Los empresarios suspenden al Gobierno: «Si no se actúa de forma inmediata pymes y autónomos no sobrevivirán»

No se puede perder tiempo. La crisis sanitaria derivará en una crisis económica sin precedentes y el objetivo ahora es salvar a las empresas y con ellas el empleo. Las patronales avisan al jefe del Ejecutivo que la rigidez laboral es uno de los principales riesgos para mantener el empleo y que restringir el despido por decreto es una trampa para los que generan puestos de trabajo. Los empresarios lanzan un SOS al Gobierno para que se vuelque, sobre todo, con pymes y autónomos, suspenda las cotizaciones y el pago de impuestos. «Lo han hecho ya 22 países europeos y 15 comunidades», avisa Antonio Garamendi, que lanza el guante al presidente para negociar.

  1. Antonio Garamendi, presidente de CEOE: «Las empresas tendrán que tirar del carro y necesitan ayuda urgente»

    La crisis del Covid-19 se está cobrando ya demasiadas vidas y, por ello, desde CEOE insistimos más que nunca en que la prioridad es la salud de los ciudadanos. Entendemos que dentro de la necesaria reducción de la actividad, que como dijimos, está detrás de las últimas cifras de paro, se pueden discutir diferentes alternativas. Los empresarios entendemos que, junto a la necesidad de volcarse en el aprovisionamiento de bienes materiales y de todo tipo -para lo que hemos puesto en marcha el proyecto Empresas que Ayudan-, es preciso mantener un diálogo efectivo con el Gobierno para identificar aquellos sectores que no pueden parar o que necesitan más imperiosamente ayudas económicas, más aún después de la última prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril. Hemos ofrecido y ofrecemos el esfuerzo de CEOE para sentarnos a diagnosticar cuáles son los sectores y empresas más vulnerables, como, de entrada, son los servicios y la industria.

    A las empresas, que son las que tendrán que tirar del carro de la recuperación, lo que les queda es sobrevivir y para ello necesitan ayuda urgente. Las medidas económicas puestas en marcha van en la buena dirección para proveer de liquidez al tejido productivo, pero son insuficientes. Se hace necesaria la ampliación de las líneas de avales comprometidas desde los 20.000 millones iniciales, hasta 50.000 millones, con especial atención a las pymes y los autónomos. Hay que recordar que no son liquidez en vena, no son ayudas directas, sino sobre todo garantías para poder acceder a créditos bancarios, que luego se van a devolver.

    Además, dado que los ingresos para muchas de estas empresas son a día de hoy cero, y en tanto que la financiación tarda en llegar, es necesaria una suspensión de la obligación en el pago de tributos, como ya se ha hecho en 22 países europeos y en hasta 15 comunidades autónomas.

    Ahora más que nunca habrá que garantizar que las empresas cuentan con la capacidad de adaptación suficiente para poder navegar en esta tormenta económica. La rigidez en el plano laboral es uno de los principales riesgos para mantener y crear el empleo. Hace falta cintura y por eso acordamos con los sindicatos cambios en los ERTE, que han demostrado ser útiles. Pero también, ahora que la crisis se alarga, es necesario introducir más flexibilidad en estos procesos y mantener las nuevas condiciones más allá del estado de alerta.