El Consejo de Seguridad de la ONU, con el bloqueo de EE.UU., no mueve ficha sobre Israel y Palestina

La reunión de urgencia celebrada este domingo en el Consejo de Seguridad de la ONU dio evidencias de la distancia entre israelíes y palestinos para contener la erupción de violencia de la última semana y de las dificultades de la comunidad internacional para conseguir progresos para el fin de las hostilidades.

Era la primera vez que los quince miembros del órgano con más poder de la ONU se reunían de forma pública para tratar la crisis en Oriente Medio -esta semana hubo otros dos encuentros, pero a puerta cerrada- y no se consiguieron progresos. Todas los países mostraron su preocupación por la situación y por el fallecimiento de civiles pero no se consiguió consensuar un comunicado conjunto. China, uno de los cinco miembros permanentes del órgano y presidente de turno, acusó de ello a EE.UU., el principal aliado de Israel y que ha defendido su apoyo «inquebrantable» a los israelíes y el «derecho a la autodefensa» del Gobierno de Israel.

«Por desgracia, solo por la obstrucción de un país, el Consejo de Seguridad no ha sido capaz de hablar con una sola voz», dijo el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en la reunión. «Exigimos a EE.UU. que asuma sus responsabilidad de tomar una posición justa».

En las dos anteriores reuniones a puerta cerrada, EE.UU. bloqueó los intentos del consejo de aprobar un comunicado. Preguntado sobre ello la semana pasada, el secretario de Estado, Antony Blinken defendió que buscaba que «la diplomacia tenga tiempo para surtir efecto y ver si, de hecho, conseguimos una desescalada real», dijo sobre la violencia.

La reunión -realizada de forma virtual por las restricciones del Covid- arrancó con la intervención del secretario general de la ONU,António Guterres, que calificó la violencia en la región de «completamente horrorizante» y exigió un «alto el fuego inmediato». El resto de países miembros del Consejo de Seguridad, con la excepción de EE.UU., hicieron también esa exigencia, así como la protección de civiles de ambos bandos.

Después habló Tor Wenneslad, coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, que repasó los altos niveles de violencia registrados -más de 2.900 cohetes lanzados por Hamas, cerca de mil ataques israelíes, cerca de doscientos muertos en Gaza, otros once fallecidos en Israel- y se sumó a las exigencias del fin de la violencia. «No podemos permitir que la situación descienda todavía más hacia el caos», dijo.

La posibilidad de un alto al fuego están fuera de la realidad. Netanyahu ha dicho que los ataques del ejército «tardarán un tiempo» aun

La posibilidad de un alto el fuego está, de momento, fuera de la realidad. En la víspera, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que los ataques del ejército del país todavía durarán días. «Tardará un tiempo», reconoció en una entrevista con la televisión estadounidense CBS. Y la reunión del Consejo de Seguridad tampoco daba esperanzas a progresos.

En ella compareció el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina, Riyad Al-Maliki, que denunció los ataques a civiles -incluidos niños- por parte del ejército israelí, denunció los desalojos de familias palestinas en el Este de Jerusalén y criticó la posición defendida por EE.UU. y otros Gobiernos occidentales -Israel tiene derecho a defenderse ante los ataques de Hamas- porque «refuerza a Israel para matar civiles».

Inmediatamente, habló el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, que mostró una versión completamente diferente: en su visión, Hamas no atacó a Israel por los desalojos sino para ganar poder frente a la Autoridad Palestina y utiliza a civiles como escudo. «Israel utiliza misiles para proteger a sus niños. Hamas usa niños para proteger sus misiles», dijo.

EE.UU., el país que tiene la llave para lograr cambios en el conflicto, aseguró en la sesión que está listo para dar su apoyo «si ambas partes quieren buscar un alto el fuego». Así lo defendió su embajadora, Linda Thomas-Greenfield, que insistió en su condena a los ataques de Hamas, sin criticar la respuesta de Israel.