Feijóo, Azcón y el doble sillón

Vaya por delante que nadie se atreve a aventurar cómo será el PP, con todas sus comunidades, provincias y alcaldías, a la vuelta del congreso que la formación conservadora celebra en Sevilla el próximo fin de semana. Vaya al mismo tiempo que eso es lo que dicen muchos de los que, de una u otra manera, están implicados en el proceso ‘pepero’. Alguien sabrá algo… No y no, repiten. Su nuevo mesías, aseguran, es más que discreto.

Reservado como buen gallego, Núñez Feijóo no deja ni una rendija abierta por donde se filtre el futuro. Cuentan y repiten que no es nada anormal semejante silencio. Vamos, que es su método de trabajo desde hace años: llevar con sigilo y más que prudencia las decisiones que van a construir el epicentro de sus políticas internas.

Quedan los rumores. Aquí sí que hay. Van a miles los chismes. El más repetido es la posibilidad de que el eurodiputado Esteban González Pons sea el nuevo secretario general del partido. Una apuesta bien lógica si se piensa en el fuerte peso orgánico que tiene dentro del PP, y la confianza que le tiene y no esconde Feijóo.

Es uno de esos rumores que va camino de noticia. Se sabrá quizá ya durante el congreso que empezará a tomar forma el viernes, con la despedida a Pablo Casado y los discursos de dos expresidentes del Gobierno, José María Aznar y Mariano Rajoy, que ya han hecho público su respaldo a Feijóo, intocable detrás de su hermetismo. O quizá gracias a él.

Después llegarán los cambios, que se irán produciendo sin duda en el conjunto del país. Tampoco hay mucho tiempo. En 13 territorios está prevista la celebración de comicios autonómicos y municipales en 2023, fechados para el último domingo de mayo en 12 de ellos. Entre ellos, Aragón, donde el Partido Popular no tiene decidido aún a ninguno de sus dos principales candidatos: el que compita con Javier Lambán para gobernar la comunidad, y el que se presente a mantener el dominio en el Ayuntamiento de Zaragoza.

En uno de los dos, bien se sabe, estará Azcón. Lo que no se conoce aún es hacia dónde apuntará, a la espera también de la primera batería de decisiones que tome Feijóo, que obviamente puede influir en su futuro.

Hay quien apunta a que el cambio en la cúpula de la formación conservadora puede redundar precisamente en el alcalde zaragozano, al que Casado había comprometido en la pelea para el Gobierno de Aragón; a quien Feijóo, sin embargo, ve como una potente figura municipalista. Se sabe hace tiempo, incluso lo ha hecho saber públicamente, que el gallego tiene en gran consideración la labor que ha hecho Azcón en la FEMP al frente de los alcaldes guerreros.

Y bien, lo que antes parecía todo dirigido hacia las Cortes, hoy no se mueve de la plaza del Pilar. ¿Sabe Azcón adónde irá? No, o eso asegura su entorno, donde se da un gran valor a la estabilidad que ha sido capaz de generar en su mandato.

«Recuerde usted que Azcón no ha ganado unas elecciones todavía en Zaragoza», decía esta semana un veterano político del PP, dando a entender que ahí le queda una espinita clavada

Se le considera, además, una garantía de éxito a nivel municipal. «Recuerde usted que Azcón no ha ganado unas elecciones todavía en Zaragoza», decía esta semana un veterano político del PP, dando a entender que ahí le queda una espinita clavada.

Es cierto. No las ganó, no. Lo hizo Pilar Alegría, que luego fue delegada del Gobierno y hoy ministra pero que no logró convencer a Ciudadanos para gobernar en coalición. El PSOE sumó más de 91.000 votos y 10 concejales, 20.000 votos y dos ediles más que el PP, que a la postre gobierna con los naranjas –sumaron 6 concejales– y la anuencia de Vox.

Por las cuentas de los populares pasa el tirón que tiene Azcón en la capital, al tiempo que se les escapa la ‘locura’ que sería jugarse el Ayuntamiento de Zaragoza. Así lo explican porque ven muy claro el futuro del consistorio con el actual alcalde: triunfo seguro.

Queda Lambán, que parece el coco, dicho sea en el mejor sentido de la acepción. Le temen, lo normal. O sea, que por un lado hay que tener poco que perder para irse a una contienda electoral frente a frente contra él. Por otra parte, la forma más fácil de tumbarlo sería subirlo al ring ante el mejor púgil del momento, que en el caso del PP aragonés no hay duda de que es Jorge Azcón.

A Lambán le queda un año, avisan los ‘peperos’ de calle, 14 meses en los que Pedro Sánchez solito es capaz de hacer mucho daño. A él y a cualquiera. Así, en un chasquido, puede dinamitar unas elecciones autonómicas. Y eso bien lo sabe Lambán, inteligente al alejarse tanto del lado catalán que envuelve al sanchismo».

Se van posicionando las piezas en un tablero todavía inestable. Aparece María Navarro como opción primera en Zaragoza si Azcón se va. Y Mar Vaquero crece en las Cortes si Azcón se queda. También han sonado otros nombres, pocos de varón e incluso algunas novatas como Natalia Chueca, concejala hoy. Al cabo, una mujer, aseguran. A la vuelta del verano, como tarde, se sabrá quién es la dama en cuestión. Y si Azcón se queda o se muda, Feijóo mediante.