Mil y un goles del Madrid en Europa

El Madrid cumplió con lo justo, con un Vinicius asistencial, un Benzema providencial y un mediocampo agotado. Le cuesta brillar en su estadio y necesita, con urgencia, la aparición de refrescos desde el banquillo.

Casemiro, Modric y Kroos tendrán que dormir en una cámara hiperbárica si quieren descansar. Optaba Ancelotti por Lucas Vázquez como extremo diestro, con la idea, en principio aceptable, de abrir el campo. El Madrid se enfrentaba a su gran problema esta temporada: atacar ‘en estático’ y alguien haciendo de extremo, aunque no fuera extremo, parecía lo suyo. Lucas acaba jugando siempre por esta razón. Es un jugador capaz de de representar roles tradicionales: cuando toca ser lateral, lo hace; cuando toca ser extremo, funge como tal. Se pinta la cara de blanco como un actor kabuki y sale a hacer de lo que toque. Su función iba a ser aparecer al otro lado del catalejo de Kroos, pero ni eso.

Ancelotti se echaba al coleto un montón de chicles y es increíble que este gesto empiece a ser aciago, como ver un cuervo o algo así. El Madrid tenía que enfrentarse a otro equipo encerrado. O eso parecía. Esto es como desalojar a alguien de algún sitio. Los GEO nos han explicado que para hacerlo forman parejas, que ellos llaman ‘binomios’. El binomio sería Vinicius y Benzema: el primero robó una pelota aprovechando el atolondramiento del Shakhtar y se la pasó a Benzema para que marcara el gol mil del Madrid en la competición.

El inicio fue urgente, prometedor. Lo que parecía iba a ser un autobús ucraniano se fue convirtiendo en un principio de correcalles. Esto lo aprovechó el Madrid, pero nada más marcar se echó atrás a intentar correr. Primero perdió la posición, luego la pelota y después la tensión.

En esos minutos vimos el retorno del Bernabéu como carácter. Casemiro le dio un pase imposible a Militao, que decidió darse una carrera inútil hacia una pelota perdida. Esto levantó los aplausos del estadio. El espíritu de la grada no desaparece con las obras.

Por una banda coincidían Dodó, Teté, Mendy, y Vinicius, demasiadas velocidades contrapuestas anulándose unas a otras. Se echaba de menos la distinción de Marcelo. Marcelo es como una clave que sitúa el chorro de notas de Vinicius.

El abandono posicional no parecía dejadez, o pereza, sino una decisión: se replegaron, pero al hacerlo perdieron el mando del partido. El Madrid no termina de jugar bien en casa, así que jugó como visitante. Y no se sabe qué podría ser peor, si la desidia o este reconocimiento de impotencia, esta economía de esfuerzos.

El Madrid tiene espasmos italianos que a veces le quedan macarrónicos. Poco convincentes. Es como si de repente aparecieron Modric y Kroos disfrazados de gondoleros moviendo las manos como Chiellini. No queda bien. No es lo suyo. Los problemas del Madrid de Ancelotti en el Bernabéu dicen mucho sobre la indefinición del patrón de juego. El Shakhtar se fue quedando con la pelota, metido el Madrid en su área, y no extrañó el empate: un balon por el centro que partió a la defensa en dos y remató Fernando.

Antes del descanso, Courtois le sacó al mismo Fernando lo que pudo ser el segundo. El Madrid llegó al vestuario pasmado, desconectado del partido como un adolescente.

Y retornó como un coche eléctrico, recargado pero no rugiente. Cuando un equipo se va de un partido ya no vuelve nunca. El tono no era ni podía ser el del comienzo. Se cumplía esa ley de hierro del florentinismo: siempre hay un momento en que el rival parece el Bayern de Munich. Sea cual sea el rival.

Mandaba otra vez el Shakhtar y el Madrid quedaba lejos del área, con tendencia a partirse e incapaz de presionar. El Madrid era ‘in-presionante’, imposible robar una pelota. Una ‘in-presión’ y una impresión: quizás Blanco y Camavinga pudieron haber ayudado físicamente al equipo, pero Ancelotti no añadió ni cambió nada en el centro del campo. Casemiro, Modric y Kroos siguieron en su Gólgota, clavados los tres en su martirio posicional.

El partido del Madrid tomaba un color preocupante y entonces Vinicius apareció como el nuevo líder que es. Se fue a la derecha, agarró la pelota e incidió sobre el área con una velocidad distinta; combinó con Casemiro y asistió a Benzema para el 2-0. Fue una exhalación, una rapidez de otro ecosistema cayendo sobre el juego como una revolución.

El Madrid se había ido con el 1-0 y volvió con el 2-1, aunque nunca del todo. Regresó a su campo a esperar, como mirando el partido desde una fortaleza o una mecedora, y de único aliciente quedó Vinicius, que dio vida con sus carreras aunque en el área volviera al viejo vicio de tocarla demasiado.

Empezaron los cambios. Se fue el joven Mudryk, que gustó, y siguieron entrando brasileños, y el Shakhtar siguió con ese ritmo suyo extrañísimo, como no concernido, despreocupado, nada sanguíneo; como un bossanova de organillo sonando fuera de lugar.

El Madrid se aprovechó de su falta de pasión. Benzema pidió el cambio, y era preocupante porque se unía a la sensación de cansancio general.

Courtois salvó un gol al final y el Madrid jugo los últimos minutos, exhausto y encerrado, rozando lo indecoroso, solo para la contabilidad del grupo y la historia estadística: tres puntos más, la clasificación más cerca y mil y un goles en Copa de Europa, que suena, efectivamente, a fantasía persa, a leyendas y aventuras, a tantas y tantas noches encerradas en un libro de maravillas.

Ficha de partido

Estadio: Santiago BernabéuReal Madrid

  • 1Courtois
  • 3Éder Gabriel Militão
  • 2Carvajal
  • 23Ferland Mendy
  • 4Alaba
  • 10Modric
  • 14Casemiro
  • 8Kroos
  • 20Vinicius Júnior
  • 17Lucas Vázquez
  • 9Benzema

Shakhtar

  • 81Anatolii Trubin
  • 31Ismaily
  • 2Domilson Cordeiro Dos Santos
  • 22Mykola Matvienko
  • 5Marlon Santos
  • 6Stepanenko
  • 21Alan Patrick Lourenco
  • 14Mateus Cardoso Lemos Martins
  • 7Maycon de Andrade Barberan
  • 20Mykhailo Mudryk
  • 99Fernando Dos Santos Pedro
  • Banquillo
  • 25Eduardo Camavinga
  • 7Hazard
  • 13Andriy Lunin
  • 5Jesús Vallejo
  • 27Antonio Blanco
  • 22Isco
  • 16Luka Jovic
  • 6Nacho
  • 11Marco Asensio
  • 35Miguel Gutiérrez
  • 40Toni Fuidias
  • 12Marcelo
  • Banquillo
  • 19Manor Solomon
  • 3Vitor Eduardo da Silva Matos
  • 4Krivtsov
  • 8Marcos Antonio Silva Santos
  • 11Marlos Bonfim
  • 44Viktor Korniienko
  • 15Artem Bondarenko
  • 25Heorhii Sudakov
  • 9Bruno Ferreira Bonfim
  • 26Yukhym Konoplya
  • 45Danylo Sikan
  • 30Pyatov
  • Goles
  • Benzema 13′
  • Benzema 60′
  • Goles
  • Fernando Dos Santos Pedro 38′

Árbitro: Benoît Bastien