El relevo generacional del clero en España, en jaque: esta es la edad media actual

Para afrontar este problema, la Iglesia española ha adoptado distintas estrategias, como la agrupación de parroquias bajo un solo párroco

La Iglesia Católica en España se enfrenta a un desafío cada vez más evidente: el envejecimiento del clero y la falta de relevo generacional. Según datos recientes de la Conferencia Episcopal Española, la edad media de los sacerdotes supera ya los 65 años en muchas diócesis, y en algunas zonas rurales no es raro encontrar párrocos octogenarios que siguen en activo por la ausencia de sustitutos.

El descenso de vocaciones sacerdotales es una tendencia sostenida desde hace décadas. Mientras que en los años 60 y 70 los seminarios estaban llenos, hoy el número de nuevos seminaristas es muy reducido. En 2024, por ejemplo, apenas se contabilizaron unos 1.000 seminaristas en todo el país, una cifra que contrasta con los más de 7.000 registrados en 1990.

Además, muchos de los jóvenes que inician el proceso no lo finalizan, por lo que el número de ordenaciones anuales es insuficiente para cubrir las bajas por jubilación o fallecimiento.

Las causas de esta crisis vocacional son diversas. Entre ellas destacan la secularización de la sociedad, el alejamiento de las nuevas generaciones de la práctica religiosa y la percepción del sacerdocio como una vocación poco atractiva o demasiado exigente en el contexto actual.

A esto se suma la dificultad de conciliar la vida pastoral con la soledad que muchos sacerdotes viven en pueblos pequeños, donde deben encargarse de varias parroquias al mismo tiempo.

Soluciones de la Iglesia

Para afrontar este problema, la Iglesia española ha adoptado distintas estrategias, como la agrupación de parroquias bajo un solo párroco, la promoción del diaconado permanente o el impulso de la pastoral vocacional entre los jóvenes. También se ha recurrido a sacerdotes extranjeros, especialmente de Hispanoamérica y África, que vienen a servir temporal o permanentemente en España.

Sin embargo, estas soluciones no abordan el fondo del problema: la necesidad de un nuevo modelo pastoral que conecte con la realidad actual y sea capaz de suscitar vocaciones desde un testimonio cercano, renovado y creíble. El futuro del clero en España dependerá, en gran parte, de la capacidad de la Iglesia para responder con audacia y esperanza a este reto generacional.