Volvió a vencer el Casademont Zaragoza en su feudo en el comienzo de la segunda vuelta de competición. Los locales desplegaron un juego muy vistoso, basado en una defensa infranqueable, que les sirvió para sumar su decimotercera victoria en lo que va de campeonato. El conjunto rojillo no quiere alejarse de la estela del Madrid y del Barcelona y logran mantener el ritmo.
Hlinason, Seeley, Alocén, Brussino y Benzing comenzaban como quinteto inicial, pero tardaron en meterse en el encuentro. Salían fallones y algo flojos en defensa. Esto propició que se llegasen a poner 2-10 los de las islas, pero este equipo en casa sabe reaccionar rápido. En unos minutos lograron remontar hasta quedarse únicamente uno por debajo. Los de Fisac alternaron buenas acciones con momentos de debilidad, y llegaron al final del primer cuarto a dos del Herbalife.
El comienzo del segundo asalto parecía que les sentaba bien a los locales. En los primeros minutos de juego conseguían ponerse por delante y empezaba a verse el Casademont de siempre. Era un enfrentamiento muy táctico, de pocos puntos, y cuando se llegaba a la mitad del segundo cuarto el marcador reflejaba un 25-20. Daba la sensación de que los maños ya ponían velocidad de crucero para vencer, pero después de ponerse 10 arriba, llegaron al descanso con cinco de ventaja.
Ya en el tercero, empezaba a despegar el Casademont. Volvían a tener esos 10 puntos arriba a falta de poco más de dos minutos. No era mal equipo el Gran Canaria, pero los locales parecía que habían retomado el buen hacer en el Príncipe Felipe. La falta de acierto que al comienzo había lastrado a los rojillos se hacía olvidar en el feudo zaragozano, especialmente de la mano de Nico Brussino. Esto provocaba que, tras el tercer cuarto, el resultado fuese 59-46.
Sin embargo, el festival del argentino iba a continuar en la recta final del partido. Alocén, Hlinasson, DJ Seeley… todos querían participar en este último asalto que iba a decidir el encuentro. Volvía el Basket Zaragoza a ser ese equipo prácticamente imbatible al calor de su gente, capaz de imponerse con autoridad a cualquiera. El esfuerzo de todo el equipo daba sus frutos y los aragoneses se imponían al Herbalife Gran Canaria por 81-62.
La victoria de los maños deja muchas lecturas positivas. En primer lugar, recupera la senda del triunfo el equipo, algo fundamental de cara a nuevos compromisos. La defensa ha vuelto a ser tan contundente como había acostumbrado a la hinchada del Felipe, y las piezas del engranaje han funcionado a la perfección. Los maños mantienen esa pelea por todo lo alto en la Liga Endesa y esa ilusión por seguir soñando partido a partido.