Primer día de la obligatoriedad de las mascarillas en Aragón: entre la comprensión y los olvidos

Se está viviendo una jornada tranquila en los centros de salud y la gran mayoría de pacientes ha acogido de buen grado la medida, aunque muchos, por despiste, han acudido sin ella

«Hemos tenido que lidiar con un par de casos de personas que no se la querían poner, pero no representa la educación que está teniendo el resto», asegura José Trasmontán, responsable de admisión del centro de salud de Sagasta

Entrar hoy en un centro de salud de Zaragoza conlleva irremediablemente a recordar momentos pasados y que, en muchos casos, se daban por olvidados. Las mascarillas vuelven desde este miércoles a ser obligatorias en los centros de salud Aragón, una medida que los pacientes han acogido con resignación, aunque la inmensa mayoría la ha acatado de buen grado y con la sensación de que “es lo mejor para todos”.

Pilar, una celadora del Centro de Salud de Sagasta, ha tomado hoy, cuando el resto de sus obligaciones se lo ha permitido, el papel de controladora del uso de la mascarilla. “Aquí estoy en la puerta asegurándome de que todo el mundo la lleva«, reconocía la trabajadora. A pesar de que la noticia de la vuelta de la obligatoriedad del tapabocas ha sido muy sonada en todos los medios, lo cierto es que a muchos se les ha olvidado en casa. «Pensaba que por el momento solo estaba recomendada«, reconocía Ricardo. No obstante, para los más despistados, el centro de salud de Sagasta ha repartido gratuitamente las mascarillas para que todo el mundo pudiera acceder a sus instalaciones: «La gente está siendo muy comprensiva«, asegura la celadora.

Por lo general, el imperativo de las mascarillas parece una medida que, sin acabar de gustar, se entiende a la perfección. «Para mí es una incomodidad. Pienso que debería quedar en la conciencia de cada uno. Si yo vengo por un esguince en el pie, no entiendo la obligación, pero qué le vamos a hacer«, asegura Juan José, que, sin embargo, sí se acordó de llevarla puesta hasta Sagasta: «Porque me lo ha recordado mi mujer», puntualiza.

Educación

En cambio, para otras personas, como es el caso de Yolanda, la medida se tenía que haber tomado desde hace más tiempo, o incluso haberla mantenido tras la pandemia. «Desde luego no aprendimos nada. En otros sitios vale, pero en los hospitales, solo por educación, debería llevarla todo el mundo puesta», asegura la paciente. «No cuesta nada y sirve para mucho», añade.

No obstante, la normalidad ha reinado en el centro de salud de Sagasta. «Está siendo un día tranquilo», asegura José Trasmontán, responsable de admisión de del centro de salud ubicado en el centro de Zaragoza. La obligatoriedad del uso de las mascarillas no ha pillado por sorpresa a nadie. «Para los profesionales no es mayor problema y vemos que para los pacientes tampoco”, ha subrayado el sanitario, que, no obstante, reconoce algún problema puntual. «Sí hemos tenido que lidiar con un par de casos de personas que se han negado a ponérsela, pero eso pasa en todos los sitios. Es algo minoritario que no representa la educación que está teniendo el resto», recalca.

Con la obligatoriedad ya impuesta hace unos días en las salas de espera, el responsable del centro de salud de Sagasta confiesa que prácticamente no se han notado muchos cambios. «Aquí las consultas están al lado de la sala de espera, así que aquí la mascarilla ya era prácticamente obligatoria en todo el centro. Y se está respetando sin problema», incide.