Junts mantiene en vilo su apoyo a la investidura tras la reunión con Pedro Sánchez

El PSOE transmite calma y ve avances dentro de una negociación «complejísma». Ferraz, que pide «trabajo y discreción» ya no hará público el resto de encuentros con los de Puigdemont

Pedro Sánchez ha salido este viernes de su cita con Junts igual que entró: sin los votos de Carles Puigdemont que le eviten hacer mudanza de Moncloa, aunque con alguna cana más. El presidente del Gobierno en funciones se ha reunido durante una hora y veinte minutos con la portavoz en el Congreso de Junts, Miriam Nogueras, que sigue dejando en vilo la investidura del candidato del PSOE.

Todo sigue igual, aunque todo haya cambiado, porque desde ya Sánchez se ‘aparta’ y será el comité negociador de Ferraz el que tome los mandos. El PSOE transmite calma y respira optimismo moderado dentro de una negociación «complejísima». «No ha ido mal. Si va mal se sale del encuentro a los 15 minutos», resumen fuentes de la planta noble de Ferraz. Los socialistas piden «trabajo y discreción» y avisan de que ya no harán públicos el resto de encuentros con los de Puigdemont. Y eso que serán varios, porque aún hay «mucha tela que cortar».

Sánchez, no obstante, no ha estado solo ante el peligro. Junto a él se han sentado el secretario de organización, Santos Cerdán, y el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños. Ambos son dos de sus fontaneros de confianza. Y los dos tienen callo negociador con el independentismo. El propio Bolaños, además, es el cerebro jurídico detrás del proyecto socialista de amnistía que Sánchez dice tener ya listo para explicar una vez ha finalizado esta semana su ronda de encuentros con todos los grupos parlamentarios excepto Vox. Aunque la semana que viene tanto Moncloa como Ferraz han decretado silencio obligatorio en aras de lograr un acuerdo.

Poco o nada ha trascendido del contenido del encuentro entre Sánchez y Nogueras. Aunque se da por sentado que se ha abordado la amnistía. También el ‘gesto’ que Puigdemont espera con él: desde una llamada hasta un apretón de manos con algún pez gordo de Ferraz. Eso sí, la reacción de la derecha independentista catalana deja claro que toca al PSOE moverse. «Seguimos lejos de un compromiso histórico«, ha espetado la portavoz de Junts.

Junts le ha dicho a Sánchez que si su plan es abordar el conflicto en Cataluña como lo ha hecho los últimos cuatro años más le vale prepararse para unas nuevas elecciones. Nogueras ha entregado al presidente Sánchez una transcripción del discurso de Puigdemont el pasado 5 de septiembre, en el que exige un «acuerdo histórico inédito desde 1714» entre Cataluña y el Estado. Junts repite hasta la saciedad «el momento histórico» que vive el país. Todo parece indicar que Puigdemont quiere regresar a su tierra como el líder mesiánico que liberará a su pueblo: con amnistía y consulta de por medio. Mientras, el PSOE, que ha eludido comparecer y se ha limitado a enviar un comunicado, vuelve a recordar que su terreno de juego es la Constitución. Toda una patada al balón para seguir negociando.

«Para el PSOE, la apuesta por la convivencia, el diálogo y la pluralidad es la hoja de ruta para lograr la investidura de Pedro Sánchez y las bases sobre las que debe asentarse el nuevo Gobierno. Por ello, esta fase de las negociaciones es tan importante, tanto en el contenido como en la discreción, y teniendo como soporte el marco constitucional en todo momento«, reza Ferraz. Todo indica que los de Puigdemont no se apean y no solo no están dispuestos a renunciar a la unilateralidad -el gesto que espera Moncloa para seguir defendiendo las conversaciones-, sino que siguen exigiendo una consulta de difícil encaje legal en el ordenamiento jurídico.

La foto

El PSOE, como contó este diario, está dispuesto a una foto con Carles Puigdemont en Bruselas para cerrar la investidura, según fuentes socialistas de peso. La posibilidad está encima de la mesa de la Ejecutiva federal del partido. Estas mismas fuentes apuntan a que quien tiene más papeletas para ese ‘primer’ contacto es el secretario de organización, Santos Cerdán. El también diputado por Navarra es uno de los encargados de contactar con Junts de manera discreta y en total coordinación con el PSC.

Lo que está claro es que Ferraz no va a poner en peligro el capital de Sánchez con un apretón de manos que solo puede perjudicarle en caso de que finalmente no haya acuerdo de investidura y España se encamine a la repetición de las elecciones generales el próximo 14 de enero. Antes, no obstante, el PSOE intentará que se registre en el Congreso la iniciativa que conduzca a una ley de amnistía antes de la investidura que ya se plantea a mediados de noviembre.

Junts y ERC, los socios independentistas de Moncloa, presionan para que el trámite se inicie cuanto antes. Aunque no ha trascendido si será iniciativa de ellos o conjunta de la mayoría que vote al líder socialista. Fuentes republicanas y socialistas confirman que ese es el plan y que está encima de la mesa. Ese es, además, uno de los motivos por los que la fecha del ‘momento Sánchez’ en el Congreso se retrasa casi cada día. Aunque la dureza de las condiciones de Junts frenan la euforia del PSOE.