El primer ‘milagro’ de Charlie Kirk: un hombre se confiesa después de más de 30 años para «vivir en la verdad»

Una semana después de su asesinato en un campus de Utah, el padre Javier Olivera Ravasi reflexionaba en su canal Que no te la cuenten sobre la falsa tolerancia del mundo moderno

El asesinato del valiente líder conservador que desafió el pensamiento único en las universidades, Charlie Kirk, ha consternado al mundo entero. A sus 31 años, Kirk era conocido no solo por su defensa de la libertad, la vida, la familia y la fe cristiana, sino también por su amor a la patria y su capacidad de movilizar a cientos de miles de jóvenes.

Era un hombre que no temía dialogar en los campus universitarios para ofrecer una alternativa frente a la ideología woke. Su estilo directo, honesto y claro —apoyado en sólidos argumentos— logró convencer incluso a estudiantes que pasaron de respaldar a Kamala Harris a apoyar a Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales.

Una semana después de su asesinato en un campus de Utah, el padre Javier Olivera Ravasi reflexionaba en su canal Que no te la cuenten sobre la falsa tolerancia del mundo moderno. «Quería dejar pasar algunos días para intentar ir a esto que voy a decir ahora», dice el sacerdote argentino en su canal. Ravasi, conocido por sus análisis sobre la cultura moderna desde la fe católica, compartió una experiencia que lo marcó profundamente: la confesión de un hombre que llevaba más de tres décadas alejado del sacramento.

«La verdad os hará libres»

El padre Olivera cuenta cómo, en un lugar y circunstancias que no revela —«ustedes saben que cuando un cura habla sobre algo que escuchó en la confesión no puede decir nunca de modo directo quién se confesó, ni exactamente en qué lugar»— se encontró con una persona que, antes de iniciar la confesión, reconoció: «Hace más de 30 años que no me confieso».

La pregunta del sacerdote fue la de siempre, esa que abre la puerta a la confidencia y que, en cierto modo, invita a descubrir qué mueve a alguien a volver al confesionario después de tanto tiempo: «¿Y qué lo movió ahora a confesarse?».

Lo curioso, explica, es que en esos casos las respuestas pueden ser muy variadas, pero en la práctica suelen repetirse ciertos motivos más habituales: desde «se casa mi hijo o mi hija», hasta «murió mi mujer», o «tuve una gracia especial».

En este caso, sin embargo, la respuesta —según relata el padre Javier— fue «tremenda»: «Fue el asesinato de Charlie Kirk, padre». El padre Olivera repreguntó con asombro: «¿Y por qué?». «Bueno, porque a este hombre lo mataron por decir la verdad, y yo hace muchísimos años que estoy viviendo en la mentira. Y bueno, entonces me quería confesar», explicó.

«Wow», comenta el sacerdote en el vídeo, «los testigos de la verdad —porque solamente la verdad nos hace libres— tocan las almas. Tocan las almas. Es así, y nos puede pasar a cualquiera».

La falsa libertad del mundo de hoy

Una anécdota que ejemplifica la falsa libertad y la aparente tolerancia del mundo moderno que el sacerdote critica en el video: una ‘libertad’ gestada y fortalecida desde y durante la Revolución Francesa, que marcó el futuro de Occidente, pero que partió de una masacre y penalizó e incluso mató a más de 40.000 personas en nombre de la igualdad y la fraternidad.

Un hombre, después de 30 años, volvió al confesionario movido por la coherencia de un joven asesinado no por renegar de lo que creía, sino por mantenerse firme en la verdad. Y en este caso, esa influencia tocó la vida de alguien que decidió, finalmente, «vivir en la verdad».