Centro Aragonés en Barcelona

El benemérito y centenario Centro Aragonés de Barcelona es un trozo del corazón de Aragón en Cataluña, y cuando uno traspasa sus puertas de la calle Joaquín Costa sabe que allí miles y miles de aragoneses han buscado durante años calor y cobijo. El edificio que lo alberga, obra de Miguel Ángel Navarro, es además de una belleza incomparable y, en sus bajos, el Teatro Goya(que el Centro tiene alquilado y es la más importante de sus fuentes de ingresos) tiene tanta solera que ni siquiera necesita presumir de que por él pasaron Carlos Gardel o Raquel Meller, o de que Margarita Xirgu estrenó ‘La corona’ de Manuel Azaña -que visitó el Centro para la ocasión- en 1931.

El Centro es parte de la historia de Aragón y Cataluña del último siglo: allí se reunieron los aragoneses que migraron a Barcelona, allí Julio Calvo Alfaro y Gaspar Torrente crearon revistas y organizaciones políticas aragonesistas, y allí conocimos en los años 90 a José Aced, que había sido Secretario de la Mesa del Congreso de Caspe de 1936. Yo me impongo como obligación presentar en él todos mis libros, pues es impagable el cariño con el que te reciben. Hace unas semanas estuvimos allí Nacho del Río y yo dando una charla-concierto en un salón de actos emocionado, y su presidente, el alcorisano Jesús Félez, nos habló de sus graves problemas económicos y de lo mucho que cuesta mantener abierto un edificio tan singular. El Gobierno de Aragón que salga de las próximas elecciones ha de saber que la pervivencia del Centro Aragonés de Barcelona es una cuestión de Estado.