Doha Muhammed, de dos años, jugaba en un apartamento situado en la segunda planta del distrito de Faith, en Estambul, mientras su madre preparaba la comida. La niña aprovechó un descuido y se acercó a la ventana, que se encontraba abierta. En la calle, había varias personas pero sólo Feuzi Zabaat, de 17 años, se percató de que la niña corría peligro. Cuando Zabaat vio que la niña se acercaba peligrosamente a la ventana, procedió a colocarse debajo por si tenía que intervenir. Y así fue. Doha se asomó a la ventana y cayó al vacío, pero Zabaat estaba esperándola y la cogió al vuelo. La niña se recuperó del susto pero no sufrió lesión alguna. El incidente fue capturado por una cámara de seguridad de una tienda en un edificio adyacente.
El joven, un inmigrante argelino que trabajaba en una tienda de artesanía de esa misma calle, fue alabado por los vecinos y considerado un héroe. Los padres de Doha, en agradecimiento, le dueron 200 liras turcas, unos 30 euros como muestra de gratitud.
