«Han venido a Cáritas familias que tenían para comer pero debían hasta tres meses de alquiler durante esta crisis del covid»

Más de 180 familias oscenses han llamado a las puertas de Cáritas Huesca durante el pico de la crisis sanitaria del coronavirus de dos meses y medio para pedir diferentes tipos de ayudas. Y entre ellas, la más demandada ha sido el pago del alquiler, sobre todo de habitaciones subarrendadas pero también de viviendas completas, a las que han destinado casi 80.000 euros, la mitad de lo que suelen destinar durante todo un año. También las ayudas de alimentación se han triplicado durante este período.

«La vivienda es un problema que está en las raíces de la exclusión. Durante la crisis aunque lo más importante parecía que era el tema de la alimentación, lo que nos ha desbordado han sido las necesidades de ayuda para alquiler ya que muchas familias podían conseguir ayuda para comer pero debían hasta tres meses porque las medidas como la moratoria no han llegado a tiempo. Además, los mismos propietarios de esas viviendas necesitaban el dinero para su economía personal ya que muchos se han visto afectados por ERTE». Así lo han destacado este jueves los responsables de Cáritas Diocesana de Huesca, el presidente Felipe Munuera y el secretario general Jaime Esparrach, que han presentado junto con el obispo de Huesca, Julián Ruiz, los datos de la memoria de 2019 y un avance de las consecuencias que ha tenido la pandemia en sus programas sociales.

El año pasado, Cáritas atendió a 2.972 participantes en sus diferentes proyectos, lo que supone 5.300 personas en total, el 10% de la población de la ciudad de Huesca. En total, destinó 140.000 euros a atender ayudas de primera necesidad de un millar de personas: el 56% para pagar el alquiler y suministros del hogar. En cuanto al perfil mayoritario de los beneficiarios, se reparte al 50% entre hombres y mujeres con una edad de entre 30 y 50 años y con cargas familiares. Además, han detectado un aumento de demandantes procedentes de países de fuera de la UE, que ya suponen el 45%. Otro 45% son españoles y un 10% de países de la UE.

Desde Cáritas han agradecido la «increíble» respuesta solidaria de los oscenses ya que sin hacer ningún llamamiento especial a la colaboración, han recibido el doble de donativos de personas dispuestas a hacer aportaciones especiales o de socios que querían subir sus cuotas. «Así, el gasto extra que se ha producido en estos meses se ha compensado con estos ingresos extra», han valorado. No obstante, han insistido en que siguen necesitando el apoyo de «mucha gente» ya que lo ocurridos en estos últimos meses es solo «la punta del iceberg».

Esparrach ha destacado que de las 180 familias que han solicitado ayudas, un tercio nunca había acudido a Cáritas, otro 15% lo había hecho hacía tiempo pero ha vuelto al empeorar su situación y el 50% restante eran usuarios habituales que no tenían las necesidades básicas cubiertas. Y es que ha advertido que después de la recuperación económica entre los años 2014 y 2018, «el año pasado ya habíamos notado un ligero repunte de personas que necesitaban ayuda, especialmente por el aumento de demandantes de protección internacional».

También durante estos dos meses y medio en los que la crisis ha azotado con mayor virulencia, el personal técnico de Cáritas realizó labores de acompañamiento y seguimiento telefónico y se derivó a ofertas de empleo a más de 120 personas, especialmente en el sector de la recogida de la fruta y para labores auxiliares de refuerzo para residencias de la tercera edad donde la demanda de empleo se incrementó considerablemente.

Mesa municipal para atender a las personas sin hogar

Además, desde Cáritas han destacado la labor de acompañamiento educativo de unas 40  personas sin techo acogidas en el Pabellón Río Isuela en colaboración con el Ayuntamiento de Huesca durante las semanas de confinamiento. Una experiencia «muy positiva» que esperan que se consolide en el tiempo a través de la creación de una Mesa Municipal para Personas Sin Hogar. Entre otras cosas, apuestan por «replantear» el reglamento de uso del albergue municipal para adaptarlo a la nueva realidad y «reordenar» los recursos actuales. Y es que solo el año pasado se redujo un 30% el número de usuarios (de 840 a 585)  «porque tienen cada vez más edad y pueden acceder a prestaciones y pensiones que les permiten dejar de rotar». A este respecto, han aprovechado para valorar muy positivamente el nuevo Ingreso Minímo Vital «porque va a proporcionar una red de seguridad para tener las necesidades básicas cubiertas y una oportunidad para salir adelante».

También participó junto con el Ayuntamiento, Cruz Roja Y Cruz Blanca en la plataforma www.huescaayuda.es que trató de dar respuesta a todas aquellas personas que demandaban ayudas y solicitaban colaborar solidariamente durante los días que duró el confinamiento. En el caso particular de Caritas, centró su intervención en la zona de salud del Perpetuo Socorro y una parte de ciertos núcleos rurales.

La entidad ha sufrido las consecuencias de la crisis en primera persona. Y una prueba ha sido el ERTE que se tuvo que aplicar en su empresa de inserción Carinsertas aunque a final de mes esperan haber recuperado ya todo su personal. Durante este tiempo se han especializado además en tareas de limpieza e higienización en empresas y administraciones.

Asimismo, Esparrach ha anunciado que este año no organizarán sus habituales colonias urbanas para niños y niñas de familias vulnerables por carecer de medios suficientes para cumplir con las exigentes medidas sanitarias y de seguridad que ha impuesto el Gobierno de Aragón. Aun así, ha asegurado que están estudiando caso por caso para intentar ofrecerles una alternativa «a los que más lo necesiten».

El obispo de Huesca ha incidido en que Cáritas no ofrece beneficencia «sino que ponemos en marcha procesos de integración social con la persona en el centro y desde el reconocimiento de su dignidad». Y se ha felicitado que pese a la grave crisis sanitaria y económica «nadie que ha llamado a nuestra puerta se ha sentido excluido». Por su parte, el director Felipe Munuera ha destacado la labor de todo el personal y los voluntarios de la entidad.