Brote de solidaridad en Cáritas durante 2020: las ayudas aumentaron un 69%

Durante 2020, un total de 11.518 personas fueron acompañadas en 5.332 hogares por Cáritas Diocesana de Zaragoza, desde donde hicieron entrega de 14.196 ayudas económicas directas a las familias por valor de 2,25 millones de euros; lo que supone un incremento del 69% respecto a 2019. Un 18% de los ingresos provenían de financiación pública, mientras que el resto lo hicieron de donaciones y otros ingresos como las cuotas de residentes. La solidaridad creció también durante 2020, y es que hasta se formaron listas de espera de hasta 10 días de gente que necesitaba la ayuda de Cáritas.

De las personas que acogieron durante el pasado año, 7.986 provenían del ámbito urbano, 1.326 del rural, 1.507 de sus proyectos especializados y 816 de su sede. Esto supone un 23% más de personas acogidas que en 2019. Estos datos los han presentado con motivo del Día de la Caridad el director de Cáritas Diocesana Zaragoza, Carlos Gómez, y la secretaria general, Cristina García este miércoles en su memoria anual bajo el lema “Tiende tu mano y enrédate. #SeamosMásPueblo”.

Durante la pandemia, adaptaron su labor a la situación sanitaria y pasaron a atender por teléfono cuando no fue posible hacerlo presencialmente. Desde Cáritas aseguran que esto fue posible “gracias a los 124 trabajadores y voluntarios”, de los cuales cuentan con casi un millar, 979 para ser exactos, según ha informado Carlos Gómez. Además, ha añadido que “hay algo positivo en la pandemia y es el incremento de la solidaridad, no solamente ayuda económica, sino gente que ha llamado preguntado qué podían hacer, invirtiendo su tiempo”.

Cristina García ha señalado la importancia de ponerles rostro a todas las personas que recibieron ayuda, “no solo son cifras”. Así pues, ha destacado que “las mujeres tienen un mayor peso entre las personas acogidas y apoyadas desde Cáritas con un 54,4%”, mientras que un 45,2% fueron hombres; el 45,1% no tenían empleo y solo un 9% estaban trabajando. Desde Cáritas “observan desajustes en el acceso al mercado de trabajo, más aún con la especialización y digitalización que se requiere actualmente, así como más precarización e irregularidad a partir de la crisis generada por la pandemia. Además, “hemos constatado las dificultades de acceso a prestaciones básicas y la falta de agilidad y cobertura por parte de los sistemas públicos de protección social (Ingreso Mínimo Vital, Prestación Complementaria, Ayudas de Urgencia…).

En cuanto a la nacionalidad, el 36,6% nacieron en España y el 62,8% fuera del país. El 43,8% de las personas migrantes atendidas tenían permiso de residencia y/o trabajo mientras el 40,2% estaban en situación de irregularidad jurídico-administrativa. Asimismo, la secretaria general ha recordado que “hay que tener en cuenta el origen y la causa de las migraciones, así como las consecuencias que esto conlleva en las personas”.

Respecto a sus viviendas, hasta un 30,3% de los hogares atendidos en la organización residían en habitaciones realquiladas en viviendas de uso compartido; cifra que se ha duplicado en tan sólo dos años. Estas precarias condiciones de habitabilidad comportan importantes riesgos psicosociales para los hogares que viven en estas circunstancias. Cristina García ha destacado que “sigue siendo insuficiente la oferta de alquiler social por parte de la Administración Pública”, y ha añadido que “sin ingresos estables es muy difícil mantener y acceder al mercado de alquiler”.

La pandemia ha provocado también que un numeroso grupo de personas haya tenido que acudir por primera vez a Cáritas, concretamente un 51,4%, pero también existe otro amplio grupo que de manera cíclica contaron con ayudas para atender sus necesidades más básicas.