La factura de la luz se dispara en 30 euros para los enfermos renales

Más de 1.700 aragoneses precisan de un tratamiento renal sustitutivo porque sus riñones no funcionan bien. De ellos, un alto porcentaje se somete al proceso en casa mediante hemodiálisis o diálisis peritoneal (la más utilizada), dos formas que dan autonomía y una mayor calidad de vida a estos pacientes.

Sin embargo, la subida constante del precio de la energía ha oscurecido en los últimos tiempos estas ventajas de los enfermos renales, ya que su factura de la luz se ha incrementado entre 30 y 60 euros al mes dado que para su tratamiento utilizan máquinas que deben conectarse a la electricidad.

La diálisis en casa evita el traslado del enfermo renal a los centros sanitarios y le permite conciliar, pero en estos momentos se ha convertido en un lujo que coloca a quien tenga rentas bajas en una situación económica difícil de asumir.

«Tenemos varios pacientes con terapias en domicilio que lo han notado. Se trata de aparatos que, en muchos casos, deben estar enchufados toda la noche para hacer su función», explica a este diario fuentes de Alcer Ebro, la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón en Aragón.

La diálisis en casa evita el traslado del enfermo renal a los centros sanitarios y le permite conciliar, pero en estos momentos se ha convertido en un lujo que coloca a quien tenga rentas bajas en una situación económica difícil de asumir.

Solo ocho comunidades (entre las que no está Aragón) tienen en este momento algunas ayudas para estos enfermos.

Según datos de la Sociedad Española de Nefrología, solo 4.000 de los 30.500 pacientes españoles en diálisis están en lista de espera para recibir un trasplante renal, que es el mejor de los tratamientos sustitutivos. Es decir, que más de 26.500 personas estarán el resto de sus días en diálisis, un tratamiento que dificulta llevar una vida plena.

Las asociaciones y los pacientes renales piden ayudas a las Administraciones para asumir la situación actual porque se trata, dicen, de un tratamiento fundamental para vivir que no se puede dejar. Sin embargo, en el caso de Aragón no hay novedades al respecto. Solo ocho comunidades (Asturias, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Andalucía, Canarias y País Vasco) tienen en este momento algunas ayudas para estos enfermos que no superan en ningún caso los 80 euros mensuales.

Ahorro al sistema

Daniel Gallego, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (Alcer), apunta que no hay equidad. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, los pacientes sí reciben una cantidad para costear la luz que necesitan para poder recibir diálisis en casa. En otras, como es Madrid, no existe ningún tipo de aportación económica ni para el agua, que tanto necesitan para sus terapias.

«Es el soporte vital para esas personas y se están dando situaciones de pacientes recientes que, si pudieran se tratarían en sus casas, pero con la subida de la luz no se lo pueden permitir. Si acuden a un hospital, se les costea todo», explica Gallego. «El enfermo ahorra dinero al sistema sanitario. Ayudar a pagar a la luz, costará menos que tratarlos en el hospital», dice el presidente.

José Vicente Zugasti es madrileño, tiene 33 años y dos trasplantes a sus espaldas. Hace diálisis en casa y antes se ponía sus tratamientos entre semana y «libraba» sábado y domingo. Ahora, ha cambiado sus rutinas y acumula las sesiones durante el fin de semana, cuando la luz es más barata.