Criar hijos hoy: la psiquiatra María Velasco revela las claves para una salud mental sana

María Velasco, psiquiatra autora de «Criar con salud mental», avisa del problema que suponen las tecnologías y no educar en la frustración o la empatía

En «Criar con salud mental» (Paidós) la psiquiatra y psicoterapeuta especialista en niños y adolescentes reflexiona y da ideas a los padres y madres para una crianza más sana y con sentido.

¿Por qué generaciones sin móvil, que comían bocadillos de embutidos o azúcar, eran más fuertes emocionales? ¿Qué se está haciendo mal ahora?

Yo creo que no teníamos tanta protección en algún sentido, pero la infancia estaba claramente dividida de la edad adulta. El espacio de los niños y adolescentes se respetaba. Ahora la infancia está completamente invadida por la ideología, la tecnología y los valores o la falta de ellos de los adultos.

¿Las pantallas son el problema?

Es un factor que está jugando en contra. Damos al menor las tecnologías como si fueran algo inocuo y es un factor importante. Luego, los padres están a muchas cosas, hay mucha exigencia, mucha ambición. Todo eso hace que no nos estemos ocupando de los niños y adolescentes. Pensamos que son mini adultos sin comprender la importancia de la adolescencia. Intentamos que los niños estén entretenidos y con esa premisa les damos cosas cuando lo que necesitan es desarrollar la creatividad, la tolerancia a la frustración…

¿Por qué un joven llega a plantearse que la vida es absurda?

Porque a lo mejor la vida que le hemos contado es absurda porque está llena de filtros; porque le hemos dicho que tiene que ser feliz, que se merece todo, que la gente que es feliz tiene todo y es exitosa, guapa, hace planes y va a restaurantes increíbles. Entonces, se arman una realidad en la que piensan que ellos no van a llegar y, cuando no llegan, se decepcionan. La adolescencia es una etapa de duelo, una decepción continua. Cuando un hijo les dice a sus padres que «no es feliz» la respuesta generalizada es: «Con todo lo que yo te he dado, ¿cómo no eres feliz?». Además, se nos está olvidando toda la información que tienen a su alcance. Cuando están tristes buscan en Internet cómo acabar con la vida y ahí te salen métodos de suicidio. Si no se habla de ello, los que están en esa situación piensan que son únicos y no comprenden que puede haber ayudas. Además, no les hemos educado en el dolor y toleran muy mal el fracaso. Ahora la mayoría de jóvenes quiere ser «celebrity» o «influencer», ya no quieren ser médicos porque estamos vendiendo que ser famoso es ser feliz.

Se habla mucho del «bullying» y se pone el foco en la víctima. Pero, ¿qué le pasa a un joven para infligir dolor a otro?

Normalmente es un menor que ha sufrido dolor o falta de desarrollo en la empatía. Es un ambiente negligente. La violencia es algo peligroso porque la introducimos en nuestras vidas como algo para poder arreglar un conflicto, solucionar problemas, conseguir lo que queremos… Aunque un agresor tampoco tiene que ser un niño traumatizado, puede ser simplemente que los padres trabajan mucho y el niño consume violencia en Internet.

¿Cómo influye el legado genético?

El legado genético ahora mismo es muy importante en medicina y psiquiatría. Si fuera un juego de cartas y te dieran diez para jugarlas bien, el legado son 1, 2, 3 o 4, pero siempre hay más cartas que van a hacer que juegues una buena partida y, según las circunstancias o factores ambientales que tengas, activarás o no esos determinados genes. Si tienes una buena crianza donde creces y te fortaleces, donde te quieren o te sientes seguro, esos genes que podías tener heredados de la familia de trastornos psiquiátricos o fragilidades no los expresarás. Sin embargo, puede que te toque una sola carta pero si tienes una crianza defectuosa, negligente, activarás esos genes. Tiene más peso lo ambiental que ese legado genético.

¿Se está usando la infancia como una forma de afianzar posiciones ideológicas?

Completamente, y se está invadiendo la infancia y arrebatándole el derecho a no tener que decidir nada, a poder ser niños y adolescentes. Es una incongruencia entre no puedo votar hasta los 18 pero tengo la mayoría sanitaria a los 16 o con 12 puedes iniciar trámites por la ley trans. Todo eso se ha politizado y se utiliza de arma arrojadiza entre los políticos cuando esto no pertenece a ningún político sino que pertenece a la vida de las personas y que genera un sufrimiento. A los especialistas no nos han llamado para pedir nuestra opinión.

Lo que más le preocupa a los menores son los amigos y que alguien les quiera

¿La sociedad y los menores están hipersexualizados?

El interés en la sexualidad es normal en los niños, el problema está en la pornografía que consumen, que es un producto machista, y está dirigido hacia un perfil muy determinado de personas adultas. La pornografía es una sexualidad agresiva, donde se cosifica al otro, donde no hay un lenguaje, no hay caricias, no hay amor, por tanto es una activo violento sexual pero lo que los niños ven es violencia. Cuando llegan a la adolescencia y llevan mucho tiempo consumiendo pornografía y en ella hay una violación grupal y relaciones sexuales en grupo piensan que eso es una manera y buscan reproducir esas conductas de las películas con su panda de amigos. Como eres un adolescente que cree que lo puede todo, que el futuro no existe, son mucho más impulsivos y no se plantean el tema de la empatía, de las normas y las leyes. Pero ahí llega un adolescente que ha consumido mucha pornografía, que no ha tenido conversaciones con su padre y su madre sobre la sexualidad, sobre el amor, la empatía, la amistad, la mujer, el hombre. Es un tema muy delicado. La construcción de la sexualidad ahora mismo es muy distinta para la hembra y el varón.

¿Cuáles son los problemas que más le consultan los menores? ¿Qué es lo que más les preocupa?

Lo que más les preocupa son los amigos. Luego está la relación con sus padres, el amor, el que no les quieran. No he tenido ningún paciente que no le preocupe esto. Luego vienen por dificultades académicas, de comportamiento en el colegio, dificultades escolares y otros por autolesiones o trastornos en las conductas alimentarias o en la conducta, porque están muy callados. Pero todos los niños tienen en la cabeza una cosa: que a mí me quiera alguien, y es tal la necesidad humana de amor, que si cuando somos bebés y niños no nos quiere nadie, realmente nos moriríamos, dejamos de comer y nos morimos. Esto está demostrado.

¿Cómo puede detectar un padre o madre que a su hijo le está pasando algo?

Cuando es disfuncional, es decir; cuando es un niño que va al colegio y vuelve serio o no tiene amigos. O ves que es un niño inteligente por cómo juega, por cómo habla o las notas que saca pero ves que no está pudiendo desarrollar algo, cuando ha dejado de jugar, cuando ves que le falta un tono de alegría o vitalidad, cuando está demasiado enganchado a lo que sea, cuando le dices que se han acabo los videojuegos y monta una rabieta lo que significa que ya está enganchado. No todo es psiquiátrico o tiene que cicatrizar. Muchas veces preguntando y consultando con un profesional se cambia el rumbo de las cosas. Hay que ganar en conocimiento, en salud mental y en saber prevenir. Pero, si tenemos dudas tiene que venir no porque nuestra hija adolescente está un poco triste sino cuando no sale con las amigas, está metida en la habitación o cuando abrimos la puerta está tirada en la cama mirando al techo y le hablamos y no contesta. Eso es que pasa algo.