La escultura que pasa desapercibida en el centro de Zaragoza y que pocos conocen

Zaragoza rinde homenaje a uno de sus escultores más universales con una obra que invita a descubrir el legado de este artista maellano

En pleno centro de Zaragoza, entre el tránsito constante de la calle Alfonso I y la discreta plaza de San Felipe, se encuentra una escultura que muchos viandantes, frecuentemente, pasan por alto. Se trata de una obra del maellano Pablo Gargallo, fechada en 1928, que representa la escena de un pastor protegiendo a su rebaño.

La pieza, instalada en la calle Candalija, forma parte de la colección del cercano Museo Pablo Gargallo, una de las joyas culturales más valiosas de la ciudad. A pesar de su ubicación privilegiada, la escultura suele pasar desapercibida entre el movimiento comercial y turístico del entorno, lo que la convierte en un «pequeño tesoro urbano» para quienes se detienen a observarla.

SE TRATA DE UNA RÉPLICA

La obra que se exhibe en Zaragoza es una réplica, ya que el original se encuentra en la plaza de Cataluña, en Barcelona, donde fue instalada por primera vez. El conjunto destaca por la fuerza expresiva y el dominio del metal característicos del escultor aragonés, considerado uno de los grandes innovadores de la escultura contemporánea del siglo XX.

Con esta réplica, Zaragoza rinde homenaje a uno de sus artistas más universales y ofrece a los transeúntes una invitación silenciosa a descubrir el legado de Gargallo, cuyo museo, situado como fondo, alberga una amplia muestra de su talento y creatividad.