El ingeniero Arenas, campeón del mundo de Moto3

Nada mejor para Albert Arenas que tener la posibilidad de ser campeón del mundo de Moto3 en sus manos. Cocinado a fuego lento este título, es la calma una de las bazas de este piloto que cumple el 11 de diciembre 24 años. Como contraste, disparadas las pulsaciones por minuto de Jorge Martínez Aspar, jefe de Arenas, en el garaje del Aspar Team. Pero supo ofrecerle el piloto una carrera maestra a quien le dio la oportunidad para este momento. Hizo su trabajo, y aún se enredó en un eléctrico duelo de adelantamientos sucesivos con Tony Arbolino, el tercero en discordia y que le podía arrebatar el título, a falta de seis vueltas. Con tensión a falta de cuatro porque los rivales lo superaban y minimizaban la ventaja en la clasificación. Pero con ocho puntos sobre Ogura, y once sobre Arbolino, Arenas aguantó. Incluso con una última vuelta en la que se fue viendo desplazado hasta la duodécima posición mientras Ogura y Arbolino le recortaban puntos. En una categoría en que en cada curva se pasa de primero a undécimo, cabeza fría y manos calientes para manejar la situación con actitud de campeón. Albert Arenas, campeón del mundo de Moto3.

Su inicio como piloto es el que la mayoría han seguido: minimoto antes que andar y vueltas y vueltas y vueltas hasta lograr un puesto en las carreras de promoción. Pero Albert Arenas, uno de los pilotos con más edad de Moto3 (23 años), también aprendió a que los sueños a veces tardan un poco más en lograrse aunque los inicios parezcan prometedores.

El piloto de Gerona tenía el olor de la gasolina en casa desde pequeño, pues su padre había competido en algunas carreras de coches, y fue quemando etapas con la moto de velocidad. Aunque también disfruta de otras modalidades e incluso de motos de agua.

Pero el camino hacia la élite fue menos limpio que sus deslizamientos sobre la pista. Se complicó conseguir un sitio consolidado, por lo que optó por un camino en paralelo por si las motos se cerraban del todo. Y cuando la mayoría de los pilotos escapan en cuanto pueden de la obligatoriedad de los estudios, Arenas decidió iniciarse en la Ingeniería Industrial, en el Instituto de Química de Sarriá.

Una vía de escape, pero que también conllevaba mucha concentración. Además de una cabeza muy bien ordenada no solo para los exámenes, sino para poder compaginar ambos mundos sin que ninguno de ellos peligrara del todo.

Hasta 2017 no pudo entrar como titular en el Mundial de Moto3. Antes, compaginó algunas sustituciones con invitaciones. Pero el Aspar Team le abrió por fin de par en par las puertas del Mundial de Moto3. Así, el plan universitario se quedó en pausa. La oportunidad de triunfar en moto no podía desaprovecharse.

Sin embargo, su estreno no fue todo lo fácil que parecían sus carreras de promoción. Sufrió varias lesiones, en el hombro y en la mano, que lo obligaron a ausentarse de varios grandes premios.

Comenzó a brillar, por fin, en 2018, con victorias en Francia y Australia, y en 2019, a pesar de ausentarse de varias carreras por un accidente mientras se entrenaba en bicicleta, tres podios más con victoria en Tailandia para sumar al palmarés.

Ya en este 2020 raro, campeón del mundo de Moto3 gracias a tres victorias (Qatar, Jerez y Austria), segundo en República Checa y tercer puesto en Le Mans. Pero también gracias a un trabajo muy concienzudo en el gimnasio y en el gimnasio mental. Aprendida la lección en la Universidad, los libros, que siempre le han acompañado, le descubrieron el mundo del entrenamiento mental. Desde mitad de 2019 acude a un experto y él, por su cuenta, siempre ha querido entender qué le ocurre cada domingo para intentar mejorar para el siguiente.

Está rodeado de un gran equipo que une a su calma natural. Jorge Martínez Aspar como jefe, Álex Rins como amigo y Nico Terol como asistente en pista. Entre todos, campeones del mundo.