La Cumbre de Paz sobre Ucrania evita ataques a Rusia pero concluye sin unanimidad: 12 estados no firman el texto final

El borrador del acuerdo evita ataques a Rusia para no causar un desaire que impida su participación en el proceso. Censura que se use la seguridad nuclear y alimentaria como arma de guerra.

El domingo amaneció soleado en Bürgenstock. Los rebaños de vacas pastan con tranquilidad en los prados, mientras furgonetas y autobuses paran en los distintos controles policiales transportando líderes mundiales y periodistas. Pero todo se nubló. La Cumbre de Paz de Suiza sobre Ucrania afronta su jornada final de trabajo, en la que se ha alcanzado un acuerdo para un documento que refleje los temas debatidos en estas 48 horas, pero que no ha logrado unanimidad. Una docena de países, entre ellos BrasilSudáfricaMéxico Arabia Saudí no han firmado. 80 estados, entre ellos España, sí la apoyan. Al conclave han asistido 92 estados. Zelenski pidió hacer «historia», aunque de momento está por escribirse. Eso sí, quiso dejar claro un mensaje: «La paz tiene ya un camino».

El texto que ha salido adelante evita los ataques a Rusia, de hecho no se menciona a este país, para evitar un desaire que impida la participación de Putin en un futuro proceso. Por ejemplo, se habla de «guerra», pero no de «agresión», término que emplean muchos de los países que han participado en la cumbre y término que sí usa Volodímir Zelenski. De hecho, esta acepción sí figuraba en alguno de los últimos borradores que han intercambiado los líderes.

De los 92 estados que han acudido a Bürgenstock, 80 sí respaldan el texto final, mientras que una docena se han desmarcado: ArmeniaBahrein, Brasil, la Santa SedeIndiaIndonesiaLibia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Tailandia Emiratos Árabes Unidos. Fuentes diplomáticas prefieren poner el énfasis en el que el «éxito» de la cita es la asistencia a la misma y el «mensaje político» de estar con Ucrania. Una idea con la que también comulga Zelenski, que ha mostrado su «gran satisfacción» por la lista de participantes. «Esta cumbre demuestra que el apoyo internacional está fuerte». Para él, una manera de visibilizar que Putin está cada vez más aislado, aunque admite que «lamentablemente» no lo está del todo porque aún hay países que están haciendo «equilibrios».

El presidente de Ucrania ha querido restar importancia a la falta de unanimidad, amparándose en que hay países «que no han firmado» pero que el comunicado «está abierto a que puedan unirse» y que el hecho de acudir en, cierta medida, es una manera ya de «unirse».

El texto reivindica «los principios de soberanía, independencia y la integridad territorial de todos los Estados, incluida Ucrania, dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, incluidas las aguas territoriales, y la resolución de controversias por medios pacíficos como principios de derecho internacional». Esta mención es importante porque Putin expuso esta semana sus condiciones para la paz, entre las que exigía reconocimiento internacional de Crimea y Sebastopol como territorio ruso. Rusia no fue invitada formalmente a la cumbre.

«Las tropas ucranianas deben retirarse completamente de las regiones de la República Popular de Donetsk, la República Popular de LuganskJersón Zaporiyia«, añadió el líder ruso en un discurso televisado. Rusia proclamó en 2022 la anexión de estas cuatro regiones del este y del sur de Ucrania, pese a no tener el control total sobre ninguna de ellas.

«Todos los participantes respaldan la integridad territorial de Ucrania. No habrá paz sin esa integridad territorial», ha contrapuesto Zelenski.

El borrador es un texto en el que se respalda a Ucrania, se avala en cierta medida las reivindicaciones de Zelenski, pero con una redacción muy cuidada y medida. Ejercicio de diplomacia. De hecho, los discursos de los participantes en las sesiones plenarias han sido más duros y contundentes que la propia declaración final. «La paz no es rendición», ha sido un mensaje repetido. Este domingo, entre otros, por Georgia Meloni, líder italiana.

Georgia Meloni, a su llegada a la cumbre.
Georgia Meloni, a su llegada a la cumbre. MICHAEL BUHOLZER / POOLEFE

La declaración que han trabajado los líderes hasta última hora consta de tres puntos, en los que plasman que ni la seguridad nuclear ni la seguridad alimentaria pueden convertirse en un arma de guerra. «Cualquier amenaza o uso de armas nucleares en el contexto de la guerra en curso contra Ucrania es inadmisible», recoge el primer punto acordado. «La seguridad alimentaria no debe convertirse en un arma de ningún tipo».

El tercer y último punto pide que los prisioneros de guerra sean «liberados por completo. Todos los niños ucranianos deportados y desplazados ilegalmente, y todos los demás civiles ucranianos que fueron ilegalmente detenidos, deben ser devueltos a Ucrania».

La palabra Rusia sólo aparece mencionada en una ocasión, en la primera frase del texto, pero para describir lo que se ha abordado en esta cumbre: «La guerra en curso de la Federación Rusa contra Ucrania sigue causando sufrimiento humano y destrucción a gran escala, y creando riesgos y crisis con repercusiones globales para el mundo».

Porque el objetivo de esta cita era sentar las bases para un futuro proyecto de paz, una negociación, pero el centenar de delegaciones que se han dado cita eran conscientes de que esto sólo se puede hacer incorporando en un futuro a Rusia. De ahí que la mayoría de los líderes hayan hecho hincapié en este asunto y los debates abordados hayan sido sobre asuntos que generaban consenso y evitaban fricciones grandes con Rusia.

De hecho, la declaración final hace un llamamiento a que todas las partes deben implicarse en la paz. «Creemos que el logro de la paz requiere la participación de todas las partes y el diálogo entre ellas. Por lo tanto, hemos decidido emprender medidas concretas en el futuro en los ámbitos mencionados, con un mayor compromiso de los representantes de todas las partes».

A partir de ahora se celebrarán reuniones de carácter más técnico sobre los asuntos tratados en Suiza -seguridad nuclear, seguridad alimentaria y trato humanitario- y a nivel ministerial, para preparar una segunda cumbre que pueda celebrarse después del verano. Todo indica que será acogida por un país del sur.