El mensaje a la nación del rey Carlos ha estado acompañado de gestos muy destacados
La II Guerra civil de los Windsor
Este domingo de Navidad se ha producido un acontecimiento en Gran Bretaña que, desde hace 70 años, había protagonizado siempre la misma persona: la reina Isabel II. Sin ella, ha sido su hijo, el rey Carlos, el que ha dado el tradicional mensaje a la nación.
Nada ha sido casual, ni el lugar elegido para su estreno en este protocolario discurso que se grabó hace unos días. «Me encuentro en la exquisita capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, muy cerca del lugar donde mi amada madre, la anterior Reina, yace junto a mi querido padre», comienza el monarca inglés. Este recinto nunca había sido usado para este propósito, sino siempre para ceremonias como bodas o funerales.
Entre sus palabras, Carlos III ha destacado la fortaleza de su pueblo ante las «angustias y penurias» que han pasado durante este año, pero ha sido en el recuerdo de su madre donde ha mostrado su mayor emotividad.
«La Navidad es un momento especialmente significativo para todos aquellos nosotros que hemos perdido a seres queridos. Sentimos su ausencia y los recordamos en cada tradición querida. La creencia de mi madre en esa luz fue una parte fundamental de su fe en Dios, pero también de su fe en la gente, algo que comparto con todo mi corazón. Recuerdo las profundamente cariñosas cartas y mensajes que muchos de vosotros nos enviasteis a mi mujer y a mí y no puedo agradeceros lo suficiente el amor y simpatía que habéis demostrado a toda nuestra familia», ha agradecido al respecto.
Uno de los grandes cambios del discurso de Carlos III con respecto a los de su madre ha ido por el lado de la religión. Como máxima cabeza de la iglesia anglicana, Isabel II siempre había enfocado la temática religiosa hacia esa fe, pero su hijo ha elogiado la labor del resto de creencias y sus templos en los asuntos de solidaridad.
«Nuestras iglesias, sinagogas, mezquitas, templos y gurdwaras se han unido una vez más para alimentar a los hambrientos, brindando amor y apoyo durante todo el año. Tan sincera solidaridad es la expresión más inspiradora de amar a nuestro prójimo», destacó el monarca.
«Si bien la Navidad es, por supuesto, una celebración cristiana, el poder de la luz que vence a la oscuridad se celebra a través de los límites de la fe y creencias. Sea cual sea su fe, o si no tiene fe, es en esta luz que da vida y con la verdadera humildad que reside en el servicio a los demás, donde creo que podemos encontrar esperanza para el futuro. De todo corazón, les deseo a cada uno de ustedes una Navidad de paz, felicidad y luz eterna», dijo. Toda una declaración de intenciones casi ecuménica sobre el camino que tomará su reinado al respecto.
Los príncipes de Gales sí, los duques de Sussex no
Además del propio mensaje del monarca, la Casa Real británica ha hecho un vídeo en el que se ven algunos momentos destacados de los miembros de la familia… excepto uno.
Y es que no hay ni un solo segundo en el que aparezcan Harry y Meghan Markle. Sí aparecen los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, la princesa Ana, hermana del Rey, o los condes de Wessex, Eduardo y Sofía, pero no los duques de Sussex. No es un detalle menor.