El Papa sigue mejorando, pero «necesita más días de estabilidad clínica»

El Santo Padre ha recibido oxígeno de dos formas: con un sistema de alto flujo para facilitar su respiración y con una mascarilla Venturi, que regula la cantidad exacta de oxígeno

El estado de salud del Papa Francisco sigue evolucionando favorablemente, aunque los médicos advierten que «son necesarios más días de estabilidad clínica para disolver el pronóstico».

Según el último parte médico, el Santo Padre ha alternado «la oxigenoterapia de alto flujo con la mascarilla Venturi», un dispositivo que permite administrar concentraciones precisas de oxígeno, dentro del tratamiento previsto para su recuperación. La complejidad de su cuadro clínico exige prudencia y seguimiento constante.

Una imagen muestra la estatua de Juan Pablo II afuera del hospital Gemelli

Una imagen muestra la estatua de Juan Pablo II afuera del hospital Gemelli AFP

Durante la mañana, el Pontífice ha dedicado tiempo a la «fisioterapia respiratoria, alternándola con el reposo», mientras que a la hora del almuerzo se celebró la misa en la capilla Gemelli. «Dos polos guían el pontificado de Francisco: la sencillez y la esencialidad. Una cierta sobriedad, incluso cuando viene aquí al hospital, nos dice no quiero molestar», explica don Nunzio Currao, capellán del policlínico, durante la celebración dedicada a la salud y la pronta recuperación del Papa Francisco.

Por la tarde, antes de la difusión del boletín con la actualización de las condiciones de salud, hubo una consulta entre los especialistas que siguen la hospitalización del pontífice, precisamente para la adaptación de las terapias. Posteriormente, el Papa retomó «las actividades laborales».

En las últimas 24 horas, el estado de salud del Papa Francisco ha mostrado una «leve mejoría», según informó la Oficina de Prensa del Vaticano. Un aspecto positivo en su evolución es que la insuficiencia renal detectada el domingo «ha remitido» y que la tomografía computarizada de tórax (TAC) realizada el martes evidenció una «evolución normal» en su cuadro inflamatorio pulmonar.

Además, los análisis sanguíneos confirmaron una tendencia favorable en su recuperación. Por otra parte, el Pontífice no ha vuelto a sufrir crisis respiratorias asmáticas. También sigue en tratamiento con fisioterapia respiratoria para fortalecer su capacidad pulmonar.

Los momentos más duros

El Papa Francisco, de 88 años, lleva hospitalizado en el Gemelli desde el pasado 14 de febrero. Inicialmente, su ingreso fue por una bronquitis, luego se vio obligado, debido a una infección polimicrobiana, a lidiar con una neumonía bilateral.

Durante estos días de hospitalización, el momento más duro se produjo entre el sábado y el domingo, cuando sufrió una fuerte y prolongada crisis respiratoria que obligó a los médicos a aplicarle oxígeno a altos flujos. Además, la falta de plaquetas, descubierta mediante análisis de sangre, empujó a los médicos a realizar transfusiones. A lo que hay que añadir una insuficiencia renal.