175 años de la Academia de Caballería: un aniversario con Historia

La Caballería española ha sido columna vertebral del ejército a lo largo de los siglos y este 2025 vivía un año de oro: comenzaba homenajeando a uno de sus caballeros más ilustres, Pita da Veiga por el quinto centenario de Pavía y estos días, cerraba las celebraciones el 175 aniversario de la creación de su emblemática Academia de Caballería.

En la noche de los tiempos

Cronológicamente, el caballo fue uno de los animales de más tardía domesticación en la Península Ibérica. Aun así, a partir del inicio de los conflictos bélicos entre los hombres, ya se convirtió en su fiel aliado para el combate. Desde el medievo, los jinetes se ejercitaron en la destreza para blandir sus armas y el dominio de sus caballos.

La Caballería española evolucionó desde las órdenes militares y mesnadas de la Reconquista, clave en la expansión cristiana, hasta convertirse en un arma organizada en regimientos durante el siglo XVIII. Desempeñó un papel decisivo en la guerra de la Independencia, donde la tradición guerrera vivió un renacer y protagonizó cargas memorables, decisivas en batallas donde se jugaba el destino de la nación. Húsares, lanceros, cazadores, dragones… cada cuerpo aportó su singularidad, pero todos compartieron la misma virtud: la movilidad y la fuerza. Desde entonces, no dejó de transformarse. Hoy, la Caballería del Ejército de Tierra ya no combate a caballo, sino que opera con vehículos blindados y acorazados, adaptándose a los avances de la técnica y a las nuevas tácticas militares.

Estos días una solemne parada militar organizada por la Academia de Caballería cerraba institucionalmente las actividades del 175 aniversario del Colegio Militar de Caballería. El Debate publicaba un gran reportaje sobre el acto que reunió a autoridades civiles y militares.

Pero, ¿cuál ha sido la Historia de la Academia?

El sábado, 9 de noviembre de 1850, en los salones del Palacio, bajo la solemne firma de la Corona y con el respaldo del Consejo de Ministros, se dictaba un nuevo rumbo para la formación de los futuros oficiales del ejército. El Ministerio de la Guerra disponía: «La instrucción elemental de los jóvenes que abrazan la carrera militar debe ajustarse con mayor precisión a las exigencias del servicio en cada arma, y al mismo tiempo, responder al deber de economía que reclama el Estado» Así, y con el parecer favorable de los consejeros, se decretaba:

• Artículo 1 y 2. El Colegio General Militar, hasta ahora centro único de enseñanza, queda suprimido. En su lugar, se fundan dos nuevos Colegios: uno de Infantería, que tendrá su sede en la histórica ciudad de Toledo; y otro de Caballería, que abrirá sus puertas en Alcalá de Henares.

• Artículo 3. Los Directores Generales de Infantería y Caballería asumirán, respectivamente, la dirección de los Colegios pertenecientes a su arma.

Con estas disposiciones, se buscaba no solo perfeccionar la preparación de los oficiales, sino también dar mayor identidad y especialización a cada cuerpo del ejército.

La Academia de Caballería de Valladolid

La Academia de Caballería de Valladolid

Un camino de historia, tradición y servicio

La Academia de Caballería iniciaba una institución y un camino que habría de convertirse en el corazón de la formación de los oficiales del Arma.

El Colegio comenzaba su andadura en Alcalá de Henares, en las nobles dependencias de la Universidad Complutense. Poco después, en 1852, Valladolid se convertía en su hogar definitivo, acogiendo a la institución con orgullo y brindándole el solar donde se levantó el edificio conocido como «El Octógono», símbolo de una nueva etapa.

En 1867, el Colegio adoptaba el nombre de Academia de Caballería. Con ello se consolidaba un sistema de enseñanza riguroso, basado en la oposición pública y en un plan de estudios específico, que aseguraba la excelencia en la formación de los futuros oficiales.

La madrugada del 26 de octubre de 1915, un incendio redujo a cenizas «El Octógono». Pero ni siquiera la devastación logró interrumpir la misión docente. El apoyo decidido del Ayuntamiento de Valladolid permitió que la enseñanza continuara, y pronto se emprendió la construcción de una nueva sede. El 4 de mayo de 1921, Alfonso XIII y Victoria Eugenia presidían la solemne colocación de la primera piedra, un gesto que simbolizó la firme voluntad real, gubernamental y de la ciudad de mantener viva la institución. Solo unos meses después, la Caballería alcanzaba una de las cotas más sublimes del heroísmo con las Cargas del Regimiento Alcántara en la Guerra del Rif.

Lienzo de la Guerra del Rif, de Augusto Ferrer-Dalmau

Lienzo de la Guerra del Rif, de Augusto Ferrer-Dalmau

En 1931, ya en la II república, se inauguraba una de las piezas escultóricas más relevantes del siglo: el monumento a los Héroes del Regimiento Alcántara de Benlliure. Aunque llevara el nombre del Alcántara, un alférez de coraceros del XVII, con morrión y estandarte, un teniente de la caballería de línea del XVIII, con casaca y espada, dos lanceros del XIX, con sendos sables al cinto; y el propio cazador de Alcántara, simbolizaban el homenaje a la Caballería del ejército español de todos los tiempos.

Escultura de Los Héroes de Alcántara, de Rubén Olmedo

Escultura de Los Héroes de Alcántara, de Rubén Olmedo

Pero pronto la Academia dejaría Valladolid y acometería su traslado: se integraba en el centro conjunto de Infantería, Caballería e Intendencia, en el Alcázar de Toledo.

Finalizada la Guerra Civil, volvió a su sede en Valladolid y retomaba su misión en las mismas instalaciones de antaño. Esta vez el gran reto fue adaptar su enseñanza a los nuevos tiempos: el caballo cedía paso al vehículo acorazado.

Placa en honor a Alonso Pita da Veiga

Placa en honor a Alonso Pita da Veiga

La Academia de Caballería desde 1974

El año 1974 marcó otra transformación: la fusión con la Escuela de Aplicación de Caballería y la incorporación del Regimiento de Instrucción «Calatrava». Desde entonces, la Academia asumía también la formación de suboficiales y cursos de perfeccionamiento, ampliando su alcance a la tropa profesional de Caballería.

Una caballería de hoy

En 2002, con motivo del 150 aniversario de su llegada a Valladolid, la ciudad quiso honrar a la institución que tanto la había engrandecido, concediéndole la Medalla de Oro de la Ciudad. Y por su parte, este año de 2025 la Academia de Caballería, no quiso olvidar a quienes les antecedieron y abría las conmemoraciones de la Batalla de Pavía homenajeando a uno de sus más antiguos e ilustres caballeros Alonso Pita da Veiga y erigía una hermosa placa en su ciudad natal, Ferrol. Curiosamente, uno de sus descendientes directos, Pita da Veiga Morgado sería el director que más años estaría al frente de la Academia de Valladolid.

Acto de celebración del 175 aniversario de creación de la Academia de Caballería en Valladolid

Acto de celebración del 175 aniversario de creación de la Academia de Caballería en Valladolid Ejército de Tierra

Hoy, ciento setenta y cinco años después de su fundación, la Academia de Caballería sigue fiel a su misión: formar a los oficiales y suboficiales que el Ejército necesita. Lo hace con una enseñanza integral, sustentada en valores, adaptada a los escenarios del futuro. Pero sobre todo, sin perder su esencia, sus raíces en las virtudes y tradiciones que han definido siempre a la Caballería española. Un recordatorio de que la historia no se borra, se transforma, y que «cada carro de combate lleva el eco de un caballo que galopa en la memoria colectiva». La Academia de Caballería no es solo un centro de enseñanza: es un símbolo de continuidad, honor y de servicio a la nación. Y en esta línea, y por todas estas razones, el JEME General Enseñat este 2025 en su aniversario reivindicaba «la mejor caballería para el Ejército que España necesita».