Electoralismo e incomunicación marcan el arranque de la presidencia española de la UE

Gobierno y PP intercambian acusaciones cruzadas de utilización partidista del semestre europeo en vísperas del 23J

España asume hoy la presidencia de turno del Consejo de la UE, una oportunidad de excepción para colocar nuestro país como escaparate internacional en un momento decisivo para la Unión, quizá el más convulso desde la caída del muro de Berlín y con una guerra a las puertas de Europa. Sin embargo, el mandato europeo, que se asumirá por quinta vez –ya lo hicimos en 1989, 1995, 2002 y 2010– y que no volverá a repetirse hasta, al menos, dentro de 15 años, llega en un momento de máxima polarización, marcado por la inminente campaña electoral del próximo 23 de julio.

Aunque desde el Gobierno sostienen que la celebración de las elecciones generales no supone distorsión alguna para la tarea sobre la que se lleva meses trabajando, pues otros países que le han precedido han celebrado también comicios –Francia lo hizo hasta en tres ocasiones–, lo cierto es que el clima en el que se desarrolla está ya marcado por la incomunicación entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, que podría asumir las riendas del país durante el semestre. Una incomunicación que solo se interrumpe para lanzarse acusaciones cruzadas de instrumentalización partidista de lo que debería ser una política de Estado.

Desde el PP, Alberto Núñez Feijóo denuncia la exclusión total que está sufriendo por parte del Ejecutivo central, asegura tener más información por parte de la presidencia saliente, Suecia, que por el propio Pedro Sánchez. Unas críticas que desde Moncloa se contrarrestan señalando que se ha informado puntualmente a todos los grupos parlamentarios y que el principal partido de la oposición, por tal condición, no tiene un papel asignado, por lo que se quejan del intento de desestabilización interno que suponen estos ataques.

En el Gobierno asumen «con ilusión» el reto de la presidencia europea, pero reconocen que «no mueve un voto», por lo que no dudaron en sacrificar este hito con el adelanto electoral, que consideraban que les beneficia estratégicamente. No en vano, el semestre europeo cierra el círculo tras el éxito que supuso la cumbre de la OTAN de Madrid de hace un año o la influencia creciente de España en la política europea, en concreto, en el reparto de los fondos de recuperación para hacer frente a las consecuencias de la pandemia del coronavirus o la respuesta a la crisis energética con la excepción ibérica.

Sin embargo, el contexto electoral ha obligado a Sánchez a reorientar la agenda diseñada para este mes de julio para evitar su interferencia en la campaña y generar así suspicacias sobre la utilización electoralista de la misma. El presidente del Gobierno tuvo que aplazar a mediados de septiembre su intervención en Estrasburgo para presentar las prioridades del semestre, que estaba inicialmente prevista para el próximo 13 de julio, en el epicentro de la campaña. También se ha tenido que anticipar la visita a Madrid del Colegio de Comisarios.

En un inicio se iba a producir el 6 de julio, justo en la jornada en que a medianoche arranca la campaña electoral, por lo que se producirá este lunes 3 de julio. El domingo, Sánchez se reunirá con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la Moncloa y un día después hará lo propio con la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen. Otro de los hitos que se eliminó de la agenda fue la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo, prevista para el ya superado 26 y 27 de junio en Madrid, y que iba a contar con la presencia del Rey Felipe VI y del propio Sánchez.

Pese a esta alteración, Sánchez viaja hoy a Ucrania, donde dará comienzo a los actos de la presidencia española del Consejo de la UE. El jefe del Ejecutivo ha querido que el primer acto sea viajar a Kyiv para «visibilizar con su presencia allí el apoyo sin fisuras a Ucrania de la UE en todos los campos: militar, humanitario y económico». Allí se reunirá con el presidente Zelenski que dice tener «grandes esperanzas» en la presidencia española. No en vano, será una prioridad, ya que se reforzará «el compromiso con la estabilización, la recuperación y la reconstrucción de Ucrania», señalan fuentes gubernamentales.

Ya en campaña electoral, Sánchez no desatenderá sus compromisos europeos y asistirá a la cumbre de la OTAN en Lituania, el 11 y 12 de julio, y a la reunión de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Bruselas, el 17 y 18 de julio. Ya con los resultados del 23J sobre la mesa, a mediados de septiembre se presentarán las prioridades del semestre español en Estrasburgo y el 6 de octubre Granada acogerá el Consejo Europeo, queda por dilucidar si Sánchez seguirá al frente de estas importantes citas o se habrá producido un relevo al frente del Gobierno.