La farmacia en España, mucho más que el lugar donde nos dispensan nuestros medicamentos

Con más de 81.000 profesionales colegiados, los farmacéuticos desempeñan un papel esencial que abarca desde el seguimiento de tratamientos hasta la atención hospitalaria, los análisis clínicos o la salud pública.

Con 22.231 farmacias comunitarias, España tiene una de las mayores redes de Europa. Y, aunque la primera imagen que suele venir a la cabeza al pensar en una farmacia es la del mostrador donde se entregan los medicamentos o se ofrece consejo, la realidad de la profesión farmacéutica es mucho más amplia.

El farmacéutico es el profesional sanitario más cercano y accesible en la atención primaria pero, además de dispensar fármacos, desempeña un papel clave en la prevención de enfermedades y el seguimiento y acompañamiento de los pacientes.

La mayoría –el 67% de los 81.000 colegiados en España– trabaja en farmacia comunitaria, pero más allá del mostrador también se suman los farmacéuticos hospitalarios, los de laboratorio clínico, aquellos que ejercen en la industria y distribución farmacéutica, la administración o la salud pública.

Más allá de la dispensación de medicamentos

En España hay, aproximadamente, una farmacia por cada 2.000 habitantes. Situadas a pie de calle y siempre accesibles, aquí se desarrolla una actividad esencial para el cuidado integral de la población.

“Nosotros tenemos un gran conocimiento de la persona. La conoces por su nombre y apellidos y sabes perfectamente qué medicación toma y cómo se encuentra y esa información es incomparable”, relata Gerino García-Zabarte, farmacéutico en Madrid.

Él abrió su farmacia en el barrio de Villaverde (Madrid) hace un par de años y ha dedicado gran parte de sus recursos en ofrecer más servicios de prevención: “Control de la glucosa, de la tensión, del estrés, una máquina de bioimpedancia, medición de vitamina D, análisis de la piel…”. Gracias a estos servicios asistenciales, desde su farmacia ayuda a detectar precozmente enfermedades y problemas de salud cada vez más habituales entre la población.

Además, en las farmacias se realiza una importante labor para el seguimiento de los tratamientos. En algunas, como la farmacia de Gerino, disponen de Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD), mediante los cuales los farmacéuticos preparan la medicación organizada en blísters semanales, evitando olvidos y facilitando la adherencia a los tratamientos, un servicio que resulta especialmente útil para pacientes polimedicados. “Que te den todo más sencillo y organizado es un alivio, claro. A mí me hace muy feliz saber que esa persona tiene la medicación controlada”, afirma Gerino.

Una estrategia de acción social

Históricamente, la farmacia comunitaria ha tenido un importante papel social, sobre todo en las zonas rurales, donde se convierte en motor de cohesión. La densa distribución de las farmacias incluso fuera de las grandes ciudades favorece que, hasta en los núcleos más pequeños, exista un punto de atención sanitaria.

Hoy, ese compromiso social se articula en estrategias coordinadas que luchan, por ejemplo, contra la soledad, un problema recurrente en las zonas más despobladas. En estos casos, la figura del farmacéutico, por su cercanía y trato continuado, se convierte en un aliado clave para identificar posibles señales de alarma y activar las redes de apoyo social.

Luis Noriega, farmacéutico de Mataporquera (Cantabria), un municipio de 850 habitantes, lo resume así: “El entorno sociocultural también forma parte de la salud. Como farmacéutico, vas conociendo a las personas y detectas las carencias o problemas que tienen. En ese sentido, siempre hemos tratado de ayudarles en otros aspectos más que el puramente terapéutico”.

En Cantabria surgió en 2022 un proyecto para combatir la soledad no deseada a través de talleres y actividades que fomentan la vida social de las personas en áreas rurales. Luis es uno de los farmacéuticos que forma parte del Programa Viernes pues, tras 17 años como farmacéutico en el pueblo, es fiel conocedor de la realidad de los vecinos de esta pequeña localidad.

Además de participar activamente en los talleres, aclara Luis, “las farmacias hacemos como de radares y cuando detectamos una situación que puede ser delicada, tenemos un protocolo de derivación hacia los agentes de este grupo social”.

La farmacia en el laboratorio

La labor farmacéutica también se desarrolla en hospitales y laboratorios, donde estos profesionales elaboran, gestionan y supervisan los tratamientos de los pacientes ingresados.

Además de la preparación de medicamentos como quimioterapias, preparaciones parenterales o tratamientos intravenosos, una de las facetas más desconocidas de su labor es el control sobre cualquier tratamiento que se prescribe a un paciente ingresado: “Hay un farmacéutico que valida esa medicación y se asegura de que la dosis y la administración sea adecuada para el paciente según su patología y analítica”, explica Siria Pablos, farmacéutica en el Hospital 12 de Octubre, en Madrid.

Asimismo, asegura Siria, los pacientes también tienen a su disposición la atención farmacéutica mientras permanecen en el hospital: “Sería interesante que el paciente conozca que hay un farmacéutico que puede resolver sus dudas, explicarles en qué consiste su tratamiento, la dosificación o cómo reducir los efectos adversos”.

Además de la farmacia hospitalaria, otros ámbitos destacados donde los farmacéuticos pueden trabajar en un hospital son los análisis clínicos, el área de microbiología parasitologíabioquímicainmunología radiofarmacia.

¿Quién está detrás de tus análisis?

En los laboratorios clínicos, donde se realizan los análisis de muestras biológicas, el perfil más abundante es el del farmacéutico. Esta es una carrera polivalente y multidisciplinar, “en la que aprendemos tanto Biología como Física, Química y todo lo necesario para ejercer en un laboratorio. Al final somos un compendio de otras profesiones y controlas todos estos procesos”, defiende Marta Mosquera, farmacéutica de análisis clínicos y directora técnica del Laboratorio Eurofins en A Coruña.

Los análisis clínicos son otro eslabón fundamental en la cadena de atención sanitaria por la cantidad de diagnósticos y tratamientos que actualmente dependen de este tipo de pruebas.

Sin embargo, los analistas clínicos se enfrentan a un volumen de muestras cada vez mayor, entre otras razones “porque nuestra población envejece y cada vez tenemos más determinaciones bioquímicas para diferentes enfermedades. Entonces nuestro volumen de trabajo no para de crecer. Cada año aumenta y tenemos los mismos recursos, muchas veces el mismo personal”, argumenta la especialista.

Desde la farmacia comunitaria hasta el hospital o el laboratorio, la labor de los farmacéuticos en España es mucho más amplia de lo que a menudo se percibe. Son profesionales presentes en todos los niveles de atención que, gracias a una extensísima red de farmacias, se han consolidado como el pilar sanitario más cercano a los ciudadanos.