España ya tiene robots para hacer test, pero nada de esos «80.000 PCR al día» prometidos

«Ya se ha diseñado un plan para automatizar pruebas a través de robots y España se ha comprometido a comprar cuatro robots que nos permitirán realizar 80.000 pruebas al día», dijo Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III, el pasado 21 de marzo.

Como ha ocurrido en otras ocasiones dentro de esta misma crisis —sin ir más lejos, con los 355.000 test que supuestamente había hecho España—, esta versión oficial ha ido mutando hasta convertirse en otra muy diferente. Los robots por fin llegaron, aunque como ha revelado este sábado El Confidencial, estas cuatro máquinas no se han adquirido con dinero público sino gracias a la iniciativa de cinco personas y la colaboración de varias empresas. Aunque sin duda han supuesto un enorme espaldarazo en la lucha contra el Covid-19, tampoco son capaces de realizar 80.000 test PCR diarios sino alrededor de 9.600.

Los test PCR —acrónimo de reacción en cadena de la polimerasa— son clave para el diagnóstico del Covid-19, dado que por su fiabilidad son el método que la Organización Mundial de la Salud considera de referencia para detectar los contagios. Básicamente, consisten en coger una pequeña muestra de la nariz del paciente y amplificarla para buscar rastros de material genético (ARN) del virus.

Sin embargo, realizar cada una de estas pruebas requiere de un laboratorio completo, personal especializado y —normalmente— un tiempo de entre tres y seis horas por test. Lo revolucionario de estos robots es que permiten automatizar todos esos tormentosos procesos manuales. En ese contexto, el anuncio de Yotti era esperable, pero la supuesta capacidad de esos robots de realizar 20.000 test PCR diarios era algo inaudito que sorprendió hasta en el propio sector, que veía cómo la prensa reproducía la cantidad de 80.000 test sin dar más detalles.

¿De qué marca era esa maravilla?

Los representantes de este tipo de robots en España andaban confundidos esos días. «Una máquina que pueda procesar 80.000 muestras diarias con la técnica de PCR, que es la definitiva para ver si el virus está en la sangre o no, eso no es posible«, explicaba a este periódico uno de ellos a cambio de no aparecer nombrado en este artículo. «Bueno, sería posible si se montaran en serie varios robots que se pongan a trabajar para que eso tire a lo bestia».

«Mi opinión es que la información ha venido incorrecta, que ha salido de gente que no es técnica y que emite comunicaciones que a veces se van mezclando», añade.

Esos días, el Hospital Río Hortega de Valladolid había empezado a utilizar un robot Roche Cobas 6800 para procesar test PCR. En realidad, no había sido adquirido sino que, como la mayoría de los dispositivos que la marca tiene en España, «se han preparado para su uso específico en la detección del virus que origina el Covid-19 en las plataformas disponibles en muchos centros del país y en coordinación con las autoridades sanitarias», indican a El Confidencial desde el Departamento de Diagnóstico Molecular de la empresa farmacéutica.

Con este robot en concreto, el sistema es semiautomático, requiere colocar manualmente los agentes en las bandejas y el robot hace el resto. De esta forma, es posible tener unos 400 test cada ocho horas, 1.200 cada 24 horas si se hicieran sin parar, día y noche. Una cifra notable que ha ayudado al Gobierno castellanoleonés a incrementar su capacidad de realizar test PCR, pero aún muy lejos de esos 20.000 que prometían los robots del Gobierno.

Otro de los grandes fabricantes de este tipo de robots, Hamilton Robotics, prefirió no hacer declaraciones para este reportaje, más allá de revelar que, debido a la enorme demanda de este tipo de dispositivos, sus instalaciones en Bonaduz (Suiza) están trabajando en tres turnos siete días a la semana para poder abastecer las solicitudes de sistemas de PCR automatizados, que se han cuadruplicado en el último mes.

Además de los grandes fabricantes mencionados como Roche o Hamilton, también hay otras compañías más pequeñas que fabrican este tipo de robots y que han visto multiplicar sus ventas por lo ocurrido con el coronavirus. Es el caso de Aurora Biomed, un fabricante canadiense con fábricas en Vancouver y China que crea equipos de automatización de pruebas algo más pequeños, pero con buenas capacidades para laboratorios e incluso hospitales. «Nuestros equipos pueden llegar a hacer de 42 a 96 pruebas PCR a la vez. Tardan unos 20 minutos en realizar una de estas remesas. En cuanto las sacas, ya puedes volver a cargar la máquina», explica Tomás Piñeiro, un gallego que es mánager para Europa de Aurora Biomed.

Este tipo de máquinas pueden llegar a hacer más de 3.000 pruebas en 24 horas, aunque todo depende del laboratorio. «No me extraña que las gigantescas máquinas de otras empresas lleguen a cifras más altas, aunque también pueden dar otros problemas», apunta Piñeiro. A lo que se refiere el experto es a que normalmente esas marcas, al contrario de otras más pequeñas como la suya, solo aceptan los kits de pruebas que venden la propia compañía o sus asociados. Así, si el fabricante se queda sin ‘stock’, el robot pierde su utilidad. «Ya ha pasado, al principio de la crisis estos fabricantes fueron los primeros en quedarse sin ‘stock’, y eso es un problemón», apunta Piñeiro.

El robot que vino de Oriente

El 1 de abril, casi dos semanas después de aquellas declaraciones de Yotti y durante los días más crudos de esta epidemia, los famosos robots seguían sin aparecer. Fuentes no oficiales citadas por ‘El Periódico’ dijeron entonces que la adquisición no estaba hecha sino «en trámite», que el Instituto de Salud Carlos III estaba al frente y que las gestiones se estaban realizando «en Oriente».

Para entonces, Ismael Clemente y Miguel Ollero, consejero delegado y director general de Merlin Properties, ya habían adquirido por su cuenta los cuatro robots y estos se dirigían en un avión a España, aunque esta información aún no era pública.

En la industria, algunos sospechaba por las menciones a Oriente que podía tratarse de algún modelo de la surcoreana Seegene, una marca bastante establecida que usa ‘hardware’ de Hamilton y que lanzó recientemente un robot específico para Covid-19, que inicialmente realizaba 756 pruebas en 24 horas pero era capaz de triplicar esta producción hasta los 2.256 test si se combinaban tres aparatos. Más cerca, pero aún lejos de esos 20.000 test por robot que se prometieron dos semanas antes.

El Gobierno siguió dando a entender que la responsabilidad en la compra de los robots era suya. «Se han adquirido también cuatro robots que pueden permitir saltar este procedimiento y aumentar en 10.000 la capacidad diaria de pruebas, 2.500 por robot» , dijo Salvador Illa en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados del pasado 2 de abril, añadiendo que estarían operativos «en un horizonte de entre 10 y 15 días».

En la semana que transcurrió hasta el 8 de abril —cuando el grupo de empresas encabezadas por la sociedad de inversión inmobiliaria Merlín Properties en el que han participado compañías como Manpower Group, Inditex, Apple, Correos, Ikea, LLYC o Telefónica anunció que esta iniciativa público-privada había logrado la compra de cuatro robots para el testeo masivo de Covid-19— no se ofreció ninguna explicación más al respecto por parte del Gobierno.

De hecho han sido los propios empresarios que impulsaron la compra de los robots quienes han informado que éstos estarían ubicados en el Centro Nacional de Microbiología (dependiente del Instituto de Salud Carlos III) y en tres hospitales: La Paz en Madrid y Hospital Clínic y Vall d’Hebron en Barcelona. Los promotores identificaron estos centros como los más idóneos para el emplazamiento de los aparatos y obtuvieron la autorización antes incluso de buscar financiación para el proyecto.

Como verán la realidad final ha distado mucho de ese «España se ha comprometido a comprar cuatro robots que nos permitirán realizar 80.000 pruebas al día» que enunció Yotti. Los dispositivos, de la marca estadounidense Opentrons son capaces de realizar unas 2.400 pruebas cada 24 horas según la propia marca. Es decir, unos 9.600 test PCR entre los cuatro robots.

Está claro que Salvador Illa sabía perfectamente lo que se había comprado en su comparecencia del día 2 de abril.

Llevan una semana en España

«Unos como los nuestros pueden ir de unos 40.000 euros la máquina más pequeña a más de 100.000 la más compleja, pero hay que tener claro que nuestro mercado no es el mismo que el de los grandes», explica Piñeiro, que añade que las grandes máquinas de automatización de test PCR pueden costar más de 200.000 euros. Los robots que finalmente han aterrizado en España han costado alrededor de 100.000 euros, según los promotores de la iniciativa.

La web de la empresa detalla que el robot en sí cuesta 9.450 dólares, aunque a este precio hay que añadir los componentes, que no son precisamente baratos: 1.200 dólares por cada recambio con material para 1.200 reacciones.

La idea de Opentrons era, según su fundador, convertirse para los laboratorios lo que los PC llegaron a ser para los hogares en los años ochenta, una versión sencilla y asequible de un ‘hardware’ habitualmente complejo y caro. Además, funcionan con código abierto, por lo que podrían ser modificados para aumentar la capacidad de hacer test. Eso sí, también requerirían más máquinas para funcionar en paralelo.

Como los ya célebres test rápidos de Easybio, Opentrons también nació en Shenzhen, en una aceleradora de empresas chino-americana llamada Haxclr8tr.

Uno de los robots de Opentrons.
Uno de los robots de Opentrons.

Los robots adquiridos son también capaces de procesar test de anticuerpos, fundamentales en una próxima fase de la pandemia para determinar qué porcentaje de la población está ya inmunizado. Aunque el coste y la logística ha sido enteramente privada, la colaboración del Ejecutivo —se han implicado los ministerios de Hacienda, Exteriores, Ciencia e Interior— ha sido fundamental para solucionar los problemas burocráticos que supuso traer el equipamiento desde el continente asiático.

Sacar este tipo de equipos de China no está siendo nada fácil como confiesa también Tomás Piñeiro. «Mi empresa está llevando a cabo todo desde Canadá, porque las barreras que China ha puesto a las exportaciones de este tipo de productos están haciendo muy difícil el mover volumen desde nuestra fábrica allí».

La idea era que comenzaran a funcionar el pasado lunes 6 de abril, pero finalmente tuvieron que esperar dos días más. Un día antes del anuncio realizado por Merlín Properties el pasado día 8, un portavoz del Instituto de Salud Carlos III explicó a El Confidencial que no tenían ninguna información al respecto de la compra de los robots que en aquellos momentos estaban siendo montados en sus instalaciones y nos emplazaron a consultar al Ministerio de Sanidad, donde tras dos intentos la única respuesta recibida fue un breve texto asegurando que «en cuanto los robots estén funcionando informaremos de ello».

Por qué es tan difícil

Después de varias semanas asegurando que se estaban realizando entre 15.000 y 20.000 test PCR al día, en los últimos días el Gobierno y las comunidades autónomas han ido introduciendo los test rápidos para mejorar su capacidad predictiva, pero pese a la buena voluntad de las universidades y laboratorios que se han ofrecido a Pedro Sánchez, escalar la cifra de pruebas PCR está resultando especialmente complicado.

Para validar uno de estos laboratorios, en primer lugar, hay varios factores limitantes, como que sean capaces de producir reactivos de inactivación y que dispongan de técnicas de extracción de ADN o de realizar estas PCR por medios propios o mediante kits comerciales. Desde Leganés, el Grupo Arquimea está liderando otra alianza de laboratorios y centros de biotecnología de todo el país para apoyar en la realización de test PCR que detecten el Covid-19.

«Como muchas empresas en España, al inicio de la crisis pensamos en cómo ayudar y lanzamos tres iniciativas para contribuir a la lucha contra el Covid-19: fabricación nacional de EPIS, Test PCR masivos y respiradores UCI de rápida fabricación», explica a este periódico Sofía Alfaro, directora de comunicación de Arquimea. «Ya tenemos la capacidad de hacer 5.000 test PCR al día y esperamos subir a 10.000 en las próximas semanas». Procesan muestras de toda España repartiendo carga de trabajo entre laboratorios asociados en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia y Bilbao.

Ha sido difícil, hubo que pagar por adelantado y competir en el mercado internacional por ser los primeros en recibir los equipos

Para ello también han adquirido robots, concretamente cinco de extracción de RNA Perkin Elmer Chemagic «con capacidad de procesar cada uno 96 muestras a la hora» y otros cuatro Quantstudio de similar capacidad para procesar pruebas con qPCR. Pero los robots no bastan. El gran reto para ellos y para todo el mundo está en los reactivos y otros suministros.

«Ha sido muy difícil», revela Alfaro. «Ha habido que pagar por adelantado, competir en el mercado internacional por ser los primeros en recibir los equipos y colaborar con las filiales que estas empresas tienen en España y que defendían nuestro pedido como lo que era, crítico para el país». Una de las claves para el éxito de esta iniciativa fue lograr un acuerdo de suministro garantizado con Thermo Fisher, uno de los líderes mundial en la producción de kits PCR para Covid-19.

«Lo siguiente fue lograr los fungibles para los robots de extracción de RNA, que vienen de Alemania», añade. «En los últimos días ha sido un reto lograr los tunos y los hisopos con los que tomar las muestras». En este caso, pudieron recurrir para ellos a fabricantes nacionales.

En España hay actualmente suficientes productores nacionales de test PCR y ahora también robots con los que procesarlos de forma masiva, pero ni siquiera eso es suficiente para multiplicar mágicamente nuestra capacidad de testear.