Felipe VI: el cumpleaños con más frentes abiertos del Rey

Hace hoy un año, el Rey Felipe soplaba 52 velas con una doble celebración de cumpleaños. Al mediodía, almorzó en compañía de un grupo de amigos en un restaurante madrileño situado en la zona del Viso especializado en raciones de típica comida española. Y, ya por la tarde, disfrutó en su residencia junto a Doña Letizia y sus dos hijas. Tenía ese día el Monarca la agenda despejada. Y seguro que pensó en lo complicado que habían sido los últimos 12 meses, caracterizados por la repetición electoral y la crisis de gobernabilidad en nuestro país. Pero al menos España volvía a tener Gobierno, el primero de coalición. Zarzuela estudiaba ya cómo sortear las dificultades que se intuían en la cohabitación con Podemos a la vez que se trabajaba en el refuerzo de la proyección exterior del soberano.

Hoy Don Felipe cumple 53 años. Y si echa la vista atrás para recordar el anterior 30 de enero concluirá no sin nostalgia lo fáciles que eran entonces las cosas, con lo enredadas que parecían. Porque todo se ha complicado extraordinariamente desde entonces para el Jefe del Estado y nunca había tenido tantos frentes abiertos como ahora.

Como a perro flaco todo son pulgas, ni siquiera se ha visto ajeno en los últimos días a la polémica sobre el plan de vacunación contra el coronavirus. Las declaraciones de algunos dirigentes políticos como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y de líderes de opinión expresando la necesidad de que el Rey se inmunice cuanto antes derivó en el sempiterno debate demagógico en las redes sobre los privilegios de los Borbones. Y rápidamente desde Podemos o formaciones como Compromís aprovecharon las aguas fétidas para cargar una vez más contra la Monarquía. Jaume Asens, al frente del grupo morado en el Congreso, enseguida advirtió que no le parecía bien la propuesta y el senador Carles Mulet registró una pregunta parlamentaria dirigida al Gobierno para saber si algún miembro de la Familia Real se ha vacunado ya. Desde Zarzuela se salió al paso negándolo para aplacar otra polémica.

Sin embargo, como recuerda a LOC el constitucionalista Antonio Torres del Moral, en España no está bien resuelto el sistema de regencia ante hipotéticas situaciones en las que el Jefe del Estado no pudiera ejercer sus funciones temporalmente, como ocurriría, por ejemplo, si sufriera una grave infección por el coronavirus. Ya se vio la pasada primavera que éste es un serio agujero de nuestro ordenamiento, puesto que en situaciones en las que se tienen que tramitar decretos leyes con extraordinaria urgencia, como está ocurriendo con la pandemia, la firma del Rey resulta imprescindible.

La Princesa Leonor cumplió 15 años en octubre
La Princesa Leonor cumplió 15 años en octubre

Pero, más allá, Felipe VI tiene frentes tan espinosos como la situación de su padre, Don Juan Carlos, y el proceso de renovación en marcha de la Corona, de extraordinaria complejidad, que parece estancado. Algunas fuentes explican a este suplemento que las dos cuestiones son interdependientes. En el Gobierno y en la Casa del Rey están convencidos de que, cuando se pronuncie, la Fiscalía del Tribunal Supremo argumentará que no se puede investigar al hoy Emérito por sus cuentas opacas en el extranjero al tratarse de asuntos anteriores a junio de 2014 y tener que aplicársele el principio de inviolabilidad. Pero tanto Zarzuela como Moncloa temen la honda repercusión que ese movimiento de la Justicia tendrá en la opinión pública. Y exigirá a continuación, como plan de choque, nuevas medidas de regeneración y modernización de la Casa del Rey hoy en estudio.

En Zarzuela también se saben muy atados de pies y manos. Tanto la posibilidad de tramitar una Ley de la Corona, de la que tanto se debate en público, como de reformar artículos de la Constitución para por ejemplo dar un alcance distinto a la figura de la inviolabilidad, exige un amplio consenso político que, como mínimo, debe partir de un impulso compartido entre PSOE y PP que hoy se antoja imposible.

El compás de espera perjudica a la institución en uno de sus momentos más delicados porque sus críticos aprovechan todo para erosionarla. Y, así, en paralelo a las revelaciones sobre los irregulares manejos económicos de Don Juan Carlos, se difunden de pronto noticias sobre gastos que repercuten en la Casa del Rey de los que, tal como está establecido, se hacen cargo organismos como Patrimonio Nacional. Y en ese totum revolutum se dibuja una imagen muy opaca y nada ejemplar de la Corona que sólo puede ser contrarrestada con más medidas de transparencia desde Zarzuela como este viernes, cuando se anunció que Don Felipe se congelaba el sueldo. El suyo y el de toda la Familia.

Celebración de la Pascua Militar el pasado 6 de enero
Celebración de la Pascua Militar el pasado 6 de enero

Pero el incierto 2021 también representa un quebradero de cabeza para la Monarquía en el terreno funcional. La pandemia ha limitado enormemente la agenda del Rey desde marzo. Su proyección internacional se ha reducido a la mínima expresión, con un único viaje oficial al extranjero desde marzo –la polémica toma de posesión de Luis Arce como presidente de Bolivia en la que el vicepresidente Pablo Iglesias boicoteó al Monarca con una agenda paralela en apoyo a dirigentes populistas afines de Latinoamérica-. Y, dentro de nuestro país, el margen de acción institucional de Don Felipe también ha sido escaso.

Poco puede hacer Zarzuela que no sea esperar a la evolución de la pandemia. Pero en un escenario en el que la campaña contra la Monarquía sigue arreciando y desde Podemos y los partidos independentistas se busca cuestionar a diario la utilidad de la institución, el Rey es plenamente consciente de la necesidad de poder recuperar empuje público en el desarrollo de todas sus funciones constitucionales. En ese sentido, fue mucho más que un gesto de cortesía el anhelo que les expresó a los empresarios en un acto en diciembre: «Estamos deseando volver a remangarnos y viajar por ahí, a ponernos el traje de comercial y ayudar a nuestras empresas a abrirse mercados». Don Felipe sabe la importancia que tiene que se vuelva a vincular a la Corona con el proceso de recuperación económica y de internacionalización de las marcas españolas, algo que fue fundamental durante todo el reinado de su padre, aunque hoy se quiera ignorar.

En lo estrictamente político, si bien la arremetida de Podemos contra la Jefatura del Estado no hace sino recrudecerse, en las últimas semanas se ha producido al menos un giro absoluto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su respaldo y apuntalamiento de Don Felipe. Nada tiene que ver la relación actual con la enorme tensión y frialdad entre el líder socialista y el Monarca de hace un año. Esta misma semana, Sánchez se ha reunido en tres ocasiones con el Rey. Dos de esos encuentros más que obligados el presidente se los pasó totalmente por alto en 2020, en medio de su incomprensible estrategia de ninguneo a Zarzuela. Así, rectificándose a sí mismo, Sánchez esta vez sí ha acudido a comunicar en persona al Jefe del Estado el nombramiento de Carolina Darias y Miquel Iceta como ministros de Sanidad y Política Territorial, respectivamente. Recordemos que el año pasado le informó de la composición de todo su Gobierno en una mera llamada telefónica, inédita descortesía por la que fue muy criticado. E, igualmente, este jueves acompañó a los Reyes a la importante recepción anual al cuerpo diplomático, en contraste con el plantón de 2020.

El miércoles pasado el Rey presidió el acto en el que prometieron como ministros Carolina Darias y Miquel Iceta
El miércoles pasado el Rey presidió el acto en el que prometieron como ministros Carolina Darias y Miquel Iceta

Con especial interés se mira también desde Zarzuela a las elecciones de Cataluña. La dificultad del Rey para desarrollar su agenda en esta comunidad desde que fue puesto en el centro de su diana por las autoridades independentistas es otro peliagudo frente, que podría empezar a suavizarse si de los comicios sale un escenario político distinto.

Pese a todas las complicaciones, que no son pocas, al menos el Rey puede soplar hoy las velas con la satisfacción de contar con un respaldo muy mayoritario de los ciudadanos, según reflejan las últimas encuestas publicadas por varios medios. El reciente sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO reflejaba que casi seis de cada 10 españoles está satisfecho con que el Rey sea Jefe del Estado y valora muy positivamente la actuación en concreto de Don Felipe.