Justo en el día de la entrega del Premio Nobel de la Paz a la Campaña Internacional para la abolición de las armas nucleares, el Papa Francisco ha pedido este domingo «trabajar con determinación para construir un mundo sin armas nucleares».
El Santo Padre ha hecho notar que la entrega de este Nobel de la Paz «coincide con el Día de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, y esto subraya la fuerte relación entre derechos humanos y desarme nuclear».
En su encuentro con decenas de miles de fieles para el rezo del Ángelus, el Papa ha afirmado que «Dios nos da la libertad, la inteligencia y la capacidad de guiar la tecnología, de limitar nuestro poder al servicio de la paz y del verdadero progreso».
Refiriéndose a otra espada de Damocles fabricada por el hombre y que pesa sobre la humanidad Francisco ha pedido a los gobiernos mayor esfuerzo «para hacer frente al preocupante fenómeno del cambio climático».
Recordando que el próximo martes comienza en París la «Cumbre de Nuestro Planeta» en el segundo aniversario del tratado para limitar la emisión de gases de efecto invernadero, Francisco ha subrayado «la necesidad de tomar decisiones realmente eficaces para hacer frente al cambio climático y, al mismo tiempo, combatir la pobreza y promover el desarrollo humano integral».
Entre las sugerencias espirituales para preparar bien la Navidad, el Papa ha mencionado «rebajar el orgullo, la soberbia y la prepotencia», así como llenar dos vacíos: «que a veces no rezamos o rezamos poco», y «la falta de caridad respecto al prójimo».
Según Francisco, estos preparativos espirituales de la Navidad «hay que realizarlos con alegría, porque preparan la llegada de Jesús. Cuando esperamos la visita de una persona que amamos, preparamos todo con cuidado y felicidad».
Los preparativos materiales, a su vez, saltaban alegremente a la vista en la plaza de San Pedro: el altísimo árbol de Navidad regalado por Polonia, y el Nacimiento monumental de estilo napolitano que representa de un modo muy gráfico las obras de misericordia.
El Papa ha dirigido un saludo especial a los peregrinos de Valladolid y de Huelva, cuyos aplausos y «vivas» entusiastas animaron una vez más la plaza en este encuentro de sabor navideño y familiar.
Fuente: ABC