Sánchez pide a ERC que deje gobernar a Illa tras el desprecio de Rufián: «No creo en su voluntad, creo en su necesidad»

En el primer cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Casado desde las elecciones en la Comunidad de Madrid ambos se han enzarzado a cuenta de la estrategia del Ejecutivo. El presidente del Gobierno no ha respondido a las preguntas del líder de la oposición y ha insistido en su optimismo respecto a la vacunación y la recuperación económica. Y en su estrategia de no anticipar la elecciones.

Casado le ha recordado a Sánchez que ha obtenido «el peor resultado de la historia del PSOE en Madrid» pese a «hacer trampas con el CIS». El presidente del PP le ha reclamado a Sánchez que convoque el debate del estado de la nación, que se abra a debatir el plan b jurídico que sustituya al estado de alarma y que traiga al Congreso el plan de recuperación.

Ante estas demandas, Sánchez ha intentado cambiar el paso del debate. «Le miro y le escucho y pienso que la historia se repite. Se le está poniendo cara de Albert Rivera, pero sus urgencias no son las urgencias de los españoles». El presidente ha reivindicado que «lo que necesita España es estabilidad política» y ha insistido en varias ocasiones en que quedan 32 meses de legislatura. Aferrado a que «la economía española está a punto de relanzarse».

«Señor Sánchez, se le está poniendo cara de Zapatero», ha replicado Pablo Casado. Y le ha vuelto a reclamar una nueva ley para combatir la pandemia: «Las autonomías ya no pueden hacer nada. Su empecinamiento cuesta vidas».

El Gobierno lleva días intentando circunscribir a Madrid esta crisis, pese a que diferentes sondeos demuestran ya una importante afectación al ámbito de la política nacional. Y también a sondeos en varias Comunidades Autónomas. Pero el mensaje que traslada el Ejecutivo de Pedro Sánchez es que no habrá adelanto electoral. Más bien todo lo contrario. El mal resultado en Madrid y las evidencias de reagrupación de los electores a su derecha no recomiendan una cita con las urnas inmediata, para los intereses del Gobierno. De hecho la intención es la contraria. Plantear que la legislatura llegará a su término y que se volverá a votar en Madrid, y en el resto de autonomías, antes de unas elecciones generales.

Ruido electoral en Cataluña

En su intercambio con Gabriel Rufián, el presidente del Gobierno ha expresado el deseo del Ejecutivo de que «cuanto antes» haya un nuevo gobierno en Cataluña para poder «retomar el diálogo territorial». Pero ese ejercicio de buena voluntad por parte de Sánchez se ha encontrado una dura réplica por parte del portavoz de ERC: «Yo no creo en ustedes. No creo en su voluntad, creo en su necesidad», ha dejado claro Rufián, señalando que a Sánchez «le encantaría» que en el Congreso «hubiera 15 o 20 diputados de Cs». Tras la dura intervención de Rufián, Sánchez se ha preguntado si estamos en precampaña en Cataluña: «Espero que no».

La situación en Cataluña se está complicando. Los independentistas no se ponen de acuerdo y apenas quedan dos semanas para que termine el plazo para que alcancen un acuerdo para formar un nuevo Govern. La posibilidad de la repetición electoral desagrada al Ejecutivo, que considera que prolongaría la excepcionalidad de la legislatura y dificultaría la posibilidad de armar mayorías en el Congreso de los Diputados.

En su cara a cara con Santiago Abascal, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acusado al líder de Vox de haber cruzado «muchas líneas rojas», a lo que Abascal le ha respondido que su partido seguirá adelante «sin miedo a nada ni a nadie» y que el Gobierno «no podrá hacer nada lícito para impedirlo». Abascal ha replicado que es Sánchez es quien «ha cruzado todas las líneas» al pactar con partidos separatistas, criticando que Sánchez pactó con los que dijo que no pactaría: «Vox solo ha cruzado las alambradas antidemocráticas que impone la dictadura progre».

No al «plan b» del PP

La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha cargado contra el «plan b» jurídico que el PP registró en el Congreso para tener un mecanismo alternativo al fin del estado de alarma. El Gobierno defiende que un mecanismo así debilita el control de derechos fundamentales y la portavoz parlamentaria de los ‘populares’, Cuca Gamarra, le ha pedido que deje de bloquear su debate en el Pleno. Y es que son varios los socios del Ejecutivo que en este punto muestran más cercanía con el planteamiento del PP.

Gamarra ha criticado que desde el Gobierno hayan pasado «la patata caliente» a los jueces como única alternativa. «Ni legislan ni dejan legislar», ha denunciado la portavoz del PP. Los populares acusan a Calvo de impedir el debate de esa ley para «esconder» su «debilidad» parlamentaria: «Están de los nervios porque ven como la mala gestión de la pandemia se los lleva por delante».

En su réplica, Calvo ha defendido la gestión del Gobierno y ha cuestionado la alternativa del PP. Ha señalado al PP por intentar modificaciones «para debilitar el control de la calidad de los derechos» fundamentales: «Las tres cosas que hemos visto pintan mal: saltarse el estado de alarma, incumplir la LOREG en estas ultimas elecciones, pretender multar a quien no se quiere vacunar como ha hecho la Xunta de Galicia».