Nadal-Alcaraz, el hoy contra el mañana

En ese empeño tan español de buscar al nuevo Rafael Nadal, un imposible porque nunca habrá otro igual, los ojos se detienen en Carlos Alcaraz, al que le persigue la etiqueta desde que empezó a despuntar, siendo todavía el niño que es, en el mundo de la raqueta. El Mutua Madrid Open, en un guiño del destino, quiere que el mejor jugador nacional de todos los tiempos dé mañana la alternativa a un proyecto que tiene una pinta bárbara, 18 añitos cumple el muchacho precisamente el miércoles. Nunca un partido en esta ronda generó tanta atención y ahí llega Alcaraz con la lección aprendida y un discurso modesto y educado, pues su entorno lleva años moldeando a la estrella que se avecina. En su debut en Madrid, un 6-4 y 6-0 perfecto ante Adrian Mannarino para estrenar el casillero de victorias en los Masters 1.000 y para exclamar que va muy en serio. «Siempre se dice que cumplir 18 es muy especial, pero te diría que más especial es poder decir que he cumplido 18 jugando contra el mejor o uno de los mejores de la historia, contra uno de tus ídolos. Será súper especial y dicen que el regalo de los 18 nunca se olvida», afirma Alcaraz.

Antes que él fueron muchos los que cargaron con la cruz de las comparaciones, y de ahí que el chico no desvié el foco de lo realmente importante. Empezó en el tenis siguiendo los consejos de su padre, que tenía ciertas virtudes con la raqueta (fue el 42 de España), y pasó a manos de Juan Carlos Ferrero, quien muy claro lo tuvo que ver para asumir la responsabilidad de pulir a esta joya en su academia Equelite, en Villena. Ferrero, eso sí, es el primero que rechaza cualquier similitud de su pupilo con Nadal. «Hay muchas comparaciones, seguro que se va hablar de mí, se comparará la nueva generación con la leyenda… Pero yo intentaré dar lo mejor de mí, seguir mejorando y, sobre todo, disfrutar», expuso Alcaraz ayer, espontáneo y con una sonrisa de oreja a oreja. Ahí, por cierto, se expresó primero en inglés y, sin que su acento sea de Londres, se hace entender con construcciones gramaticales correctas.

Más de rápida que de tierra

El murciano (nació en El Palmar), al que desde los 10 años le persiguen las marcas, se considera más Federer que Nadal, pues es agresivo, le gusta acercarse a la red y tiene mejores resultados en pista rápida que en tierra. Fue elegido Revelación del Año en la ATP, rompe registros impensables (sumó su primer punto con 14 años y ayer se convirtió en el más joven en vencer un partido en Madrid, precisamente tumbando un récord de Nadal de 2004) y gestiona la presión con una naturalidad encomiable, premio para su equipo porque eso también se trabaja. «Estoy trabajando mucho para gestionar mejor los nervios y estar en los momentos difíciles con agresividad, ser fiel a mi estilo», comparte Alcaraz, al que, confiesa, le temblaban las piernas cuando saltó a la pista. «He entrado supernervioso. De hecho, he estado con nervios todo el partido, pero lo he sabido gestionar pegándole muy fuerte a la bola». Tanto que incluso llegó a disparar con el saque a 217 kilómetros por hora.

Como todo chaval de su generación, creció con los mordiscos de Nadal, al que tiene en un pedestal. Ya compartieron un entrenamiento en Australia y estos días han trabajado en pistas contiguas: «Me he parado a mirarlo porque sigue siendo Rafa y me encanta verlo entrenar y aprender de él», resumió Alcaraz, quien luego tuvo al balear espiándole en una foto cargada de simbolismo. «Alcaraz es un jugador muy joven con un gran presente y aún mejor futuro. Tiene unos valores muy positivos y adecuados para la sociedad de hoy en día. Puede ser un buen ejemplo», dijo el mallorquín.

Y llegó el día, miércoles 5 de mayo de 2021, el hoy contra el mañana y en Madrid, qué lugar mejor. Alcaraz, ahora 120 del mundo, madridista confeso y enfrascado en sacarse el carnet de conducir, lleva un curso de fogueo interesante con victorias de peso como la que obtuvo ante Goffin en Melbourne o el logro de alcanzar las semifinales en Marbella, pero también con derrotas de las que aprender, horas de vuelo en pistas centrales y reconocimiento por parte de los mejores del circuito. Antes de lo esperado, le llega una prueba de fuego, pero él no se corta. «Mi sueño siempre ha sido ser número uno y cada vez que venía a Madrid tenía los dientes afilados, quería coger una raqueta y saltar a pista. Jugar contra Rafa es muy especial, es un sueño hecho realidad».