El Real Zaragoza golea al Leganés para dar un paso de gigante hacia la permanencia (3-0)

Venció, convenció y goleó el Real Zaragoza al Leganés. Victoria tan merecida como imprescindible para un cuadro blanquillo que ha abierto una brecha casi definitiva con los puestos de descenso. Simeone volvió a ver puerta, igual que Vada y Puche, y ataron así una victoria de oro para los de Fran Escribá. El equipo maño hizo vibrar a una Romareda que, como siempre, respondió y llevó en volandas a los suyos para volver a ganar tres meses después.

Presentaba el Real Zaragoza un once con varias novedades. En la portería, Cristian, y un eje de la zaga compuesto por Francés y Lluís López. Los laterales eran para Luna y Nieto. Zapater y Jaume Grau se ubicaban en el doble pivote, con Vada y Bebé ocupando las bandas. Arriba, Puche y Giuliano tratarían de perforar la meta de Riesgo. En el Leganés de Imanol Idiakez destacaban el exzaragocista Juan Muñoz y Cisse. Otro viejo conocido, Narváez, comenzaría el duelo en el banquillo.

No había mala entrada en La Romareda para semejante hora intempestiva, pero habría que ver si acortar el vermú dominical había sido una buena idea. Un sentido homenaje al doctor Villanueva y un minuto de silencio por Urisquieta precedía el choque vital para el cuadro zaragocista. Era el Leganés el primero en probar por medio de Raba, aunque el cuero se iba alto. Respondían Simeone y Bebé con lucha, entrega y poco acierto, pero acercándose peligrosamente a la meta de un Riesgo que se ganaba rápidamente la enemistad zaragocista. Una exageración en una falta acercaba el fuego a la mecha.

Apenas habían pasado 15 minutos de juego cuando se empezaban a confirmar las sospechas de las casi 20.000 almas que habían acudido al estadio: estaba siendo muy aburrido. Una sucesión de imprecisiones consumían los minutos y únicamente probaba Bebé, pero muy tímidamente. Tocaba el Leganés, ponía algún centro y, cuando recuperaba el Real Zaragoza, le duraba poco el cuero. En el 25, tarjeta amarilla para Vada por una entrada a Cissé. Y Cristian tenía que actuar al botarla, porque estuvo cerca de colarse el primero de los visitantes.

Un disparo de Bebé animaba al Municipal al filo de la media hora y una excesiva amarilla a Zapater era lo más destacado por entonces. Ya en el 33, volvía a probar el de Cabo Verde sin éxito. Pero ahí estaría Simeone para, después de su sequía, volver a levantar a la grada. El Cholito se fue de medio Leganés en una mezcla de técnica e inteligencia al rechace para plantarse solo ante Riesgo y hacer el 1-0 en La Romareda. Genial definición y delirio que haría olvidar lo visto hasta entonces. Así se abría un nuevo escenario, con la posibilidad de volver a vencer en casa tres meses después. Una jugada peligrosa de Miramón cerraba el primer asalto.

SEGUNDA MITAD DE SENTENCIA

Comenzaba fuerte el Real Zaragoza, cerca de hacer el segundo a costa de un Vada que acompañaba una jugada de Giuliano. Sin embargo, tardó en demasía a la hora de dar el pase y no se pudo hacer la sentencia. Ahí estaría en la siguiente para lelvarse un cuero donde, además, al poner el centro, golpeaba en la mano de un zaguero. Con suspense por partida doble, primero porque el VAR tardó lo suyo en confirmar las sospechas, y después porque Vada batió a Riesgo en el rechace tras fallarlo. De esta forma, los maños hacían el 2-0 en el 59.

La Romareda volvería a disfrutar, porque llegaría también el tercero. Bebé dejaba solo a Nieto para que pusiese un centro medido al corazón del área y ahí aparecería Puche, que quería el suyo y sentenciar. Gol de listo, de saber dónde iba a acabar el cuero, de querer participar en la fiesta del zaragocismo. Solo quedaba aguantar un poquito y mantener a raya a un Leganés que había quedado muerto tras el 3-0.

Así lo hizo un Real Zaragoza que dio un paso de gigante para atar la permanencia. Y lo mejor es que fue en casa, brindando a la afición lo que tanto se merecía: una victoria tranquila, de esas que se disfrutan más que se sufren. Los maños fueron mejores que el Leganés, como bien reflejó el electrónico, pero más allá de eso, hay que celebrar que, al término del encuentro, el descenso ya está a 9 puntos. La tranquilidad se acerca y sólo falta el último arreón para cerrar la temporada.