Los balnearios vuelven con más ganas que nunca y piden estímulos del sector público

Los balnearios en Aragón, doce establecimientos repartidos por las tres provincias con cerca de 3.400 plazas de alojamiento, ultiman los preparativos para la reapertura de sus instalaciones. Así, los primeros lo harán a finales de este mes y el resto lo irán haciendo con vistas a que todos estén en marcha en la primera quincena de julio. Según los últimos datos disponibles (de 2018) ofrecidos por la Asociación autonómica del sector, el negocio genera más de 1.200 puestos de trabajo directos: unos 870 empleos fijos, alrededor de 420 eventuales y una treintena de subcontrataciones. En global, en aquel año la ocupación fue del 89,6% con una apertura media de 311 días.

Con vistas a la nueva realidad, José Franch, presidente de la Asociación de Balnearios de Aragón, explica que son «unos negocios turísticos muy seguros», que se ubican «en entornos no masificados y donde es fácil cumplir con las medidas de distanciamiento personal». En este sentido, incide en que no han reparado «en gastos, porque lo primero es la seguridad de nuestros trabajadores y clientes».

Así, recuerda que se han instalado todas las medidas de seguridad y se han establecido protocolos de desinfección ajustados a la nueva normativa, aunque ya antes se aplicaban de forma estricta por ser establecimientos con circuitos de agua.

Salvar la temporada

«Confiamos en que se pueda salvar la temporada, ya no hablamos de conseguir beneficios, pero sí de que haya actividad y mantener nuestras plantillas», vaticina Franch. En este sentido, también apunta que esperan que «si todo funciona bien y se va conteniendo, el Gobierno reactive el programa del Imserso», aunque de momento no saben nada. A este respecto, Franch puntualiza que el colectivo de mayores «no es la panacea, porque son precios muy económicos, pero sí que sirve para tener un nivel de actividad constante».

Asimismo, subraya el peso que los balnearios tienen en sus entornos más inmediatos: «Nos encontramos en zonas rurales, por lo que nuestra influencia es grande.Hablamos de que las personas que se hospedan en nuestros establecimientos luego se desplazan por los alrededores haciendo gasto en otros negocios como bares, restaurantes o comercios», indica.

Echando la vista atrás, Franch reconoce que «el inicio de la temporada fue bastante bien, pero ya antes del segundo turno de reservas llegó el cierre de urgencia y tuvimos que ir desalojando a clientes». Esto se tradujo en que buena parte de las plantillas de estos establecimientos entraron en Erte, con los consiguientes efectos para la población que trabaja en ellos, tanto locales como llegados de fuera. Además, recuerda que al inicio de la pandemia se ofrecieron como alternativa en caso de que se necesitasen alojamientos de urgencia para enfermos o aislados.

Además todos los establecimientos adheridos al sello de alojamientos seguros han podido contar con un análisis de las medidas a tomar, hecho por la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos. En el listado, basado en las instrucciones del Ministerio de Sanidad, se fijan requisitos para la recepción, comedores o animación.

En el caso de Aragón, y según los datos de la Asociación, el peso de los balnearios en el cómputo nacional supone un 31,2% del número de establecimientos y un 35,1% de las plazas ofertadas.

«Sin termalismo social, en septiembre cerramos»

Dispensadores de gel, marcadores de distancias de seguridad, reducción de mesas en el comedor, aforo reducido en la piscina, cartelería, mascarilla en zonas comunes… Son parte de las medidas que ya ha fijado el Balneario de la Virgen de Jaraba, a la espera de reabrir el 26 de junio. «De por sí la salud de nuestros clientes es nuestro principal valor, por lo que ahora ofrecer seguridad es algo asumido. Además la mayor parte de los tratamientos están individualizados», explica Javier Zarzosa, su director gerente, que apunta que la pandemia les ha sorprendido en pleno cambio de sus instalaciones para convertirse en un establecimiento de cuatro estrellas.

Durante esta semana, se pondrán en marcha todos los sistemas y se harán pruebas para cerrar la puesta a punto, con vistas a que desde este lunes se incorporen los 40 trabajadores que componen su plantilla. «Ya habíamos llevado a cabo dos sesiones de formación sobre medidas de seguridad e higiene para la plantilla y ahora, tras adherirnos al Sello Alojamiento Seguro tendremos otra. A lo que se añadirá uno o dos días antes de la apertura», indica el responsable, que reconoce que ya han establecido los protocolos pertinentes ante posibles casos positivos o sospechosos.

En su caso, indica que en los últimos días han multiplicado las reservas: de 80 han pasado a unas 200. «Hablamos de cubrir gastos, de beneficios nos olvidamos», asume. Es más, ahonda en que «así podemos abrir en julio y agosto, pero sin termalismo social en septiembre es inviable, tenemos que cerrar». «Entendemos que con los mayores haya que seguir unas precauciones extra, pero los programas se pueden ampliar a otros colectivos», remarca, recordando las inversiones que han tenido que hacer.