¿Sabes la historia del Museo Pilarista que contiene las joyas de la Virgen del Pilar?

Las ofrendas que recibía la Virgen del Pilar a finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento se custodiaban en algún lugar cercano a la talla, que se veneraba en la primitiva Santa Capilla, un recogido tabernáculo. Las joyas se usaban para engalanar a la Virgen constantemente con cinturones, coronas y alhajas, como si de un ser animado se tratase. Además, algunas de las piezas del tesoro se habían reconvertido en objetos para el culto, como incensarios, copones o recipientes para las sagradas formas.

Con el tiempo, las joyas, mantos, coronas, abanicos y demás objetos preciosos acabaron en la actual sacristía, donde permanecieron hasta 1978, cuando el lugar se quedó pequeño y las joyas fueron trasladadas a lo que se conocía como «sala de oración», el sitio que hoy ocupa el Museo Pilarista.

Pero antes de ese traslado de 1978, en la sacristía se exponían, en sendos armarios de gran tamaño, objetos de tamaño, objetos de ajuar eclesiástico, reliquias, joyas, objetos de gran valor histórico… todo mezclado y sin ningún afán divulgativo.

Las coronas se exponían de forma diferente

Las coronas se exponían de forma diferente

Federico Torralba publicó en 1974 un artículo en el que definía aquella acumulación de riqueza y devoción: «Las joyas se ofrecen en grandes armarios y vitrinas, integrando una serie fastuosa de joyería que habría que estudiar minuciosamente, que va desde las joyas del siglo XVI hasta la época actual. Aquí pueden verse los más curiosos y heterogéneos regalos hechos por ilustres y famosos personajes, desde reyes a políticos y toreros, a la Virgen del Pilar».

Buscar un orden para las joyas

En 1977, el Cabildo era consciente de que había que ordenar la colección y mostrarla a los fieles de forma ordenada. Con ese fin encargó a los hermanos Albareda, escultores aragoneses, varios espacios para exponer los objetos preciosos. En 1978 se inauguró la muestra, ya con el nombre de Museo Pilarista, en el mismo lugar que ocupa hoy.

Se construyeron siete armarios en madera de estilo neoclásico con cristales blindados, que hoy se conservan y se utilizan. El arquitecto Teodoro Ríos Balaguer ordenó el espacio expositivo con varios arcones como mobiliario auxiliar, que también tienen uso en el actual museo.

Esta exposición se mantuvo abierta hasta 2012, cuando el Cabildo quiso ordenar el discurso para que la colección fuera mejor entendida. Además, la humedad afectaba a las paredes de la sala (que todavía hoy sufre de los mismos problemas periódicamente) y había que mejorar el mobiliario.

En 2015, con el espacio reordenado, los muebles recuperados y un discurso expositivo ordenado cronológicamente y por estilos, se inauguró el Museo Pilarista. Fue el 12 de febrero, en presencia del arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, y el deán del Cabildo, Manuel Almor. Toda la reforma fue sufragada por el matrimonio formado por María Pilar García Bovio y Pedro Ager Muguerza.

LOS OBJETOS RETIRADOS DEL TESORO

De los tesoros que se exponían desde 1978, algunos se retiraron en la nueva distribución de 2015, como los bocetos de Goya o Bayeulos mantos (excepto los cuatro que se exponen ahora, en los armarios que antes servían para exponer abanicos), hábitos de distintas órdenes religiosas…

También se retiraron algunas condecoraciones recibidas por la Virgen del Pilar aunque otras aún se exhiben. La corona buena, la de la Coronación Canónica de la Virgen de 1905, se exponía enmarcada en terciopelo, en una vitrina más abigarrada (junto con medallas, condecoraciones y estrellas del camarín), que no permitía apreciar su esplendor