga grandes expectativas» alrededor del encuentro. El ministro de Unificación surcoreano pidió unas conversaciones «con determinación y persistencia» y recordó que esta reunión ocurre en un contexto en que las relaciones bilaterales están «muy desgastadas», informa la agencia Yonhap. «La gente tiene un fuerte deseo de ver el Norte y el Sur trabajando hacia la paz y la reconciliación», añadió.
