Nadal deja el tenis sin fecha de regreso y anuncia que 2024 será su último año

El balear renuncia a Roland Garros y pone un punto y a parte a su carrera para poder despedirse en las pistas

En una constante en su carrera profesional, Rafael Nadal tiene un rival que puede más que él: su propio cuerpo. Ante él se inclina una vez más en este 2023, acuciado por un dolor en el psoas ilíaco que no lo ha dejado ser él desde que se produjera la lesión el 18 de enero. No competirá en Roland Garros, tampoco en Wimbledon ni en el US Open. Es un punto y aparte lleno de incógnitas, sin fecha de vuelta, pero sí una certeza: Nadal quiere volver. En una constante en su carrera profesional, Rafael Nadal se dará una nueva oportunidad para volver en 2024 a ser él, tenista, competitivo, comprometido y quién sabe si otra vez campeón. Y entonces sí, habrá punto final.

«Han sido meses muy difíciles y es momento para poner un punto y aparte, no se puede exigir más y más al cuerpo porque hay un momento que el cuerpo te dice ‘hasta aquí’ y saca la bandera blanca», anunció ayer el balear, en una rueda de prensa desde su academia en la que medio planeta apretaba los puños por si la decisión era más definitiva todavía. Afirmó que ha sido imposible recuperarse del problema en la pierna izquierda para jugar en París; que se da más meses de tiempo para poder recuperarse, por lo que tampoco estará en Wimbledon ni en el US Open; y que volverá, o se dejará todo en el intento, como siempre, para terminar como él quiere: en la pista, con una raqueta en la mano y no con un micrófono.

Admitir que tenía que parar, explicó, ha sido difícil por la parte mental, pero no ha tenido más remedio: «Es una decisión que toma mi cuerpo». Y el punto y aparte lo hace con todas las consecuencias, admitió, sin pasearse siquiera por las pistas de entrenamiento durante un tiempo. El cuerpo de Nadal, 37 años el próximo 3 de junio, lo necesita. «Tengo que saber por qué no me recupero bien y necesito parar y desconectar. Voy a parar, no voy a entrenar, no estoy para seguir entrenando. De muchos momentos de frustración, hay un momento que hay que ponerle freno. Si no paro, no creo que pueda llegar al año que viene. A ver si el cuerpo se va regenerando». Una pausa que también afecta a su equipo, que estuvo en todo momento con él durante el anuncio, como ha estado durante estos veinte años de carrera y de éxitos. «Sé que lo que se ve han sido las victorias, y que he conseguido algunos títulos muy importantes, pero han sido años más bien complicados, sobre todo a nivel físico, por lo que me ha costado tener continuidad. Sobre todo desde la pandemia, he encadenado lesión con lesión».

De todo su historial médico, solo en las tres últimas temporadas, el regreso del dolor en el pie debido al síndrome de Muller-Weiss, con derrota en semifinales de Roland garros y ausencia de Wimbledon y los Juegos Olímpicos. Regresó sin demasiado éxito en agosto y dio por concluido su año. Una situación de tremendo desgaste en las pistas que se camuflaba con una vuelta a lo grande en 2022, con el título en el Abierto de Australia y su decimocuarto Roland Garros en junio, después de otro parón en marzo por una fisura en una costilla, y de tener que dormirse el pie para poder disputar, y ganar, el torneo parisino.

En plena efervescencia, una rotura abdominal lo dejó sin las semifinales de Wimbledon y sin encadenar más de dos victorias hasta final de curso. Y en este inicio de 2023, el psoas ilíaco lo deja sin tenis desde el 18 de enero (segunda ronda del Abierto de Australia) y sin fecha de vuelta.

Al menos, no sobre el papel, aunque el balear intentó iluminar la esperanza del personal indicando que la Copa Davis, en noviembre, pudiera ser un buen comienzo.

Un buen comienzo del final, pues si se quiere dar una nueva oportunidad de seguir siendo el Nadal que cambió el tenis y lo llevó, con Federer, a otros límites, es para despedirse como él quiere. Y ni su carrera ni su personalidad ni su forma de ser le permiten retirarse así, en una rueda de prensa. «Mi intención es que la próxima temporada sea mi último año y pueda jugar los torneos que me apetezcan. No me merezco terminar así [en una rueda de prensa]. Me he esforzado para que el final no sea este», señaló el tenista. Es la marca Nadal, luchar una y otra vez después de cada caída. Porque dejaba clara su intención: «No quiero que sea un año de comparsa en 2024. Quiero luchar por volver a ganar torneos, aunque luego la realidad será la que sea».