Los alumnos que logran acabar Bachillerato caen en picado tras las facilidades de la pandemia

Los últimos datos de Educación confirman la caída de 7 puntos porcentuales en la tasa bruta de graduación

La flexibilización de los profesores, la formación semipresencial o un ‘efecto rebote’, entre las causas

Casi un tercio de los jóvenes españoles no tienen título de Bachillerato o FP Media, cualificación mínima para tener un empleo digno

Los expertos buscan diferentes maneras de explicar los últimos datos de graduación en Bachillerato del publicados por el Ministerio de Educación. La información, sobre los resultados académicos del curso 2020-2021 dada a conocer hace unas semanas por el departamento dirigido por Pilar Alegría, señala que la tasa bruta de población que finalizó Bachillerato (es decir jóvenes que titulan en esta etapa dentro de su grupo de edad) en el curso 2020-2021 es del 54,9 por ciento. Esta cifra, vista aisladamente, podría no llamar tanto la atención pero si se compara con cursos anteriores se advierte una diminución en la tasa de graduación importante. Hasta el punto de que no solo se revierte lo que se había ganado en el 2019-2020, con un 61 por ciento, sino que además la cifra está debajo de la tasa bruta de graduación de antes de la pandemia: es decir, en el curso 2018-2018 el porcentaje fue del 55,1 por ciento.

«Es posible que se haya producido un efecto rebote, es decir, las cifras de graduación bajaron en el 2020-2021 porque el curso anterior, el del Covid, habían subido mucho», explica Ismael Sanz Labrador, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). En definitiva, estos datos confirman algo que no solo se sabía sino que ‘estaba escrito’ a través de diferentes decretos aprobado por el Gobierno en los que se dejaba caer que ‘tocaba levantar la mano y aprobar’. «El Covid afectó de forma directa o indirecta y se notó en las aulas: la flexibilización fue tal que subió la tasa de graduación en el 2019-2020 y se esperaba que en el 2020-2021 se retrocediera un poco pero no tanto como finalmente ocurrió», agrega Sanz.

Otra explicación de la bajada en la tasa bruta de graduación es que en el curso 2019-2020 había alumnos repetidores del año anterior que pudieron aprovechar la mencionada flexibilización para obtener el título de Bachillerato; esos alumnos ya no estaban en el 2020-2021 donde ya había menos repetidores, lo que explica también la caída en la tasa de graduación», apunta el profesor de la URJC.

Los expertos consultados varían en el resto de posibles explicaciones a los nuevos datos del ministerio, pero sí hay unanimidad en cuanto a que se levantó la mano. «Se produce una bajada importante porque en el curso de la pandemia se abrió la mano o porque al ser los exámenes online no había manera de controlar bien al alumnado, no se podía comprobar que no se copiaba… Al final la pandemia tuvo claras consecuencias: o que los exámenes eran más fáciles o que los estudiantes no fueron lo suficientemente honestos», apunta Antonio Cabrales, profesor de Economía de la Universidad Carlos III. «El paso del 54,9 al 61 por ciento habla de una flexibilización: era una situación dura y a nadie le parecía bien suspender con la mínima evidencia de que el alumno lo había intentando», añade el profesor. Donde Cabrales no ve, a diferencia de sus colegas, una diferencia «estadísticamente significativa» es en la cifra de 2018 respecto a la del 2021 (55,1 frente a 54,9).

Falta de competencias

Jorge Calero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona también destaca, como los otros dos docentes, la flexibilización como explicación a los datos. «La anomalía se produce en el 2019-2020: durante la pandemia la tasa de graduación sube porque es un coladero, los profesores están dando clase virtual y se aprueba a todo lo que se mueve», ironiza Calero. Las cifras del ministerio terminan de confirmar la hipótesis: la tasa de promoción en 1º de Bachillerato pasó del 85,6 por ciento en 2018-2019 al 92,1 en 2019-20 y retornó al 86,4 en 2020-21. En 2º ocurrió lo mismo: pasó de 83,3 por ciento en 2018-2019 al 92,4 en el curso siguiente hasta reducirse al 85,2 en el 2020-2021.

Tasa bruta de población que finaliza el Bachillerato/COU

Para el cálculo de las tasas se han utilizado las cifras de población del INE a 1 de enero de cada año.

Aparte de la flexibilización, aparece otra hipótesis que comparten Sanz y Calero: «Los alumnos que pasaban de 1º a 2º de Bachillerato en el 2020-2021 no aprobaron porque les faltaron las competencias», dice Sanz. «Los alumnos de 2º de Bachillerato hicieron un curso diferente al anterior, cursaron un 1º confinados y parece lógico que no hayan podido aprender todo lo que debían. Por lo tanto, llegaron a 2º con déficit y en un año donde ya no había órdenes ministeriales de que se aprobara».

Otra de las razones de la caída de las graduaciones es la enseñanza semipresencial. ¿Por qué? «No compromete a los alumnos tanto como la presencial, sí funciona para algunos alumnos pero para los rezagados no va bien. Hace que te comprometas menos, no te conectes a todas las clases y te vayas desvinculando», opina Sanz. En este sentido, un estudio del ‘Center for Education Policy Research’ de la Universidad de Harvard de mayo de este año concluye precisamente que la educación remota (online) y la híbrida (semipresencial) contribuyeron a ampliar las brechas en el rendimiento de los alumnos. Para analizar el impacto, por raza y nivel socioeconómico del colegio, se usaron datos de 2.1 millones de estudiantes de EE.UU. provenientes de 10.000 colegios de un total de 49 estados. El informe termina advirtiendo de que los distritos más pobres donde hubo educación online van a verse obligados a «gastar casi toda la ayuda federal recibida para ayudar a los estudiantes a recuperarse de los problemas relacionados con la pérdida de logros durante la pandemia». Cabrales también suscribe la idea de que la semipresencialidad pudo haber afectado. En cualquier caso, él defiende la combinación de ambas modalidades de enseñanza como la mejor opción. Cita otro estudio, en este caso, que dice que el enfoque combinado de enseñanza online y aprendizaje tradicional es el «óptimo».

Hay otra variante que podría explicar la caída de la tasas bruta de graduación en Bachillerato y es que los alumnos de esa edad se hayan decantado por su equivalente, la FP de grado medio. «La tasa bruta de graduados en FP de Grado Medio sí que subió», comenta Sanz. Pasó de 23,3 en 2018-2019, a 23,6 en 2019-2020 y al 27 por ciento en 2020-2021. «En cualquier caso, la caída en Bachillerato ha sido mayor que la subida en FP de Grado Medio por lo que no se llega a compensar». Por último, Calero llama la atención sobre las cifras que arrojan las comunidades en la graduación de bachilleres. «Hay algunas donde tradicionalmente la tasa de éxito es alta: País Vasco, Galicia…Si obviamos el curso 2019-2020, que es el «anómalo», las únicas bajadas fuertes se dan en La Rioja o Aragón y, sobre todo, en esta última es significativa porque tiene mucha población: en 2019-2020 están en 53,9 y en 2018-2019 en 58,1…Es decir, que haya diferencias de un punto o de dos puede ser por oscilaciones pero aquí el grado de suspensos fue enorme, posiblemente por órdenes de flexibilizar».

Tasa bruta de población que finaliza un Ciclo de Grado Medio

Para el cálculo de las tasas se han utilizado las cifras de población del INE a 1 de enero de cada año

¿Y la universidad?

Otro debate que abre todo esto es cómo llegan los alumnos a la universidad. «Hay un grupo de estudiantes que en otras condiciones no habrían llegado a la universidad y ahora sí», opina Cabrales. Pero matiza: «Una examen más fácil no puede ser la causa de que lleguen menos preparados ¿Por qué? Porque si cambias la escala y lo que antes era un 5 ahora es un 7, sabes lo que sabes, lo único que ocurre es que pones la vara de medir en un sitio distinto». En otras palabras, Cabrales dice que la nota no cambia el nivel de preparación. «Sin embargo, si todo el mundo hubiera anticipado que los exámenes iban a ser más fáciles y el único objetivo del alumno es entrar, ahí sí podría haberse visto reducido el esfuerzo y la preparación», sentencia Cabrales. Sanz, otra vez con datos del ministerio apunta a que «la mitad de los que aprobaron Bachillerato en 2019-2020, que podrían no haberlo hecho sin flexibilización, ha llegado a la universidad», concluye.