«Cuatro años más de Sánchez serían un drama para España. Es ahora o nunca: nos estamos jugando todo»

El presidente de Vox conversa con El Debate sobre las elecciones, los bandazos del PP y un independentismo que está seguro de que volverá a la carga. «Habrá que ver si estamos a la altura»

Santiago Abascal afirma que las ideas que Vox defiende «son invencibles», y que no tiene que ver con su liderazgo. Aunque se dice dispuesto a aguantar «lo que que me echen». De momento, la segunda campaña electoral en dos meses, con las expectativas de la derecha muy altas.
Le he escuchado decir a usted que el bipartidismo es cosa del pasado. Pero, según las encuestas, estas elecciones serán un tú a tú
–Yo lo que he dicho es que algunos piensan que sigue existiendo el bipartidismo y que actúan como si los viejos partidos representasen al 80 o el 90 % del electorado, cuando representan a poco más del 50 %. Los viejos partidos actúan como si los demás no existiéramos. Incluso quieren excluirnos de los debates. Es sorprendente, pero es un problema para ellos, porque están fuera de la realidad de la sociedad española.

¿Cree que perjudicará a Vox la apelación constante al voto útil que hace Alberto Núñez Feijóo?

–No, francamente creo que esa apelación al voto útil es más vieja que Matusalén. De hecho, es la única propuesta política del PP en estos momentos. En las últimas elecciones, la única propuesta era la de que gobernara la lista más votada; que, llevada al extremo, suponía que gobernase Bildu en Vitoria. Y en estos momentos, de nuevo, la estrategia del voto útil, que es bastante ofensiva para muchos votantes que en el pasado confiaron en el PP y vieron que su confianza se utilizó para traicionar los compromisos electorales.
Nosotros estamos en lo nuestro, que es en ofrecer un programa político muy claro, nítido, claramente diferenciado del del PP y el PSOE. Y que, además, es un voto decisivo y se ha demostrado en Valencia, en Baleares… lo es en Extremadura, aunque algunos no quieren verlo porque niegan la realidad. Y va a seguir siendo un voto decisivo para los españoles en las elecciones del 23 de julio, porque es la única manera de que haya un cambio real.
Las expectativas de la derecha están muy altas, sobre todo tras el 28 de mayo. Pero, ¿y si no se produce ese cambio?, ¿y si después del sanchismo vienen otros cuatro años de sanchismo?
–Sería un verdadero drama para España. Porque es ahora o nunca: nos estamos jugando todo. Pero la clave no es echar a Pedro Sánchez, la clave es echar a Pedro Sánchez para derogar las políticas de Pedro Sánchez. ¿Qué pasaría si el socialismo continúa? Pues más de lo mismo, pero más extremista. Las leyes totalitarias, bien sea de memoria histórica o de género. Políticas económicas nefastas que impiden la prosperidad de los españoles, que roban el futuro a la juventud, que arrebatan a los mayores la herencia que nos han entregado. Pactos con todos los enemigos de España. Nada bueno. Dicho lo cual, yo creo que el 23 de julio va a haber un gran resultado y que el mandato de los españoles va a ser tan claro como en las elecciones municipales y regionales.
¿Usted cree en la limpieza de estas elecciones?
–Creo que el sistema electoral español es mucho mejor que sistemas como el estadounidense o algunos de Hispanoamérica. Ahora bien, la limpieza de las elecciones la pone en solfa el PSOE cuando utiliza el BOE para comprar votos.
Le pregunto por el recuento
–Yo no tengo ninguna duda del recuento. Las mesas están vigiladas con representantes de los partidos, de la Administración. Hay un recuento el miércoles siguiente de las elecciones delante de los jueces, que vuelven a abrir los sobres con las actas. Ha habido dudas muy serias con el voto por correo porque hemos visto cómo el PSOE y algunos partidos adláteres pro marroquíes estaban comprando votos.
Ha habido una decisión de la Junta Electoral Central muy importante, que obliga de una vez por todas a la identificación a través del DNI de quien va a depositar un voto por correo. Y creo que estaría muy bien que en los próximos días la Junta Electoral Central despejase cualquier duda sobre la custodia de los votos por correo desde que se emiten hasta que llegan a la urna.
Si estas elecciones las gana el bloque al que usted pertenece…
–¿Bloque? Creo que el señor Feijóo está muy contento, según él, de haber roto la política de bloques del PSOE, porque pacta con Vox en Valencia, con el PSOE en Murcia y con la corrupción del PRC en Cantabria. Y eso les parece romper la política de bloques. Yo no sé muy bien en qué bloque estamos nosotros. Lo que sé es que estamos en una posición de distancia infinita con el PSOE. No con el zapaterismo o el sanchismo, con el PSOE. Porque algunos prometen derogar el zapaterismo y cuando llegan, no derogan nada. Ahora prometen derogar el sanchismo y no se atreven ni a derogar los deshechos del sanchismo y del zapaterismo, es decir, del socialismo. Ni siquiera en las regiones en las que gobiernan. Por eso me resisto un poco a este planteamiento de los bloques.
Santiago Abascal, en un momento de la entrevista, en la sede de Disenso

Santiago Abascal, en un momento de la entrevista, en la sede de Disenso Paula Argüelles

Cuando la derecha ha ganado las elecciones, lo ha hecho con un discurso económico y normalmente en medio de tremendas crisis. Pero esta vez ha virado el eje hacia la parte emocional. ¿Qué parte de la responsabilidad, o del mérito incluso, es de Vox?
–Absolutamente todo, porque hasta que llegó Vox había quienes pensaban que la sociedad española era de izquierdas, que todos los debates estaban perdidos. Y que a la derecha solo le correspondía equilibrar las cuentas públicas, que eran unos oficinistas muy avezados que sabían de cuentas y que iban allí con sus anteojos a que cuadrasen los balances.
Pensaban que eso era la política. Luego nos dan un golpe de Estado en Cataluña y los abogados del Estado no saben combatirlo, porque los golpes de Estado no están en el temario de las oposiciones.
Vox hace un planteamiento claro en defensa de España, se atreve a llamar a España patria, a recuperar un vocabulario que querían proscribir. Se atreve a defender planteamientos que responden a los sentimientos más profundos de los españoles, a los valores que han aprendido en sus casas. Eso no solo es razonamiento, es pura emoción. Esa política de la emoción que algunos quieren denostar, que creen que tiene que estar fuera del debate público, la ha incorporado Vox al debate público de ese supuesto bloque, porque los otros no estaban dispuestos. Es más, nos lo afean.
En el acuerdo que han firmado en Baleares con el PP hablan de «violencia contra las mujeres». ¿Hay un cambio de postura de Vox respecto a esa violencia?
–Nuestra posición no ha cambiado, lo que pasa es que a nosotros no nos escuchan. Es más, nos suelen manipular. Nosotros creemos que hay una violencia intrafamiliar, a veces una violencia doméstica -porque no es perpetrada por miembros de la familia, sino que puede serlo por cuidadores- en la que hay grupos más vulnerables, como las mujeres, los niños y los ancianos. Y creemos que eso hay que combatirlo. Es más. Somos el partido que lo combate con más claridad, que pide penas más duras.
Pero nos oponemos frontalmente a una ley de violencia de género que solo sirve para criminalizar al hombre, que no ha servido para reducir las agresiones a mujeres y los asesinatos de mujeres y que tiene como único objetivo la lucha de sexos. Con nosotros, que no cuenten para eso. Que nos llamen machistas al partido que pide cadena perpetua para los asesinos de mujeres y para los violadores, mientras ellas y ellos –porque Pedro Sánchez es responsable– se han dedicado a soltar a casi 200 violadores y a premiar a más de 1.000…
Que nos llamen machistas aquellos que están importando a España discursos religiosos absolutamente machistas que justifican la violencia contra la mujer, cuando Vox es el único que lo combate. Que nos llamen machistas a los que estamos defendiendo que las mujeres puedan tener espacios de privacidad en los vestuarios, que puedan competir con mujeres en los deportes, que las plazas reservadas a las mujeres en la función pública no puedan ser ocupadas por alguien que de repente se autopercibe señora. Creo que no hay un partido que defienda a la mujer como lo hace Vox en España.
¿Tienen un problema con el voto femenino, es Vox un partido masculinizado?
–Tenemos un problema con la manipulación del discurso de Vox por parte de los medios de comunicación que obedecen a la izquierda y que a veces recibe el seguidismo del PP, que durante estos días se ha dedicado a demonizar a Vox con las mismas calumnias de la izquierda contra nosotros. ¿Cómo te pones a demonizar a aquel con el que estás condenado a entenderte? Ellos sabrán, pero nosotros no vamos a cambiar nuestro discurso. Estos días hemos hecho una aclaración y ha sido muy útil. En esos 12 puntos no hay novedad. Es lo que siempre ha dicho Vox.
Cuando alguien hace una aclaración es porque no se ha entendido bien lo que quería decir
–Lógicamente hubo una persona que hizo una declaración inadecuada que rectificó inmediatamente. Pero el discurso de Vox ha sido siempre el mismo, lo que pasa es que la manipulación es brutal. A Vox se le sigue acusando de ser un partido racista, homófobo, machista. Y eso es algo que ofende a la inteligencia más sencilla. También a los que nos votan, que se sienten completamente insultados. No siempre acertamos al explicarnos, pero creo que ningún partido en España sufre la manipulación de sus palabras y de sus propuestas que sufre Vox. Es más, creo que ningún partido en España ha conseguido concitar un consenso en contra tan grande del establishment durante estos 40 años. Ni siquiera Herri Batasuna.
¿Qué cree que trama el independentismo para la próxima legislatura?
–El mal. Destruir aquello que para los españoles es lo más precioso, nuestra unidad. No sabemos dónde comenzará el desafío, si empezará de nuevo en Cataluña o si se hará desde mi tierra. Claramente hay una estrategia de relevos en el separatismo en España. Cuando uno ataca, el otro descansa y viceversa. Yo no sé por dónde vendrá la ofensiva, pero vendrá, y probablemente con mucha más claridad si logramos expulsar a Pedro Sánchez.
Con Sánchez tienen un planteamiento distinto de ir avanzando poco a poco, y probablemente con un gobierno diferente vayan a la confrontación total. Habrá que ver si estamos a la altura de las circunstancias en esta ocasión, para que no tenga que salir el Rey por delante de un Gobierno, para que no tenga que salir el pueblo por delante de un Gobierno. Para que no tengan que actuar los jueces prácticamente sin el respaldo del Gobierno y para que no se aplique un artículo 155 de chiste, que ha significado entregar al separatismo de nuevo el poder en Cataluña. En esto hay que ser mucho más firme y también plantear una estrategia a largo plazo de reconstrucción de la unidad y de los afectos entre los españoles.
El líder de Vox, en otro momento de la entrevista

El líder de Vox, en otro momento de la entrevista Paula Argüelles

¿Cómo cree que actuará el PP?
–Es un auténtico misterio. El PP en Valencia ha actuado con responsabilidad, patriotismo y respeto a los electores de otra fuerza política. En Castilla y León ha ocurrido lo mismo. En otros lugares el PP ha actuado de una manera completamente distinta. ¿Cómo actuará en el Gobierno de la nación? Es un misterio, pero estoy convencido de que la presencia de Vox, la fuerza de Vox en el futuro Gobierno de España, a ser posible como primera fuerza, será determinante para que también el PP actúe de manera correcta.
¿Incidirán en el latido fetal en su programa electoral?
–Más que ir al debate pequeño del latido fetal o la ecografía, nosotros queremos que a las mujeres se les dé información, asistencia y alternativas. Y eso no se está dando. Es increíble que para una operación exista el consentimiento informado y para una cosa tan grave como un aborto informar sea prácticamente un insulto. Es increíble el ataque del PSOE a Vox en Castilla y León, pero es aún más increíble la posición del PP. Aquel acuerdo regional lo rompió el PP desde su sede nacional. ¿Qué podremos hacer si formamos un gobierno conjunto? Como mínimo, dar información, asistencia, alternativas y derogar las leyes que Sánchez ha traído a España. El aborto es uno de los peores dramas que puede afrontar cualquier sociedad, y estamos obligados a hacer todo lo posible para proteger a los más débiles.
Sabe que ahí van a tener un punto de fricción con el PP
Sí, y yo creo que es muy bueno que los españoles lo sepan. Y creo que es aún más bueno que los lectores de El Debate lo conozcan y sepan que en esos puntos de fricción las posiciones irán hacia un lado o hacia otro en función de la fuerza que tenga Vox.
Feijóo ha dicho esta semana que está conforme con las subidas del SMI que ha decretado Sánchez. ¿Y usted?
–Hay que hacer todo lo posible por mejorar los salarios en España, pero no a costa de los empresarios, ¿cómo se logra? bajando las cotizaciones sociales. En estos momentos, la precariedad laboral, los bajos salarios, al lado de la carestía de la vivienda hacen imposible el acceso a una vivienda para los jóvenes, sino la posibilidad de formar una familia. Luego tenemos que aguantar discursos que nos dicen que tenemos que importar a gente de fuera para que venga a pagarnos las pensiones. Y resulta que vienen, ilegalmente la mayor parte de los casos, y reciben ayudas sociales. Lo que hay que hacer es buscar la natalidad en España, y para eso no hay otra fórmula que favorecer salarios dignos para los españoles y oportunidades para los jóvenes en el acceso a la vivienda. ¿Me parece bien que el salario suba? Sí. ¿Me parece bien cómo hace las cosas Pedro Sánchez? No, me parece fatal. Lo mejor que ha hecho Pedro Sánchez durante estos cuatro años ha sido convocar elecciones, y fíjate que las ha convocado el 23 de julio con la peor de las intenciones.
Sobre las ayudas, ¿cree que en España hay demasiados subvencionados?
–Sí, yo creo que hay muchas subvenciones, pero ésa me parece una frase que puede dar lugar a un titular equivocado. Yo creo que hay personas que necesitan ayudas y a nosotros no nos va a faltar ninguna sensibilidad social. ¿Que hay muchos subvencionados? Sí, los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones patronales y los lobbies. Lobbies que entran en los colegios a corromper a los niños, con autorización de los ayuntamientos y de las comunidades autónomas, que sacan a los profesores y empiezan a hablar a niños de 11 años de cosas que todavía no deberían conocer. Lobbies que están sexualizando a los niños, robándoles la inocencia, y que lo están haciendo con dinero público y contra el deseo de los padres.
Claro que hay muchas subvenciones y algunas para cosas perniciosas. Hay organizaciones subvencionadas que se dedican a colaborar con el tráfico de personas en el Mediterráneo. Eso no significa que haya personas en situación de exclusión social a las que no haya que ayudar. Lo contrario, el dinero público tendría que estar para ayudar a salir adelante a aquellos que no pueden salir por sí mismos, para ayudar a la dependencia y para que los servicios públicos sean mejores. Creo que eso es compatible si atacamos el gasto político: la rebaja fiscal es compatible incluso con la mejora de los servicios públicos.
Mencionaba los lobbies en los colegios, ¿la solución es el pin parental?
–El pin parental es una palabra, y yo creo que es una fórmula. La solución es que los padres tengan libertad de elegir la educación de sus hijos y que en el colegio se dediquen a instruirles, no a suplantar a los padres intentando arrebatar a los padres el derecho a la conformación moral de sus hijos. Ésa es la clave y es lo que no se está respetando. Algunos dicen que los niños no son de la familia, que no son propiedad de nadie. Pero desde luego, los niños no son del Estado y menos aún de un partiducho político, de ninguno.
Yo he estado animando a los padres a que dijeran a sus hijos que grabasen en esas clases en las que se les está enseñando cosas que no deberían conocer. Y ya he visto muchas grabaciones, en las que se escuchan cosas que, si un extraño le dijera a uno de nuestros hijos por la calle, nos llevaría a la peor de las reacciones y probablemente no legal.
¿Qué va a hacer con esas grabaciones?
–Con esas grabaciones no tengo que hacer nada. Os animo a los periodistas, si queréis, a que busquéis también. Vamos a impedir que los lobbies entren a los colegios a hacer algo que debe estar tipificado como corrupción de menores.