Teresa Jiménez-Becerril: «Otegi puede dejar de ser un terrorista, pero no un criminal»

Durante la entrevista se reivindica en varias ocasiones como una persona de centro. Ahora, la etiqueta más ajustada sería, quizás, la de centro derecha, comenta, pero de «jovencita» tiraba más hacia la izquierda. No le gustan, en todo caso, que la señalen en bandos ni en trincheras y tampoco está de acuerdo con aquellos que la tachan de «radical» por su beligerancia en defender más «justicia» para las víctimas del terrorismoAhora llegará al Defensor del Pueblo y defiende que esto sirva para que este organismo les preste más atención. Su «jefe» será el ex ministro Ángel Gabilondo.

¿Con que objetivos asumirá sus nuevas responsabilidades como adjunta al Defensor del Pueblo?

Quiero ayudar todo lo que pueda en la defensa de los derechos y de las libertades de todos los españoles. También me parece fundamental la defensa de las víctimas del terrorismo y tratar de corregir algunas de las injusticias que se están produciendo.

¿Quiere decir que la institución debe volcarse más en la defensa de las víctimas del terrorismo?

Hay que apoyar más a las víctimas, como también a todos los ciudadanos. Lógicamente, con toda la neutralidad y con todo el respeto que hay que tener a la hora de trabajar para una institución que está al servicio de todos los españoles, con independencia de su ideología. También me gustaría dar más transparencia a sus trabajos para que la sociedad conozca mejor el alcance de los problemas que tratamos. Hoy no he asumido aún el cargo y hablo desde mis responsabilidades como diputada, que abandonaré en cuanto se abra esta nueva fase. Sí puedo adelantarle mi disposición plena a ayudar y a estar a la altura de los españoles.

¿Se siente feminista?

Desde que tengo uso de razón me he sentido feminista. Recuerdo que mi hermano Alberto, que sólo tenía once meses más que yo, vino en un viaje del colegio a Madrid, cuando yo tenía trece o catorce años, y ya me trajo una representación de Mafalda con la escritura «Las chicas son más inteligentes y brillantes que los chicos». Y, esto dice cómo ya entonces él sabía por dónde respiraba yo.

¿Qué entiende por feminista?

No creo que las mujeres seamos iguales que los hombres, somos muy diferentes, pero sí tenemos que tener los mismos derechos. Y por esa igualdad es por la que hay que luchar.

¿Por qué entonces hay tanta división política?

El problema es que esto se ha exagerado tanto desde determinados colectivos que hay un tipo de feminismo actual con el que no comulgo. Como tampoco acepto que se criminalice al hombre por cualquier cosa. Las mujeres deben cobrar igual que un hombre, no tener un techo de cristal ni verse penalizadas con la maternidad. Yo he luchado mucho en el Parlamento europeo por acabar con la brecha salarial, pero aquí veo algunas batallas, y polémicas que generan desde el propio Ministerio de Igualdad, que me parecen absurdas. Y por eso no voy a dejar de reivindicarme como feminista ni voy a dejar que la izquierda se apropie de una causa en la que el PP lleva muchos años trabajando. Por ejemplo, la lucha contra la violencia de género la hemos tenido siempre como una prioridad en todas nuestras labores de gobierno, y basta con hacer un repaso de todo lo que hemos legislado. La violencia de género es un problema que nos afecta a todos. No tiene ideología, y no se puede aceptar que se nos coloque fuera de ese compromiso. Aceptarlo es un error.

Entiendo que entonces no comparte la posición de Vox en esta materia.

No comparto algunos de sus postulados, por supuesto, ni todo lo que dicen sobre los «chiringuitos», por ejemplo. Hay que acabar con los gastos inútiles en la Administración Pública, pero en todos los organismos. Y no hay más despilfarro en aquellas instituciones que trabajan por defender a la mujer como víctima de una violencia que ejerce el hombre por el simple hecho de ser más fuerte. Tampoco es verdad que la mayoría de las denuncias sean falsas, ahí están los datos, y puede haber alguna falsa, pero la mayor parte de la violencia es de hombre a mujer. Esto no quiere decir que dentro de una familia no se ejerzan otro tipo de violencias, es evidente. Ahora bien, tampoco creo que Vox niegue esa violencia de los hombres sobre las mujeres: decir eso sería injusto. Pero presentan su posición desde unos postulados que no puedo compartir.

¿ El colectivo LGTBI sigue necesitando una protección especial?

Hay que proteger igual a todas las personas, y ellos, y tengo muchos amigos que son homosexuales, lo que quieren es sentirse, ante todo, personas. Ante la víctima de una discriminación, de un ataque, la legislación ya tiene una manera especial de protegerla. Y aquí lo más importante es que se cumpla la ley. Pero, le insisto, tengo muchísimos amigos homosexuales y ante todo son personas, que no quieren verse señaladas ni victimizadas.

¿Cree que eso es lo que están consiguiendo las políticas de la izquierda?

Muchas de las políticas, en teoría, a favor de las víctimas de violencia de género o de ciertos colectivos son contraproducentes por exageradas. Y están consiguiendo justo el efecto contrario al que deben buscar. Sobra política.

¿El escudo social está funcionando?

El ingreso mínimo vital no ha llegado todavía a todos los que debía llegar. Hay mucha gente que necesita ayuda y que no la ha recibido. Estamos en un momento económico difícil, con inflación, subida de la luz, y es importante que seamos capaces de aprovechar la oportunidad que representan los fondos europeos. Es decisivo que ese dinero se emplee de buena manera y sirva para ayudar a la gente que ha quedado más castigada con la pandemia. Es un reto complicado, pero necesario, y, de momento, no estamos viendo que se esté yendo en la dirección correcta.

Usted representará al PP en el Defensor del Pueblo, y el señor Gabilondo, al PSOE. ¿Serán capaz de entenderse tal y como está el clima político?

Estoy convencida de que los dos asumiremos nuestras responsabilidades desde una disposición total a trabajar por todos los españoles.

¿Qué sintió al escuchar a Otegi verbalizar ahora su arrepentimiento?

Me dieron ganas de decirle aquello del Rey de «¿por qué no te callas?». Sus palabras fueron indignas y retorcidas, y no suponen ningún paso adelante como han querido ver algunos.

¿Por qué no le valen para nada?

Hablaba de todas las víctimas y esto es una equidistancia inadmisible. ETA ponía las bombas o pegaba el tiro en la nuca, y las víctimas nunca nos hemos tomamos la Justicia por nuestra mano. Ahora el Estado tiene la obligación de defendernos y no debe caer en la trampa de unas declaraciones que tienen un fin político. Otegi lo corroboró porque al día siguiente de esa puesta en escena salió diciendo que tenía 200 presos en la cárcel y que, para sacarlos, si había que firmar un presupuesto, lo firmaba.

¿Quizás Otegi no tiene derecho al perdón?

Otegi puede dejar de ser un terrorista, de militar en una banda terrorista, pero nunca dejará de ser un criminal. Hay cosas del pasado que no se pueden rectificar. Pero es que, además, nunca ha pedido perdón ni ha condenado el terrorismo. Ni se ha ofrecido a colaborar para ayudar con los 379 crímenes que quedan pendientes de resolver ni a frenar los homenajes a etarras.

¿La democracia está todavía en deuda con ustedes?

Hay cosas que claman al cielo y, luego, cuando las víctimas levantamos la voz, y pedimos Justicia, resulta entonces que vivimos encerradas en nuestro dolor y que somos vengativas. No es así. Imagínese que se homenajeará a los asesinos de Bataclán o a los de las Torres Gemelas. La gente se llevaría las manos a la cabeza. Pero con ETA no pasa nada, lo hemos normalizado completamente. ETA mataba y a la vez hacía política y ahora están intentando seguir haciendo política

ETA ya no existe…

El otro día me decía un alumno que «se han reciclado», pero se han reciclado no de la manera en la que deberían haberlo hecho, con una condena explícita del terrorismo, sin homenajes, y trabajando para que se resuelvan los crímenes.

¿Qué más debería hacer el Gobierno por las víctimas?

Ante todo, el Gobierno debe dejar de pactar con un partido que no condena el terrorismo. Lo ideal sería que no se pactara con ningún partido independentista ni nacionalista. Sería mucho mejor para todos los españoles.

Eso exige el concurso de su partido, que no parece que esté muy por la labor de sostener a Sánchez.

No es posible con los socios que ha elegido.

¿Ha hablado alguna vez Sánchez con usted del tema de ETA o de la situación de las víctimas?

Le conocí en el Parlamento Europeo, pero no llegamos a hablar de nada.