Boris Johnson desafía a la UE y amenaza con el «modelo Australia» sin tratado comercial

Tres días después del Brexit, Boris Johnson ha decidido desafiar a Bruselas y ha reiterado que su país no está dispuesto a «alinearse» con las reglas de la Unión Europea. El «premier» ha adelantado que su ambición será alcanzar un acuerdo al estilo Canadá, «que abra los mercados pero que evite la panoplia de las regulaciones de la UE». Si no es posible, Johnson amenaza con una ruptura total, sacando de la chistera el así llamado «modelo Australia» (sin un tratado comercial y con acuerdos sectoriales).

«No hay necesidad de un acuerdo comercial que suponga la aceptación de las reglas de la UE sobre competitividad, subsidios, protección social, medio ambiente o cualquier cosa similar», ha advertido Johnson ante una audiencia compuesta principalmente por empresarios, políticos y embajadores de la UE. «De la misma manera, la UE tampoco puede verse obligada a aceptar las reglas del Reino Unido».

Lo que Johson reclama es una negociación «al mismo nivel», evitando a toda costa que Bruselas juegue con ventaja y que quiera imponer el «alineamiento» y la supervisión del Tribunal de Justicia de la UE. «El Reino Unido mantendrá los más altos estándares en todas esas áreas, o incluso mejores, sin la obligación de un tratado», recalcó Johnson. «Es vital recalcar esto ahora».

El «premier» acusa veladamente a la UE de retractarse a estas alturas sobre la declaración política incluida en el acuerdo del Brexit. «Nos han dicho a menudo que tenemos que elegir entre el total acceso al mercado único, aceptando las reglas y los tribunales como Noruega, o un ambicioso tratado comercial sin acatar la regulación de la UE, como es el ejemplo de Canadá«.

«Hemos elegido, y queremos un tratado comercial similar al de Canadá», precisó Johnson, sin necesidad de recordar que el acuerdo Ceta permite la eliminación de más del 90% de los aranceles. Eso sí, el «premier» pretende negociar en apenas 10 meses (las conversaciones con la UE arrancan oficialmente el 3 de marzo) lo que a Canadá le costó siete años. Bruselas ha advertido ya de antemano que es virtualmente imposible tener listo un tratado «integral» de comercio el 31 de diciembre del 2020, cuando finaliza el período de transición.

«Si no tuviéramos éxito, nuestro comercio en el futuro estaría basado en el actual Acuerdo de Salida de la UE», recalcó Johnson. «No se trata de elegir entre «acuerdo o no acuerdo», sino si tenemos una relación comparable a la de Canadá o mas al estilo Australia».

La referencia al «modelo Australia» causó estupefacción en Bruselas, que teme que sea una nueva manera de enmascarar el temido «no deal». Australia no tiene un tratado comercial con la UE, sino simples acuerdos sectoriales, dejando que todo lo demás quede bajo el amparo de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La amenaza de Johnson, que también pretende implantar un «sistema de méritos y puntos» para la inmigración copiado de Australia, está formulada de manera tal que sea mejor aceptado por la opinión pública británica.

TRES MODELOS PARA DESPUÉS DEL BREXIT

Noruega. Fuera de la UE pero dentro del mercado único, y por tanto acatando las reglas comunitarias y alineándose con ellas. El equivalente al Brexit «blando», del que tanto se habló tras el referéndum y del que no quiere ni oír hablar Boris Johnson.

Canadá. La opción predilecta del ‘premier’: un tratado comercial equivalente al Ceta, firmado ente la UE y Canadá, que incluye la eliminación del 96% de los aranceles y un acuerdo general en casi todos los sectores (excluido el financiero).

Australia. El Brexit más «duro» posible, equivalente casi a la salida de la UE sin un tratado comercial. Llegando a acuerdos en algunos sectores, como el de la aviación o el automóvil, y poniéndose en todo lo demás bajo los auspicios de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El discurso de Johnson, titulado «Liberando el potencial británico», ha creado inquietud de antemano entre la clase empresarial por la disrupción que supondría el «no alineamiento» con las reglas de la UE. Horas antes del discurso de Johnson, The Sunday Times reveló la existencia de una orden trasmitida por el Foreign Office a sus embajadas ordenando el total desmarcaje de la UE en los foros internacionales, empezando por la OMC.

Boris Johnson expresó su confianza en que «el Reino Unido prosperará en cualquier caso», con el modelo Canadá o el modelo Australia. «Y por supuesto espero que la relación con nuestros vecinos vaya más allá del comercio», concluyó. «Buscaremos un acuerdo pragmático sobre seguridad, protegiendo a nuestros ciudadanos sin traspasar la autonomía de nuestras respectivas leyes».

«Negociaré por toda la familia del Reino Unido, incluida Gibraltar», declaró Johnson al término de su intervención, la segunda vez que se puso a tiro de los periodistas desde sus victoria electoral del 12 de diciembre. A la pregunta sobre si el «modelo Australia» era una manera de enmascarar el «no deal», Johnson eludió entrar al trapo y se remitió a la declaración política sellada con la UE que posibilita a su entender el «modelo Canadá»

Johnson hizo una encendida defensa del libre mercado como «la diplomacia de Dios» y aseguró que el Reino Unido está listo «para usar el músculo que no ha usado durante décadas y llegar acuerdos con países que teníamos olvidados desde los años setenta».

El «premier» aseguró que no piensa usar el Brexit para rebajar los derechos y las protecciones de los británicos y presumió incluso de ir por delante de la UE en capítulos como «la reducción de emisiones, la flexibilidad laboral o los permisos de maternidad».