Los sindicatos comparten el temor por el negro futuro de Muface: «Si se marcha una mutua, se van todas»

El sindicato mayoritario de los funcionarios cree que la mutualidad necesita mayor presupuesto, y CCOO advierte del riesgo de que «una parte importante de la población quede sin asistencia sanitaria»

Los sindicatos no se cortan, la situación por la que pasa Muface «es grave». Algunos, como Comisiones Obreras (CCOO), hablan de «quiebra, no inmediata, pero sí en el tiempo si no se toman medidas«. El mayor sindicato de funcionarios de nuestro país, CSIF, ya advirtió a principios de 2023 de la necesidad de aumentar el presupuesto de Muface para hacer frente a la inflación. Desde CSIF trasladan en declaraciones a Vozpópuli su preocupación ante las declaraciones vertidas estos días por DKV sobre su posible salida del modelo si no se incrementa la financiación un 40% como mínimo: «Su salida arrastraría a todas las demás«.

Tanto mutuas como sindicatos coinciden en el diagnóstico: Muface está infrafinanciado. «Muface necesita más financiación, queremos que se incremente el presupuesto adherido al concierto sanitario -contrato de tres años firmado con Adeslas, Asisa y DKV para prestar atención sanitaria a los funcionarios-«, asevera Carmen Espejo, portavoz de CSIF en Muface, en declaraciones a este periódico. «Nos preocupa todo este movimiento de las aseguradoras porque queremos que nuestros mutualistas tengan las mejores condiciones. Por eso hemos pedido a los principales grupos parlamentarios una reunión. El movimiento de salida DKV acabaría arrastrando al resto de las compañías«, añade.

El 73% de los funcionarios escoge, a través de Muface, un proveedor sanitario privado. La salida de las aseguradoras implicaría el final del modelo y que más de un millón de españoles quedasen sin cobertura sanitaria. Trinidad Molina, secretaria de Empleo de FSC-CCOO, admite su preocupación por que las aseguradoras no quieran trabajar con en el futuro con Muface «y dejemos a una parte importante de la población sin asistencia sanitaria«. Estamos hablando de más de dos millones de personas entre mutualistas y beneficiarios. Comisiones Obreras lleva «años denunciando que la dotación presupuestaria de la mutualidad es insuficiente».

En el Consejo General de Muface de enero, CSIF planteó la necesidad de que se incrementara el presupuesto con el que se había dotado el concierto porque la inflación podía afectar al servicio sanitario que se presta al funcionariado. La dirección de Muface se comprometió entonces a estudiar líneas de actuación, «pero no hemos sabido nada más«, como denuncia Espejo.

En el último Consejo General, celebrado a finales de junio, CSIF volvió a poner sobre la mesa esta cuestión. Desde Muface se argumentó entonces que estaban buscando una fórmula para mejorar el concierto sanitario, pero que no se podía modificar sin más porque la normativa no lo permite.

Comisiones Obreras coincide en que si no se toman medidas «va a haber un momento en que las compañías asistenciales no van a poder trabajar con Muface o van a ofrecer un servicio de menor calidad». Además, Molina advierte del efecto dominó que puede tener Muface en Isfas y Mugeju, las mutualidades que prestan servicio a las fuerzas armadas y al cuerpo judicial.

¿El fin de Muface?

«Temo que en esta situación, cuando haya que negociar el próximo concierto, ninguna aseguradora quiera entrar en Muface«, subraya Molina. CCOO explica que lleva años denunciando las deficiencias del sistema y que sin aseguradoras privadas «no va a haber futuro para los mutualistas». El sindicato envió senda misivas a la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, y al ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, solicitando una reunión para debatir las deficiencias del modelo Muface y plantear la necesidad de aumentar su dotación presupuestaria. La ministra Montero delegó en la Secretaría de Estado, que acudió a una de las reuniones. En cambio, Escrivá sí mantuvo un encuentro presencial con CCOO, Anpe (profesores), Augc (guardias civiles) y SUP (policías) para tratar la cuestión.

«También hicimos una ronda de contactos con los principales grupos parlamentarios cuando se estaban negociando los presupuestos. Pero quedó todo en papel mojado», lamenta Molina.

De cara al Consejo General de septiembre, CCOO afirma que hará una apuesta segura para que se tome en serio el tema de la financiación. «Tienen que hacer una dotación presupuestaria mayor. Debemos volver a 2006, 2007 y 2008, cuando el modelo funcionaba bien».

Hay que recordar que Muface ahorra al Estado 800 millones de euros pese a ofrecer a sus mutualistas la posibilidad de elegir entre la sanidad pública (la escogen el 27%) o la privada (la selecciona el 73%). Además, de desaparecer la mutualidad más de un millón de personas engrosarían la seguridad social y, con ello, las listas de espera.

Frente a quienes critican Muface por el privilegio que supone que los funcionarios puedan escoger la sanidad privada, CSIF manifiesta que «el modelo surgió para paliar las desventajas de los empleados públicos. A día de hoy se presta una atención sanitaria al mutualista que no es ni mejor, ni peor que la pública. Las aseguradoras se rigen por las prestaciones de la cartera básica de la seguridad social. No se les dan prestaciones adicionales«.

Causas de la crisis

La inflación provocada por la guerra de Ucrania y el efecto postcovid en cuanto a aumento de siniestralidad y patologías no tratadas han sido un disparo directo a la línea de flotación de las mutuas privadas de Muface. Además, los beneficiarios son cada vez más mayores, por lo que requieren de mayor atención. Estas circunstancias han provocado que las aseguradoras estén generando pérdidas por el servicio que prestan en Muface, por lo que están pensando en retirarse del modelo. Quien parece tenerlo más claro es DKV, que en 2022 perdió 20 millones de euros por los servicios ofertados a los funcionarios.