El Pasillo de los Deseos del Pilar: la tradición zaragozana que solo se abre el 12 de octubre

Actualmente, solo se abre de manera excepcional el día grande de la Virgen del Pilar

Pocos visitantes de la Basílica del Pilar conocen la existencia de un estrecho corredor que durante años ha despertado la curiosidad de los zaragozanos: el llamado “Pasillo de los Deseos”. La leyenda asegura que la Virgen del Pilar concede cualquier petición a quien logra cruzar el lugar de un extremo a otro sin respirar y pensando en su deseo. Una costumbre singular que ha pasado de generación en generación y que aún hoy se recuerda como parte del patrimonio espiritual de la ciudad.

No obstante, este pasaje fue tan popular debido a sus características mágicas que acabó cerrado por motivos de seguridad. Y es que la cantidad de personas que intentaban recorrerlo provocó aglomeraciones e, incluso, desmayos, lo que obligó al cabildo a restringir su acceso. Actualmente, solo se abre de manera excepcional el 12 de octubre, día grande de la Virgen del Pilar, aunque ese mismo fervor convierte en casi imposible atravesarlo de principio a fin.

  1. UNA TRADICIÓN ENTRE LA FE Y LA LEYENDA
  2. UBICACIÓN Y CURIOSIDADES DEL PASILLO DE LOS DESEOS

UNA TRADICIÓN ENTRE LA FE Y LA LEYENDA

La práctica se consolidó como un ritual popular cargado de simbolismo. Durante décadas, miles de fieles y curiosos intentaron superar el reto de cruzar el pasillo sin respirar, convencidos de que la Virgen recompensaría su esfuerzo. Sin embargo, la magnitud de la costumbre acabó generando problemas de orden y episodios de lipotimias, lo que llevó a la Iglesia a cerrar el paso de manera permanente.

Lejos de desaparecer, la tradición se mantiene viva en la memoria colectiva. Cada 12 de octubre, cuando Zaragoza celebra a su patrona, las verjas vuelven a abrirse de forma puntual, y son muchos los que tratan de repetir la experiencia. No obstante, la enorme afluencia hace que cumplir con el ritual sea prácticamente inalcanzable.

UBICACIÓN Y CURIOSIDADES DEL PASILLO DE LOS DESEOS

El pasadizo está ubicado en una zona muy concreta del templo: une la puerta de la capilla de San Judas con otra salida que comunica directamente con la plaza del Pilar. A simple vista parece un corredor más, pero su estrechez y la leyenda que lo envuelve lo han convertido en un lugar único dentro de la basílica.

No se conoce con exactitud el origen de esta costumbre, aunque sí se sabe que ha pasado de boca en boca entre generaciones de zaragozanos. Creyentes y visitantes han participado en este pequeño rito, visto por unos como un acto de fe y por otros como una superstición cargada de simbolismo. Incluso hoy, quienes consiguen atravesarlo lo hacen con respeto, convencidos de que la “Pilarica” puede escuchar sus peticiones.

El “Pasillo de los Deseos” es un ejemplo de cómo la religiosidad popular y la tradición se entrelazan en Zaragoza. Aunque permanece cerrado la mayor parte del año, la expectación que despierta demuestra que su leyenda sigue más viva que nunca. Y cada 12 de octubre, miles de personas recuerdan que, a veces, basta un poco de fe y aguantar la respiración durante unos segundos para mantener viva una de las tradiciones más curiosas del Pilar.