El Papa convoca un «Año especial de la Familia» a partir del 19 de marzo de 2021

En la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, que se celebra este domingo, el Papa Francisco ha convocado personalmente «un ‘Año especial dedicado a la Familia Amoris Laetitia’, que será inaugurado en la próxima solemnidad de San José y finalizará con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias programado aquí en Roma en junio de 2022».

El documento de referencia es la exhortación apostólica «La alegría del amor», promulgada el 19 de marzo de 2016 como fruto de los dos Sínodos de obispos sobre la Familia. El Año especial permitirá «continuar el camino sinodal que condujo a su publicación».

En el rezo del Ángelus -desde su biblioteca en lugar del balcón debido al confinamiento en Italia-, el Papa ha explicado que «este Año especial será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento ‘Amoris laetitia’, a través de propuestas e instrumentos pastorales, que se pondrán a disposición de las comunidades y familias eclesiales, para acompañarlas en su camino».

El Santo Padre ha añadido que «a partir de ahora invito a todos a sumarse a las iniciativas que se impulsarán durante el año, y que serán coordinadas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Encomendamos este camino con familias de todo el mundo a la Sagrada Familia de Nazaret, en particular a San José, esposo y padre solícito».

Francisco ha comentado que, siguiendo el ejemplo de Jesús, María y José, «estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza».

La vida en familia ayuda a que «los afectos sean profundos y puros» y, «aunque a veces se discuta», ayuda a que «el perdón prevalezca sobre las discordias» y a que «la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios».

Según el Papa, «la familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría». Al mismo tiempo, proporciona «la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor», evangelizando con «estímulos positivos» y con «el ejemplo de vida».

En el plano práctico casero, el Papa ha invitado a pedir perdón el mismo día cuando se produzcan enfados, sin dejar pasar la noche «para que no se transformen en ‘guerra fría’». Y a prodigar las tres palabras que facilitan la convivencia: «¿me permites?, gracias y perdóname», cada vez que haga falta.