¿Peligra Roland Garros para Rafa Nadal?: «Estoy triste, ahora mismo no puedo jugar»

Rafa Nadal vivió este jueves en el Masters de Roma uno de los partidos más difíciles de su carrera. Se medía a Denis Shapovalov con la idea de buscar la clasificación hacia los cuartos de final, después de un debut en el torneo más que brillante ante John Isner. Pero la mala fortuna se cruzó en su camino: tras ganar el primer set con absoluta solvencia (1-6), en el segundo afloraron de manera más que seria sus problemas en el pie izquierdo, que terminaron por envolverle entre lágrimas.

El tenista español se sentía realmente cómodo sobre la arcilla del Foro Itálico, donde ha tenido grandes sensaciones mientras que se ha encontrado sano. De hecho, tras derrotar a Isner, pidió a su equipo que reservaran pista para seguir entrenando: estaba tan cómodo y a tan alto nivel, que no quería perder la oportunidad de continuar mejorando. Incluso se pudo ver en el primer set ante Shapovalov el buen juego que estaba teniendo… hasta que su pie dijo ‘basta’.

Es de sobra conocido que Nadal sufre una enfermedad crónica en su pie izquierdo, conocida como Müller-Weiss, que no es más que la rotura del escafoides por estrés. Esta situación provoca que, de manera continua, sufra dolor en su pie, algo con lo que convive y ha podido lidiar a lo largo de su carrera. Pero, en los últimos meses, está sufriendo más de lo habitual por culpa de ese problema, que incluso le obligó a ser intervenido hace unos meses y que, este jueves, le castigó en exceso.

Y es que, tras un primer set brillante, a mediados de la segunda manga comenzó a notar un intenso dolor en su pie que le mermó. Tanto que, incluso, no pudo competir en pista. Tenía el partido muy encarrillado, controlado para pasar de ronda… pero las molestias fueron creciendo con el paso de los minutos, al punto de que se le vio cojeando y llevándose las manos de dolor a la cara, consciente de que no podía competir. Al acabar en rueda de prensa, confirmaba los peores presagios.

«Lo primero que necesito es no tener dolor para poder entrenar. Ahora mismo, me es imposible jugar, pero quizá en unos días las cosas mejoren. En París, tendré a mi médico junto a mí y eso puede ayudarme, pero no sé. Estoy muy triste, pero no me queda otra que aceptar lo ocurrido y luchar para seguir adelante, aunque no sea nada fácil par mí en estos momentos. No sé cómo estaré en unos días, voy a hablar con mi médico, pero espero poder ir a París«, explicaba Nadal.

Y es que el problema que le genera dicha lesión esta en que le impide moverse con normalidad por pista, al punto de hacerle sentir un dolor tan intenso que no puede correr, hacer apoyos para golpear, ni frenadas con normalidad. Para cualquier jugador, sería un problema absolutamente limitante, pero mucho más para alguien como Nadal, en quien la base de su juego está en la pelea, la lucha y el esfuerzo en pista. Con tanto dolor, se antoja imposible poder competir con garantías.

«Es un dolor permanente, a veces más y a veces menos, pero lo de este jueves fue una locura. El dolor me quita la felicidad, llegará un momento en que mi cabeza diga basta. No solo por el tenis, sino por mi vida. Me gusta jugar, me gusta competir, pero vivir con dolor es muy duro. Solo espero que mi pie me permita seguir compitiendo», explicaba Nadal. «Lamentablemente, mi día a día es difícil, es frustrante ver que durante días no puedo entrenar con continuidad», confesaba.

Será en 9 días, el próximo 22 de mayo, cuando comience Roland Garros, el torneo fetiche de Nadal. Pero los problemas que arrastra en su pie izquierdo han hecho saltar todas las alarmas sobre el español: ¿podrá jugar? Si juega, ¿estará en condiciones de competir? ¿Podría resentirse a lo largo del torneo? Son respuestas que solo el propio Nadal puede responder, pero seguro que luchará por tratar de estar en la arcilla parisina a pesar del duro revés sufrido en el Masters de Roma.