La organización busca que sus miembros se relacionen únicamente con personas que también pertenezcan a su religión
Episodio 3 del pódcast: ‘Los silencios’
Especial | Los expulsados del paraíso. Sobrevivir a los Testigos de Jehová
El bautismo es el momento más especial en la vida de un testigo de Jehová. Es su confirmación, su abrazo definitivo a su fe, su contrato vitalicio. Sin embargo, para muchos, es el momento en el que todo se tuerce.
Lo cuentan los extestigos que participan en ‘Los expulsados del paraíso. Sobrevivir a los Testigos de Jehová’, el pódcast de investigación de ABC que recoge las experiencias de exmiembros de la congregación, que forman parte de la asociación de víctimas que fue llevada a juicio en 2023 por la cúpula de la religión en España.
Patricia y Yehosua vivieron su adolescencia y juventud dentro de los Testigos. Ese momento esencial para cualquier persona en el que comienza a descubrir el mundo, a forjar el adulto futuro, a pensar qué estudiar; el momento en el que llegan los primeros amores, las experiencias; la vida, al fin y al cabo. Para ellos, sin embargo, no pudo ser así.
«Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos», dice un proverbio de la Biblia al que los Testigos se aferran para influir en sus fieles y que no pasen por estudios universitarios.
Consideran, directamente, a los estudios superiores una amenaza, por el tiempo que pueden «quitar a Jehová». Quienes han abandonado la confesión, también apuntan que detrás de esta negativa a la universidad, se encuentra el simple hecho de que el desarrollo social, académico y cultural de la persona puede hacerles cuestionarse los ideales impuestos.
«Entonces me hice auxiliar de enfermería, porque eso sí lo fomentan, que hagas unos estudios básicos, o sea, como prácticos para que puedas trabajar en algo claro y mantenerte, pero de pocos años, digamos», cuenta Patricia en el episodio 3 del pódcast.
Así recuerda Yehosua ese momento de su vida: «Mi tutora me pregunta, me acuerdo y yo le digo que no, que voy a hacer un grado FP, una formación profesional. Mi profesora se extrañó y me dijo ¿pero cómo vas a hacer eso?, me dice, como diciéndome ¿estás loco? Si tú tienes unas notas magníficas, tú tienes que estudiar. Y yo digo ya, no, no, pero es que yo tengo otro tipo de metas en mi vida». Aislamiento.
Y no era la primera vez. Ya desde la infancia se recuerda a los niños que los compañeros de clase son eso, compañeros. Los amigos, sólo dentro de los Testigos de Jehová.
El problema de los primeros amores
Tanto para Patricia como para Yehosua, la alerta final saltó con los amores. La ‘red flag’, que diríamos ahora, llegó cuando empezaron a descubrir su sexualidad.
A ella le hicieron un comité judicial del que salió condenada por «fornicadora impenitente y por insumisa y rebelde». A él, homosexual, se le cayó el mundo encima, en sus propias palabras, cuando se acostó con un chico que le gustaba, a los 21 años. Eso estaba mal.
«Me costó un tiempo confesar, unos meses, pero al final fui yo mismo el que di el paso, porque nadie se hubiera enterado jamás de que yo había estado con un chico y yo fui el mismo el que al final… Era como que mi mente y mi conciencia me atormentaban. Es que hasta yo lloraba», relata.
Para los Testigos de Jehová los noviazgos -siempre entre hombres y mujeres y preferiblemente con hermanos testigos- son un paso serio hacia el matrimonio y no deben tomarse a la ligera, como ellos mismos definen en su web.
Es otro mecanismo del control que pretenden ejercer sobre todos sus fieles, a los que someten a un aislamiento tal que la única vía verdadera y permitida es la que ellos dictan, la de la interpretación literal de la Biblia que proporciona el manual vital, el guion, los pasos. Qué hacer, cómo pensar, con quién casarte, con quién hablar. Apartarse del mundo es para ellos la única manera de mantenerse en el camino de la salvación.
