Sánchez clausura el estado de alarma reivindicando las «miles de vidas salvadas» y sin autocrítica

Último día del estado de alarma y última comparecencia de Pedro Sánchez en este tiempo marcado por el dolor. La pandemia del coronavirus se ha cebado con España, tercer país del mundo con más muertos por habitante y sexto en el total, según los datos oficiales ofrecidos por el Gobierno. Por fin, después de doce días con la cifra congelada, el Ministerio de Sanidad ha actualizado a 28.313 los muertos por Covid-19, lo que es un drama para miles de familias. Ese es el dato que ha reconocido el presidente en su declaración sin preguntas, marcada por la reivindicación de las luces en la gestión del Ejecutivo y la ignorancia de las muchas sombras.

Sin autocrítica, Sánchez se ha dirigido a la nación y ha celebrado las «miles de vidas salvadas» por el confinamiento impuesto durante el estado de alarma; una medida excepcional que se prolonga desde el 15 de marzo. Ha vuelto a aludir al estudio publicado en la revista científica «Nature», que pronostica que sin esta restricción habría habido más de 450.000 víctimas mortales en España y más de tres millones en Europa. La gran pregunta, sin respuesta, será siempre cuánto pesar se habría ahorrado si el Gobierno hubiese actuado antes.

El secretario general del PSOE no ha hecho mención a los problemas en el conteo de fallecidos, a los cambios de criterio o a la escasez de material para los sanitarios durante los peores momentos de la crisis. El ejemplo más evidente de los bandazos del Gobierno es el referente al uso de las mascarillas, que pasaron de no recomendables en según qué casos a obligatorias, en el tiempo que se tardó en hacerse acopio del material suficiente -con compras de material defectuoso de por medio-.

Pero ahora, con la mirada puesta en el horizonte, y con más conocimiento de la gravedad real que representa el coronavirus, Sánchez ha anunciado que el Estado está preparando «una reserva estratégica de productos esenciales» para afrontar los futuros rebrotes hasta que por fin haya un tratamiento eficaz o una vacuna contra el Covid-19. «Tenemos que ser responsables y que cumplir a rajatabla las medidas de higiene y distancia social. Cada uno podemos ser un muro contra el virus», ha reclamado Sánchez, apelando a la libertad individual de la ciudadanía.

Discurso épico

Su discurso, sentido y en un buscado tono épico, ha olvidado los errores cometidos, pero sí ha recogido el merecido reconocimiento a quienes han combatido «en primera línea» contra el virus. Los primeros, los sanitarios, pero el presidente del Gobierno no se ha querido dejar a nadie en una larga enumeración: Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, agricultores, supermercados, responsables de los suministros, maestros, profesores y psicólogos, al mundo de la cultura y el deporte, a los medios de comunicación, a mayores, jóvenes y mujeres… «Gracias a todos por quedarse en casa. Es un orgullo y un honor ser presidente del Gobierno de este gran país», ha sentenciado.

La vista está también puesta en el homenaje de Estado que se rendirá el próximo 16 de julio, presidido por Don Felipe. El Gobierno cifra en 28.313 los fallecidos, aunque el Instituto Carlos III de Madrid sitúa el exceso de muertes respecto a años anteriores en más de 43.000. Mañana vence el estado de alarma, pero Sánchez ha querido también dejar claro que la pandemia no ha terminado: «La OMS considera que la pandemia está en fase de expansión y ayer mismo se detectaron 180.000 contagios más en el mundo».

Negociación europea

El futuro es incierto también en el ámbito económico y Sánchez ha vuelto a apelar a la unidad, como viene siendo habitual en él durante toda la crisis del Covid-19, y ha pedido el apoyo de todos los grupos parlamentarios en la negociación que se efectuará en Europa para establecer bajo qué condiciones se prestarán las ayudas por los estragos del coronavirus.

Su mensaje choca con el tono empleado en el Congreso por la portavoz del PSOE en la Cámara Baja, Adriana Lastra, o por su vicepresidente Pablo Iglesias, que esta misma semana acusó al PP de «traición». Pero insiste en reclamar la unidad que no se profesa después en sus filas. En cualquier caso, Sánchez quiere nutrir sus apoyos para engrosar su base parlamentaria y sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado del 2021 este otoño.

«Hay otro homenaje: volver a levantarnos desde la unidad. Empezando con los más débiles, sin dejar a nadie atrás, como hemos hecho al aprobar el ingreso mínimo vital sin ningún voto en contra en el Congreso», ha presumido, y ha prometido que compartirá con la oposición la evolución de las negociaciones en Europa para solicitar su respaldo y reflejar en el Viejo Continente una imagen de fuerza. «Europa necesita salvar a Europa y España debe entenderse con España», ha repetido, para tratar de convencer de las virtudes del consenso. A partir de mañana, España caminará ya en esa llamada «nueva normalidad».