Los gráficos que miden las fuerzas de independentistas y constitucionalistas en Cataluña

Las elecciones catalanas del 21-D se presentan de nuevo como un enfrentamiento entre dos bloques definidos: independentistas contra constitucionalistas. Pero, a diferencia de los comicios de 2015, en esta ocasión el nacionalismo está en retroceso después del largo «procés». Las elecciones confirmarán si el repliegue en el sentimiento nacionalista tiene su reflejo en el Parlamento catalán

En la última década, nunca tantos catalanes se habían definido a sí mismos como no nacionalistas. Según la encuesta del CIS para las elecciones catalanas, el 60% no se considera nacionalista, frente a un 37,4% de nacionalistas. Lejos queda 2012, cuando el sector más afín a las tesis de Convergència y de ERC era del 49%.

La evolución del sentimiento nacionalista está en retroceso. Hoy, el 25,7% se considera nada nacionalista frente al 19,1% que se define como muy nacionalista. En 2012 sucedía a la inversa: el 24,7% se declaraban muy nacionalista frente al 20,6% que se consideraba nada nacionalista.

El mismo retroceso se da ante la pregunta de con qué se identifica más, español o catalán, y en qué medida. En 2012 los que se definían como únicamente catalanes eran el 25,1%, mientras que en 2017 son el 22,7%. El grupo que más aumentó de tamaño es el de quienes se sienten tan españoles como catalanes. En cinco años han pasado de ser el 34,5% al 43,8% de hoy, según el CIS.

A pesar del esplendor nacionalista de aquellos años, en 2015 los votos de la alianza de CDC y ERC (Junts pel Sí) sumados a los votos de la CUP no lograron la mitad del escrutinio —se quedaron en el 47,8%—, aunque sí fueron suficientes para conseguir la mayoría de asientos en el Parlamento catalán.

En estas elecciones, con el nacionalismo en retroceso, las formaciones independentistas sumarán menos votos, el 45,2%, según la estimación de la encuesta de GAD 3 para ABC, y obtendrán entre 64-69 escaños. No están seguros los 68 escaños que dan la mayoría absoluta en el Parlament.

En 2015, el sentimiento nacionalista en Cataluña tenía una intensidad mayor que hoy, aunque con algunos síntomas de agotamiento respecto a los anteriores comicios, en 2012. Aún así, los partidos independentistas han ido radicalizando su posición. Como respuesta, los constitucionalistas se han reafirmado en sus principios.

El caso más sintomático es el del PSC. En 2006, en la escala del nacionalismo catalán, los votantes otorgaban a los socialistas una calificación de 4,95, donde uno es el mínimo de nacionalismo posible y diez el máximo. En los últimos comicios, lo acercaron a las tesis constitucionalistas con una nota de 3,5.

Los extremos hacen que los catalanes consideren que la situación política ha empeorado. El 68,8% considera que el momento político es malo o muy malo, mientras que solo el 8,9% lo ve bueno o muy bueno. El 74,5% piensa que la situación política es ahora peor que hace dos años.