El PSOE presiona a Rivera para pactar pero duda de su voluntad y rechaza las condiciones de Villegas

El PSOE va a intentar rentabilizar su victoria electoral del pasado domingo. Un resultado que por el momento no garantiza el aumento del poder institucional y territorial al que los socialistas aspiraban en el 26 de mayo. En estos momentos la ganancia más relevante que pueden exhibir los socialistas es la del Gobierno de La Rioja y la de algunas importantes ciudades gallegas.

En Ferraz se entiende que ese botín es escaso para el crecimiento que el partido ha experimentado en las urnas. Los socialistas dependen de Ciudadanos para consolidar algunas plazas, como Aragón, y alcanzar el poder en otras que hasta ahora eran inaccesibles para los socialistas, como Castilla y León y la Región de Murcia. Por el momento el comité de seguimiento de los pactos, que pilota en Ferraz el secretario de Organización, José Luis Ábalos, quiere dar autonomía a los territorios para que empiecen la negociación.

Los socialistas quieren que las federaciones les envíen propuestas de acuerdo porque entienden que las direcciones nacionales pueden vetar un pacto si no se dan las condiciones, pero no pueden negociarlos todos. Además, algunas personas en el PSOE manifiestan que, de ese modo puede haber «más opciones» de entendimiento con Cs que en una negociación entre las direcciones nacionales.

De hecho, en el PSOE se apunta a que en Castilla y León hay muchas expectativas en la relación que Luis Tudanca puede estrechar con Francisco Igea. Aunque también se interpretaba ayer en el socialismo que el barón liberal «será atado en corto» por la dirección de Rivera. «Yo quiero hablar de lo de aquí, con los de aquí y pensando en Castilla y León», dijo ayer Tudanca para solemnizar que pretendía abrir negociaciones con Cs «con todas las opciones sobre la mesa».

En Aragón pasa lo contrario, se confía más en la «buena predisposición» del líder de Ciudadanos hacia Javier Lambán. Esas son las dos regiones que los socialistas ven más factible conseguir en esta negociación. Que coincide con que son las que más le interesan.

Pero el sentir en el Gobierno, por muchas apelaciones que se hagan en público, es de pesimismo. «Rivera no quiere saber nada de nosotros», dicen desde Moncloa. No obstante, el mensaje que se va a mandar sigue siendo el mismo: que Rivera tiene que replantear sus estrategias y pensar en la gobernabilidad. Algunos son algo más optimistas y creen que «las posiciones empiezan a relajarse».

Pero tras las palabras de ayer de José Manuel Villegas en el PSOE reconocen que es «muy evidente» que los estímulos que Cs puede tener para pactar con ellos son «limitados», porque en todos los casos pueden tener otra alternativa. De hecho sobre esas condiciones marcadas ayer por el número dos de Cs la vicepresidenta Carmen Calvo fue muy clara ayer en una rápida valoración al llegar a un acto en Madrid: «Es un poco disparate».

No obstante, en el PSOE aseguran que «todavía es pronto y que las prisas no son buenas» en negociaciones de esas características. No hay puertas cerradas, pero sí se reconoce que las posibilidades en la Comunidad de Madrid, donde se ha valorado un entendimiento con Cs para hacer a Ángel Gabilondo presidente con Begoña Villacís como alcaldesa de Madrid, son «inexistentes». El lunes José Luis Ábalos dijo que el PSOE iba a «pelear» todas las plazas por su condición de primera fuerza política. Pero ayer la número dos de los socialistas, Adriana Lastra, descartaba esa posibilidad: «La política no es un mercado persa».