PP y Vox se tantean para negociar al ralentí en Aragón

Dos semanas después del 28M, siguen sin abrir conversaciones. La extrema derecha no ha concretado aún sus exigencias para apoyar a Azcón

Dos semanas después de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, Partido Popular y Vox siguen sin hablar. Los populares no parece tener excesivas prisas por abrir la negociación y el partido de extrema derecha tampoco ha hecho públicas sus exigencias para apoyar la investidura de Jorge Azcón como presidente de Aragón.

Es muy probable que esta semana salga del letargo el proceso negociador, aunque todavía no hay fecha concreta de la reunión, se están cuadrando agendas, aseguran fuentes del PP, lo que confirmaría que unos y otros apuestan por ralentizar las conversaciones. Las elecciones autonómicas y municipales diseñaron un mapa político perverso en Aragón. El PP logró 28 diputados, los mismos que la suma de las fuerzas políticas de izquierda: PSOE (23), Podemos (1), CHA (3) e IU (1). Caprichos de la aritmética electoral. Azcón está a seis escaños de la mayoría absoluta.

Si no alcanza un pacto de coalición con VOX, que tiene siete parlamentarios, su elección por mayoría absoluta en la votación de investidura está abocada al fracaso. Su objetivo, por tanto, pasaría por asegurarse más síes que noes en la segunda votación de su investidura, garantizándose la abstención de Vox y de al menos de los tres diputados de Teruel Existe (3), y el voto favorable del único diputado del PAR.

Azcón se resiste por ahora a echarse en los brazos de Vox, un partido del que dijo antes de las elecciones que “necesita madurar y debe seguir en la oposición”. El líder del PP aragonés ha anunciado que quiere gobernar en solitario, pero necesita para ello por lo menos la abstención de la extrema derecha y de Teruel Existe, y el voto favorable del único diputado del PAR. Solo así puede asegurarse más síes que noes en la segunda votación de su investidura.

La maraña empezará a clarificarse en parte el próximo 23, cuando se constituyan las nuevas Cortes y se elija al presidente y a los miembros de la Mesa de la Cámara. Se verá entonces si Azcón hace concesiones a la extrema derecha para ganarse al menos su abstención en la votación de su investidura. En esa primera sesión, no estará el actual presidente en funciones, Javier Lambán, quien no tomará posesión de su escaño. Será designado senador autonómico próximamente.

Cuatro autonomías pendientes

Con información de las cabeceras del grupo Prensa Ibérica, estas son las claves de las conversaciones en Aragón, Baleares, Extremadura, Murcia y la Comunitat Valenciana. Además de Aragón, PP y Vox son protagonistas de negociaciones en otras cuatro comunidades. El PP de Baleares lleva dos semanas engañándose sobre la magnitud de su triunfo electoral en el 28M. La candidatura de la debutante Marga Prohens, látigo parlamentario de Irene Montero, reunió 26 diputados al Parlament, con la mayoría absoluta en 30 escaños. Es la única presidenta posible del archipiélago, al superar en un acta a la suma de izquierdas.

Siempre con permiso de los ocho diputados adicionales de Vox, que deben jugar un papel activo en primera vuelta o pasivo en segunda para allanar la investidura. Pese a su carencia, el PP balear se dio por investido desde la noche electoral. Enfrentarse a los números es arriesgado, pero Vox dormitaba y permitía los alardes de su vecino ideológico, asumía su papel de liebre en la carrera electoral. El general Fulgencio Coll, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra con Zapatero y cabeza de lista de la ultraderecha moderada a Palma, llegaba al extremo de negarse expresamente a entrar en el gobierno de un ayuntamiento que reproduce los datos autonómicos. En la extraña perspectiva del militar, un consistorio del PP cumplimentaría el programa maximalista de Vox.

La situación cambió radicalmente la semana pasada. Vox ha salido de su letargo y, por orden de Abascal, exige entrar ahora en Palma y Baleares. En palabras de Jorge Campos, el cabeza de lista que el miércoles pasado dio plantón al PP, «la investidura de Prohens no es posible sin nuestro apoyo». El partido de Feijóo se rendía por primera vez a la evidencia, para admitir que «gobernar Baleares no nos saldrá gratis». El precio está por determinar, los ultras se atrincheran en los cargos obtenidos en Castilla y León, informa MATÍAS VALLÉS.

Los equipos del Partido Popular y de Vox en Extremadura se sentaron el pasado viernes a negociar para conformar o permitir un nuevo gobierno regional. Están condenados a entenderse para que la candidata popular, María Guardiola, pueda ser la próxima presidenta de la Junta de Extremadura. Los populares, con 28 escaños, necesitan los votos de los cinco diputados de Vox para alcanzar la mayoría absoluta y poder investir a Guardiola presidenta. En estas conversaciones, Vox planteará sus exigencias, ya que han asegurado en más de una ocasión que no van a regalar sus votos. La formación de Abascal ha admitido su deseo de formar parte de los máximos gobiernos regionales posibles, pero también aseguran que no tienen líneas rojas y no han confirmado en ningún momento, al menos públicamente, que quieran formar parte del gobierno, como sí han hecho en Murcia, informa ROCÍO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ.

“Murcia no es Valencia”. Así de claro fue Jorge Buxadé, vicepresidente primero de Acción Política de Vox, cuando le preguntaron sobre las negociaciones con el PP para formar gobiernos autonómicos. Evidentemente, en unas comunidades el PP necesita más de Vox que en otras y en la Región de Murcia los de Abascal no tienen la sartén por el mango. El PP rozó el 43% de los votos, equivalentes a 21 diputados en la Asamblea Regional, a tan solo 2 de la mayoría absoluta. La clave está en que el PSOE, que se pegó un batacazo, y Podemos solo suman 15 escaños, menos que el PP. Ante este panorama, los nueve parlamentarios de Vox sirven de poco en una mesa de negociación con los populares, ya que a estos últimos les vale con que se abstengan. Si no lo hacen, estarían votando lo mismo que la izquierda y provocando una repetición electoral de resultados inciertos. El candidato popular, el presidente en funciones en la Comunidad, Fernando López Miras, lleva repitiendo desde la noche electoral que han obtenido una mayoría suficiente como para gobernar solos, “sin ataduras”.

El PP y Vox están llamados a entenderse en la Comunitat Valenciana. Suman 53 diputados —40 conservadores y 13 radicales— de un total de 99 y tienen la Generalitat en su mano. No hay otra vía para la gobernabilidad tras el 28M después del anuncio de PSPV y Compromís de no abstenerse en la investidura de Carlos Mazón para evitar a Vox, pero los populares insisten en explorar todas las alternativas. Con los 46 escaños progresistas votando en contra, el candidato del PP necesitará los votos a favor de Vox. No vale la abstención. Vox guarda silencio por ahora, Mantiene su «mano tendida» al PP pero no dará sus votos gratis, informa MATEO L. BELARTE.